Capítulo 4

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Nos adentramos al túnel del acantilado nuevamente y salimos hacia un puerto, cerca de un río. Habían botes y lanchas por la zona acuática, pero el sector estaba destrozado, los negocios de alrededor estaban hechos pedazos y otros derrumbados.

No tardamos mucho en encontrarnos con más infectados.

Chris hizo una señal y vimos el portón que daba en dirección al muelle. Entonces yo le apunté con mi dedo. Pues el portón estaba trancado con una cerradura especial y solo una llave podría abrirlo.

- Síganme. - Ordenó el agente.

Y sigilosamente lo acompañamos. Miramos en nuestro camino habían varios Majinis, pero los eludimos sin que ellos notaran nuestra presencia.

Llegamos a una tienda, la puerta estaba cerrada con un candado.

- Supongo que aquí encontraremos lo que nos interesa. - Habló Chris.

- ¿Por qué lo dices? - Preguntó Sheva.

- Nadie pone candados en las puertas si no hay algo importante adentro. - Contestó.

Yo me puse a vigilar que no hubiera nadie rodeando nuestro sector y le di la señal a Redfield, entonces él disparó al candado logrando romperlo y abrió la puerta.

Entramos a la tienda y vimos un cuerpo colgado del techo. El olor era putrefacto, al parecer llevaba días allí, las moscas rodeaban el cadáver.

- Murió colgado del techo. - Comentó Chris. - No me gustaría eso para mi epitafio.

- Allí. - Señalé el cadáver. - Tiene una llave.

El fortachón apuntó con su pistola.

- No pensarás dispararlo o ¿sí? - Pregunté y él me miró. - Espera, no debemos hacer ruido y debemos ahorrar municiones por que no sabemos cuando llegarán los refuerzos.

Vi un cráneo colgado de una barandilla en una mesa, decidí quitarle el palo que tenía un gancho y lo usé para bajar la llave que estaba colgada del techo.

- Nada mal. - Dijo Sheva y Chris simplemente asintió.

Cuando salimos, justo después de abrir la puerta, el agente Redfield se topó con un infectado fornido, ambos estaban cara a cara.

El infectado lo agarró del cuello y lo elevó al aire, yo apunté con mi pistola y lo disparé para que liberara a Chris. Entonces el agente cogió su escopeta y lo disparó hasta matarlo.

- ¡Estamos rodeados! - Avisó Sheva Alomar.

Observé como, corriendo, llegaban varios infectados desde lo lejos.

"Mierda".

Nos preparamos y comenzamos a disparar contra ellos, eran demasiados. Esto no parecía tener fin.

- Tenemos que ir al puerto. - Les dije.

Ellos me siguieron por detrás mientras disparaban contra aquella multitud y yo me hacía camino en frente de algunos Majinis. Al llegar al puerto, abrí el portón con la llave que habíamos conseguido en la tienda.

Continuamos nuestro camino, pero en ese sector aún habían más infectados.

De pronto llegó un helicóptero y me sentí un poco aliviado.

- ¿Están bien? - Habló por radio. - Me han enviado como apoyo aéreo. ¡Esto se caldeará, así que al loro!

- Recibido. Gracias Kirk. - Contestó la agente Alomar.

- Vaya, parece que el cuartel general se acuerda de nosotros. - Comentó Redfield mientras disparaba a los Majinis.

De pronto un misil estalló hacia los infectados y me asombré. Así que también me sumé a la fiesta y disparé contra los infectados restantes.

Resident Evil: Misterios en AfricaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora