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Rena

La verdad que la estoy pasando bastante bien, estamos en la bresh con las chicas y claramente los pibes.

Pusieron unos perreitos y hablando de perreitos pusieron perreito salvaje de Emilia.

A penas escuche fui a buscarla para bailar, estaba caminando mientras con la mirada buscaba a Emi, cabe aclarar que estoy medida en pedo ya, en fin, iba caminando y me choque con una piba que estaba chapando con alguien.

– Uhh discul..– frene cuando vi al morocho con Micaela.

Eran ellos, ellos estaban chapando

Jaja que-

– Podrías fijarte la próxima. – dijo la rubia con asco mirándome de arriba abajo.

Asentí con la cabeza, le di una última mirada al morocho y me fui a buscar a Emilia que por suerte, ya la vi.

Me puse mal? Claramente, pensé que podía pasar algo entre nosotros pero capaz la re flashe yo.

Estoy celosa, me quiero matar, sabía que esto iba a terminar mal.

Estaba caminando hacia Emi y siento que alguien me agarra del brazo, me giré para ver quién eray rodeé los ojos.

– Soltame. – hable seca mirándolo a los ojos.

– ¿Podemos hablar?. – pregunto

– No, no podemos. Me podés soltar que me quiero ir.

– ¿Te vas?. – pregunto frunciendo el ceño.

– Si, lejos de vos me voy. Al final terminaste siendo alto gil. – lo último lo dije más para mi que para el.

– No, eu. Dale hablemos, la estas re flashando boluda. – dijo el insistiendo.

A todo esto el tema de Emi ya había terminado hace como dos canciones atrás porque lamentablemente no dura una hora.

– No, no quiero hablar con vos, tampoco me tenés que explicar nada porque no somos nada. – hablé.

Me solté de su agarre y camine hasta donde estaban las chicas.

Tenia ganas de irme ya, la verdad que me siento como el orto.

(..)

Paso un rato, ya eran como las cinco y media de la madrugada y teníamos que volver, yo me volvía a casa porque aparte deje a Tadeo con la vecina y lo quiero ir a ver.

– Eu, lo vieron a Mauro? – pregunté resbalando las palabras.

Estaba bastante borracha porque después de lo que vi me tomé hasta el agua del inodoro.

Cosas que pasan cuando te volves a sentir insuficiente y querés ahogar penas a.

– Se fue con Sol, dijo que te lleve yo. – hablo el morocho atrás mío.

Me di vuelta y lo mire.

– ¡Ja!, yo con vos no voy a ningún lado. – me crucé de brazos como una nena chiquita.

Perdón, no soy yo, son los tragos que me ponen así.

– Dale rena, es tarde y estas re en pedo, vamos. – hablo el.

Te dije que no.. – iba a seguir hablando pero como siempre alguien o mejor dicho, ella, hablo.

– Ay, ti, ¿Hoy dormimos juntos?– pregunto con voz chillona.

Dios, no la aguanto.

– Si, TI, anda a dormir con ella. – dije haciendo una sonrisa falsa y girando para irme caminando.

ENTRE NOSOTROS- Tiago PZKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora