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Tiago

Son las ocho de la mañana y estoy en mi casa por tomar mates, en mi vida me levanté tan temprano.

Están casi todos en casa, claramente los pibes, demente, maria, belu, emilia, el cukis y rena.

– mamadera, que pasó? te caíste de la cama?..– apareció por la puerta refregndose los ojos.

No puede ser hermosa hasta cuándo se levanta.

– Ahh, te comiste un payaso?– hablé mirándola con las cejas alzadas.

– No, pero si querés te puedo comer a vos..– hablo acercándose a mi.

–Uff, la Argentina menos chamuyera sos vos. – hablé sonriendo mientras me mordiba el labio.

– Bueno muchachos, lo intentamo. – hablo encogiéndose de hombros.

Se iba a dar la vuelta pero antes, la agarre del brazo y la di vuelta para encajarle un beso.

Empezamos a chapar tranqui hasta que nos separamos por falta de aire y la mire.

– Que hermosa sos. – le dije mirándola a los ojos.

– Vos chiquito. – hizo pucherito.

– Te tengo que contar algo vamos para arriba? – le guiñe el ojo y ella soltó una carcajada.

– Y.. Si no me queda otra. – hablo.

– Claramente no.

..

Rena

Estábamos en la pieza acostados mientras nos abrazábamos y mirábamos a la nada misma.

Me di vuelta para mirarlo bien, que hermoso que es por favor.

– Ya se que soy hermoso pero no da que me gastes así.. – hablo bajando la mirada.

– Sos un tarado. – me tape la cara porque estaba roja.

Me pasa cada vez que me dice cosas lindas o me mira fijo, me pone nerviosa como si tuviera quince años.

–Ay, tas coloradita..– sonrió apretandome los cachetes.

– Si hijo de mil, tengo calor ahora.

– ¿Queres tener más calor?. – preguntó ahora dando un giro para quedar arriba mío.

No bueno, me voy a morir.

– ¿Decis?.. – hablé enredando mis manos en su cuello para acercarlo más a mi cara.

Eso bastó para que empecemos a chapar pero esta vez desesperadamente, no como soliamos hacerlo.

Como ya saben, desde que estamos nunca tuvimos relaciones, puros chapes.

Empecé a subirle la remera para sacársela de una.

Se que el tiene sus inseguridades con su cuerpo y es muy reservado porque tiene miedo, por eso en verano cuando hacen 40 grados usa remera igual, ni con los pibes que ya son familia anda en cuero.

Me quedé mirándolo, Dios, que hombre tan hermoso.

– Che, ni daba estar tan bueno.. ¿que nos queda a los simples mortales? – hablé.

– Jajajaja hermosa. – sonrió para después volver a chapar.

El seguía encima mio, mientras chapabamos le pasaba la punta de mis uñas por la espalda, despacio.

No se en que momento me gire y quedé yo, encima suyo.

– ¿Que pasó rey?. – sonrei maliciosa.

– Yo ya estoy entregado, vos hace lo que quieras. – hablo apoyando sos manos frías adentro de mi remera.

ENTRE NOSOTROS- Tiago PZKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora