Capítulo 3 - Trabajar duro

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Después del gran evento estelar, Luca y Alberto planeaban irse, aunque el mayor no lo hacía del todo, pero cualquier plan de volver a Portorosso, fue frustrado por un simple hecho, no sabían cómo llegar al aeropuerto desde el Encanto.

En el almuerzo...

Ya toda la familia e invitados estaban almorzando, no podía ser un día muy pesado, pues realmente, la fiesta fue algo sencillo que no requirió de un gran equipo de personas para limpiarse.

Luca estaba sentado junto a Antonio, y Alberto junto a Camilo, siendo la joven pareja la que estaba entre estos dos, incluso se encontraba ahí Mariano, pues tendría una cita con su amada, Dolores.

– Antonio... ¿podrías mandar a uno de tus animales a buscar el camino?... No sabemos cómo llegar al aeropuerto... – preguntó Luca indiferente.

– S-si... – respondió con miedo Antonio, el que le hablaran seriamente le daba demasiado miedo, pues en veces, Félix se ponía tan borracho, que podía pelear con cualquiera que se le interponga, incluso niños menores, aunque no era solamente eso.

Un tucán voló, y no volvería hasta encontrar aquel aeropuerto, esperando tener la ruta exacta en poco tiempo.

– Oigan... hay que aprovechar lo que sea de tiempo que se vayan a quedar aún... ¿y si vamos a comer algo en la plaza? – dijo Camilo entusiasmado.

– Es una gran idea, Milo – respondió Alberto igual de feliz.

Luca sintió celos dentro de sí, pero Dolores que se encontraba a su lado, le acarició la mano, calmando un poco los celos del menor, pero alborotando un poco la paz de Mariano que ahí se encontraba almorzando junto a los Madrigal.

El almuerzo parecía normal, quien tenía sus celos, los tenía, pero todo era tranquilo.

Después del almuerzo...

Todos los Madrigal se fueron a cumplir sus tareas del día, Isabela, la flora, Luisa, lo pesado, Pepa, el clima, Julieta, los heridos, Dolores, el chisme, Bruno, el futuro, Mirabel, contar la historia de los Madrigal, Agustín, sin que hacer al igual que Félix, Alma, los acuerdos y tratos, Camilo y Antonio, también sin que hacer, así que ambos salieron a pasear con los invitados especiales.

Luca y Alberto eran mirados de manera extraña, los miraban con asco, otros con admiración, respeto, aunque los problemas también los seguían.

Al llegar al puesto de helados, Mariano se encontraba detrás de Antonio, Camilo, Alberto y Luca, pensando en que pedir para el, pues al ser un simple aldeano, su trabajo no era mucho, solo esperaría hasta la tarde para poder salir con Dolores.

– Uno de pistache, otro de fresa, uno de limón y uno de chocolate, porfa – dijo Camilo, y tan pronto pidieron sus helados, se los dieron, ya que el pueblo trabajaba rápidamente y no perdían el tiempo.

– ¿Cuánto va a ser, señor? – preguntó Alberto.

–Oh... no es nada... solo sigue, que la fila se ve larga... – respondió el heladero amablemente.

– Entonces... ¿usted no cobra sus helados? – preguntó Luca, el lo hacía por provocar problemas, así que se mostraba con una sonrisa malévola.

– ¿Cobrar?... Oh, ya entiendo... es que en el Encanto, nuestra economía es... creo que no hay economía... – contestó el heladero amablemente con una cálida sonrisa, solo quería cumplir su trabajo, y con esa respuesta, Alberto le devolvió la sonrisa, pero bien había quien quería provocar problemas.

– ¿Eso significa que cree que su esfuerzo no vale nada? – dijo Luca indiferente.

– ¡Solo avancen!... ¡queremos nuestros helados! – gritó Mariano, siendo apoyado por otros varios de la fila.

🔥 Eclipse camaleónico ☄️ (Camilo × Alberto)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora