Despertó como cualquier otra mañana e hizo su aseo diario, para luego salir de su casa con una sonrisa, sorprendiéndose al no ver a Kyle esperándolo. Su sonrisa se borró.
De caminó a la parada estaba algo decaído, pues siempre se animaba con los besos mañaneros de su novio, sin mencionar las charlas de camino a la parada del bus.
Cuando vio su gorro de lejos corrió hasta alcanzarlo, para al llegar darle un fuerte abrazo.
—¡Hey! ¿¡Qué coño haces culo gordo!? —gritó empujándolo.
—¿Eh? ¿Por qué te enojas? ¡Yo debería estar enojado! No me esperaste para venir —refutó con el ceño fruncido.
—¿Y por qué debería esperarte, pendejo? ¿Acaso tanta comida te jodió el cerebro?
—Sí, dude, ¿qué carajo? —dijo esta vez Stan mirándolo extrañado.
Se alejó algo dolido y miró al piso confundido por lo que acababa de pasar. No tuvo tiempo de pensar mucho pues el bus llegó en ese instante.
Se iba sentar con Kyle, pero este se fue junto con Stan. No tuvo más opción que ir solo en el fondo, como hace meses antes de su relación.
En el camino pensó en si había hecho algo malo los días pasados, pero siempre llegaba a la misma conclusión, era inocente en todo sentido.
No entendía nada.
Antes de clase el pelirrojo no le dirigió la palabra, ni si quiera una mirada, tampoco en el almuerzo.
Se acercó al judío en el recreo, el cual charlaba con Stan muy cerca para su gusto. Frunció el ceño.
—Hey... —Su respiración se cortó, su corazón dejó de palpitar y sus palabras se atascaron en un nudo en su garganta— ¿Kyle?
Su novio estaba besando a Stan.
Los dos se separaron cuando interrumpió.
—¿Qué quieres culón? ¿No ves que estamos ocupados?
Lágrimas comenzaron a caer de su rostro, no podría creer lo que veía.
¿Cómo no lo vio? ¿Por qué Kyle estaría con él? Se siente como una jodida mierda estúpida.
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Despertó de un salto, mirando a su al rededor asustado.
—¿Fue un sueño?
Se levantó e hizo su aseo lo más rápido que pudo, para luego salir sin siquiera probar bocado. Encontrando al judío ahí, mirándolo sorprendido ante la manera brusca en que abrió la puerta.
—¿Cartman? —se acercó despacio, para luego abrazarlo— ¿Estás bien? ¿Qué pasó? ¿Te duele algo? ¿Tuviste un mal sueño? Si te sientes mal podemos faltar.
—Te amo Kyel, no me dejes nunca —Susurró enterrado en el pecho del contrario, aferrándose posesivamente.
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.One-shots Kyman.
RomanceDesde los momentos más problemáticos hasta los más asquerosamente cursis, ¡entra para ver a esta divertida pareja convivir! -La portada no me pertenece, así que créditos a su respectivo autor.