Fabianne
Día del intento de suicidio/Mar. 08.03.2016.
Vacío.
Esa palabra a veces se dice a la ligera, pero pesa mucho.
Siempre tuve esperanzas de que mi vida mejoraría, incluso contaba los días para ser mayor de edad, contaba los días para irme de esa casa, alejarme de mis padres y ser libre, que ingenua fui.
Me da ternura y gracia voltear a ver hace unos meses, ver como lo que creía era dolor ahora es lo que desearía sentir, me gustaría volver a ese momento, aunque mi vida fuera una mierda, no había perdido a Amy y Aarón era solo el exnovio de mi mejor amiga.
Desearía que nada de estos 6 últimos meses hubieran sucedido, me arrepiento de haber permitido que Aarón entrara en mi vida, me arrepiento de no haberle dicho a Amy de ese beso que Aarón me dio en esa fiesta, me arrepiento de haberla lastimado, me arrepiento de tantas cosas.
Pero arrepentirme no va a retroceder el tiempo, no va a hacer que Amy vuelva y no va a hacerme recuperar mi vida.
Miro a mi alrededor y veo paredes en blanco, sin recuerdos, estoy en una cama que, aunque he dormido aquí ya más de un mes se sigue sintiendo extraña, estas sabanas no huelen a mí, ese armario no es el mío, no tengo mi balcón, no tengo mi espacio, no estoy en mi casa, no tengo casa.
Estoy sola.
Sí, me rodean 7 personas y una personita, dos perros y estoy en una mansión, pero no es mi lugar.
¿Cómo va a ser mi lugar si no puedo respirar? ¿Si ni siquiera me siento en paz?
Si a mi yo de hace 3 meses le hubieran dicho que odiaríamos a Aarón, que Amy no está y que eso que siempre evitábamos pensar pasa por nuestra mente diario y es un pensamiento que está estancado y cada día parece una opción más viable, lloraría, me rompería el corazón ver como mi vida no mejoro, solo empeoró.
Tener fé, tener esperanza, ser positiva y obligarme a soportar a mis padres, pensando que algún día todo mejoraría, que ingenua.
Hace tiempo dejé de llorar, ya no lo hacía, pero especialmente hoy las lágrimas volvieron a brotar, me sorprendí, me creí lo suficientemente rota y vacía como para ya no ser capaz de llorar, lo que es biológicamente imposible, pero así parecía.
Aarón me consoló hace un momento, le mentí y me fui de casa de Nathaniel, ex novio de Azul, creo, no recuerdo bien. Vine porque quería llorar y lo logré, me desahogué un poco, me gustaría decir que dejé ir un poco de mi sufrimiento, pero eso sería imposible, ya que no se va, está en mí, clavado en mi alma como una estaca que se niega a salir.
Aarón ya se fue, cree que me dormí, cree que me ayudó, pero él solo me hace recordar mi dolor, me hace acordarme de lo que fue enterarme de todo, me hace pensar en cada oportunidad que le di de jugar conmigo, me hace recordar lo ingenua que fui, me hace recordar que lo amo y que por su culpa dejé de creer en el amor. Me hace recordar que no debo amar, que no debo ser amada, porque si voy a ser amada como él me amó, prefiero olvidarme de ese sentimiento, me arrancaría el corazón antes de intentar enamorarme otra vez, me mataría antes de volver a sentir esa alegría, esa maldita felicidad que solo promete paz, que solo te da esperanza y al final te arranca todo.
Nada dura más que un momento, nadie es feliz para siempre, todos sufrimos, a todos nos rompen el corazón y todos tenemos una vida de mierda, porque es así, este juego que se llama vida es así.
Naces de dos personas que no querían tenerte, que desde el primer momento que te tienen en sus brazos ya te odian, que te dejan con nanas que son porquerías, que no te prestan atención mientras creces, que al hacer una travesura envés de corregirte con amor y paciencia sacan el cinturón y cuando tienes 3 años te gritan maldita niña del demonio por haber rayado una pared, cuando tienes 5 te encierran sin comer porque te comiste una golosina y eres tan glotona que no mereces una cena, que a los 8 años cuando te hacen bullying se ríen al ver los videos de seguridad, a los 10 te obligan a ir a todos lados y te dan una dieta estricta, te hacen usar vestidos que no son apropiados para un niña tan pequeña y te sexualizan con sus amigos en broma, a los 12 justifican que un bastardo intentara abusar de ti solo por ser el hijo de un socio importante, a los 15 no puedes ni respirar cerca de un chico porque te tachan de puta, no puedes hacer nada, no puedes alzar la voz, te tratan como servidumbre, si subes un gramo más de peso te dejan sin comer una semana, te muelen a golpes y si te atreves a decir algo incorrecto o fallar en algo te queman con cigarrillos, te cortar con cuchillos, te tienes que curar sola, tienes que tragarte tabletas enteras de analgésicos y seguir sonriendo porque no puedes mostrar dolor, no puedes mostrar que eres débil o habrá otra paliza para que veas que tienes que agradecer que fueran suaves. Porque tienes que agradecer que fueron buenos padres, tienes que agradecer que te amaran tanto porque todo era por amor.
Tienes que soportar daño emocional, que te hicieran odiar tu cuerpo, que te obsesionaras con tu peso, que no puedas vivir sin tomar analgésicos porque tienes ansiedad sin ellos, aunque no te duela nada, tienes que soportar los desplantes, las humillaciones, el dolor físico, tienes que llorar bajo una sábana, tienes que vomitar todo si te dio el impulso de comer algo, pero a la hora tienes que estar sonriendo.
Tienes que estar horas bajo la ducha para poder estar tranquila y dejar ir un poco de tu dolor, los ataques de pánico te consumen, el desgaste emocional te machaca y el dolor físico es insoportable, siempre ocultándole todo a tu mejor amiga que es la poca alegría genuina que hay en tu vida, pero un día comienzas a relacionarte con un chico rubio, todo con tal de vengar un poco del dolor de tu mejor amiga que es el ser con más luz a tu alrededor, pero al pasar tanto tiempo con él se da cuenta de tu vida y decide ayudarte y te da paz, hace que tu familia te deje en paz, pero todo era parte de su plan.
Mis padres me odian, mi papá intentó matarme, mi madre me introdujo a la anorexia, mi novio jugó conmigo, mi mejor amiga murió, nunca he sido feliz y cuando lo fui no fue real.
¿Para que seguir? ¿Por qué debo seguir respirando? No tengo motivo alguno.
Y es al pensar en todo eso, teniendo un ataque de pánico que dejo me pase por encima, limpio mis lágrimas y me obligo a dejar de llorar que voy al cuarto de Aarón y tomo sus pastillas para dormir, 5 deberían bastar, pero tomo 10 o 15, no recuerdo, pero lo hago, todo se torna borroso y una lenta sonrisa se forma en mis labios mientras lentamente caigo al piso, por fin.
Estaré en paz por fin, ya no hay dolor y eso es lo que hace que con una sonrisa cierre los ojos y no recuerde más.
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Mi miedo más Grande (#02 Saga Miller)
Teen FictionUna venganza. Dos personas que se odian. Amigos. Peleas. Un infierno. Miller. *** Aarón Miller es el quinto hijo de la reconocida familia de elite, a la sombras se oyen cosas turbias de la familia Miller, todas son ciertas, Aarón Miller se considera...