10| Armario de la honestidad

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Bueno, je je je, si me tardé en dos días en subir la parte 3/3 del maratón, pero en mi defensa no sabia como acabar el capítulo y estaba agotada, pero al fin está aquí y qué capítulo, eh. Creo que es mi favorito hasta ahora, no se olviden de votar y comentar, nos leemos el miércoles.

🤸🏻‍♀️

Capítulo 10.

|Fabianne De la Torre|

Mierda.

¿Cómo es que se me olvidó la llave?

Bueno, no creí que la puerta se fuera a cerrar, a decir verdad, maldigo a todo lo que conozco, suspiro y abro los ojos, me encuentro con su mirada azulada.

—¿Ya te calmaste? —pregunta retóricamente.

Sí, bueno, puede que cuando caí en cuenta de que estaba encerrada con Miller en un armario, en un edificio vacío, un viernes por la noche y sin forma de salir o comunicarnos con alguien haya enloquecido un poco y haya comenzado a intentar abrir la puerta de forma desesperada con cualquier cosa y él haya tenido que cargarme y alejarme de la puerta a la fuerza, solo puede.

—Sí —murmuro ligeramente avergonzada.

Normalmente en mis berrinches estoy sola no con la persona que más me juzga y me tira de caprichosa y ahora se lo acabo de confirmar, genial, tampoco es como si me interesara demasiado su opinión, pero no me gusta la idea de confirmar una idea errónea que tenga de mí.

—No es tan malo estar conmigo —dice resentido —casi parece que te voy a hacer daño de lo desesperada que estás por irte.

—Aarón, no quiero estar aquí.

—¿Crees que yo sí?

Suspira.

—¿Qué hacemos? —pregunto —¿Enserio te dejaste tu celular?

—Fabianne, créeme que mi plan ideal del viernes por la noche luego de ganar un partido no es pasarla contigo encerrado en un armario, si fuera afuera me lo pensaría, pero en este armarito no.

Bufo y tomo mis coletas, juego con ellas, gracias al cielo vine con ropa cómoda al partido, traje ropa en un bolso y lo dejé en mi casillero, no quise traer coche, iba a coger taxis, planeaba cambiarme en el baño, iba justo a por mí bolso cuando mi celular se apagó y Miller me pidió que lo ayudara, gruño.

Lo miro y parece tan aburrido como yo, me acerco a él, me observa con curiosidad, estiro mis palmas envueltas en guantes, hace demasiado frio.

—Bonitos guantes —dice sin entender por qué estiro mis manos.

Ruedo los ojos.

—Juguemos —alzo y bajo las cejas —choca los cinco con ambas manos —lo hace —choca tus manos...alza la mano derecha, la palma abajo, la mano izquierda bájala, palma para arriba... Chócalas con las mías...

Sigo explicándole y le agarra el ritmo rápido, es un juego que nos entretiene 10 minutos, después de eso jugamos a go go, eso nos dura 20 minutos, pero teniendo en cuenta que lo más probable es que salgamos por la mañana cuando vengan a limpiar los pasillos no son opciones que nos ayuden.

Me siento a su lado apoyando mi cabeza en la pared.

—Vamos a morir —dramatizo.

—Que drama contigo.

—Es que estoy aburrida, Miller.

—Juguemos a las preguntas.

—Mejor cuéntame algo y yo te escucho, me da pereza hablar —suspiro dramáticamente, lo escucho sonreír.

Mi miedo más Grande (#02 Saga Miller)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora