Gay bar (+18)

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Realmente no tenía idea de cómo había terminado aquí. 

Probablemente sea el desespero de acabar con su soledad, o quizá el simple morbo de cumplir sus deseos carnales con un desconocido que jamás volvería a ver. 

Sí, escuchaste bien. Desconocido, pensó acentuando la "o". Estaba efectivamente en un bar, y no cualquier bar. Uno exclusivamente para gente homosexual.

El no era gay, sinceramente no le importaba mucho el género ni el sexo en una persona, pero tenía una ligera inclinación al mundo de los... penes. Cosa que a sus dieciséis años había descubierto.

Entró sin más vacilación y lo que encontró hizo que sus mejillas se sonrojaran. Había muchos hombres coqueteando, bailando, bebiendo. Nada muy lejos de sus expectativas.

Se sentó en la barra sin mirar mucho a su alrededor. Se pidió un tequila, aunque no era mucho una persona de tomar, solo por el hecho de que sin alcohol no lograría acercarse ni a una mosca.

Pasaba el rato y comenzó a sentirse mareado, culpa de alcohol que estaba ingiriendo.

—Hey red velvet, ¿por qué tan solitario?

De pronto una voz seductora detrás suyo llamó su atención. 

Volteó y se encontró con un chico robusto de pelo castaño y ojos bicolor, que lo miraba como un depredador a su presa.

No supo que contestar, no sabía si por lo mareado que se encontraba o por sentirse intimidado por la expectante mirada.

—¿Acaso te comió la lengua un gato? Sería una pena, porque me gustaría ser yo el que lo haga —Guiñó un ojo que lo hizo sonrojar levemente. 

El piropo le sacó una suave risa ebria, que sin que él lo supiera, el castaño sintió como su estómago se revolvía al escuchar esa risa.

—Me llamo Kyle ¿Y tú, galán?

El apodo descolocó un poco al contrario, pero no tardó en volver a su estado seductor de nuevo.

—Eric es mi nombre —Hizo una pausa que generó un silencio algo incómodo— Yo... quería saber si estarías dispuesto a llevar esto a un lugar más... —miró a su alrededor para después volver la vista hacia Kyle— privado.

Kyle notó por dónde se estaba dirigiendo la conversación y por primera vez ante una situación así, se sintió emocionado. 

Cambió su semblante avergonzado y se levantó de la silla.

—Te sigo.

Eric sonrió y agarró la mano de Kyle para comenzar juntos a caminar por el bar.

En el camino, el pelirrojo miraba a su alrededor, viendo como algunos estaban casi desnudos uno sobre el otro, eso lo asqueó un poco. Nunca fue tan fan del sexo en público, pues pensaba que ese acto era algo privado.

Sus pensamientos se detuvieron cuando escuchó al de ojos bicolor hablar con dos hombres de seguridad que les abrieron el pasó a un lugar donde había varias habitaciones de las cuales en mayoría se escuchaban gemidos, que lo hizo sonrojar.

Entraron a una de las habitaciones y el castaño cerró la puerta tras de sí.

—Bueno red velvet, ya estamos solos... ¿Quieres empezar? —Dijo pícaro.

Kyle admiró al chico frente a él, era totalmente fuera de lo que él consideraría su tipo. Pues generalmente se acostaba principalmente con chicos esbeltos, osea, no juzgaba a nadie claramente, pero era lo que le gustaba. Pero había algo en el castaño que le había llamado la atención, tal vez fueron esos ojos bicolor que brillaban de deseo, o tal vez su pequeña estatura en comparación consigo mismo, o quizá ese extraño apodo que le inventó en relación a sus rizos rojos. Realmente no lo sabía.

.One-shots Kyman.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora