🔥 Eclipse camaleónico ☄️ (Camilo × Alberto)

Capítulo 4 - Pescado ahumado

Luca despertaba inconsciente en el baño, con una cruda horrible, y con algo de sangre en la cabeza, la cual se derramaba en el piso, aunque por suerte ya había parado.

Todo en su visión era algo borroso, con mucho esfuerzo pudo ponerse de pie, se mareó de levantarse muy rápido.

Luca trató de caminar un poco, pero le dolían demasiado las piernas y ahí abajo, no sabía que había hecho, pero con Alberto no había sido, no completamente, y al recordar un poco de lo que pasó, solo pudo ver a Alberto desmayado mientras lo cargaban en brazos.

Al salir del baño, Luca notó que no parecía que alguien estuviera en Casita, solo había un frío silencio en el aire, ni siquiera se escuchaba a Camilo y Mirabel peleando.

En el comedor...

Luca bajó por algo de comida, tenía un hambre bestial, solo quería sentirse un poco mejor en ese momento, pero no lo fue.

Los Madrigal, Mariano y Alberto habían estado platicando casi en susurros y algunos mensajes por escrito.

– Ay no... ¡está aquí!... – dijo Dolores asustada en un susurro que Luca pudo escuchar.

– Los puedo escuchar... ¿por qué nadie me levantó? – dijo Luca algo cansado.

– Aléjate... – dijo Mariano poniéndose frente al menor.

– Pero sí no soy un... –

– Monstruo marino – dijo Alberto con cierto miedo, Luca abrió los ojos como platos, aunque más no podía, la traición sólo le había dado otro dolor de cabeza más fuerte aún, su cara tenía una expresión de miedo, no sabía en qué momento lo habían descubierto, pero algo era seguro, si el caía, Alberto lo haría con el... o así era.

– ¿Qué?... Están locos... seguro estaban muy borrachos que su realidad no era la misma que ahorita – decía Luca lo más calmado que podía, mas la cruda y el miedo no lo ayudaban en nada.

– ¡Si lo eres!... – Camilo pasó al frente de todos, aunque quedándose cerca de Mariano, para después transformarse en el monstruo que realmente era Luca – ¡¡Así eres realmente!! –

Antonio solo se escudaba detrás de Pepa y Félix, tenía demasiado miedo, no había lidiado con un animal así, aquella bestia comprendía la realidad humana, y podía disfrazarse, ocultando quién realmente es, un chico malcriado sobreprotegido y maltratador.

– Calma, Toñito... no llores... – decía Pepa a su hijo en un intento de calmarlo – en cuanto a ti... L-u-c-a... si es que ese es tu verdadero nombre... o te vas... o te ahumamos ahorita mismo – dijo Pepa amenazante a Luca.

– Eres un peligro para el Encanto... vete ya... – dijo Alma.

– ¡Pero ni siquiera me han dejado explicarles!... ¡A-Alberto también es un monstruo marino como yo!, ¡miren! – Luca tomó un vaso de agua cercano, se lo lanzó a Alberto, pero este no se transformó – maldito, Camilo... –

– Yo estoy por acá, pescado – dijo Camilo, solo asustando más a Luca al ver que Alberto y Camilo estaban juntos.

– Pero tú... yo... nosotros... eres un... – Luca se lanzó a ahorcar a Camilo, dejándolo poco a poco sin aire, aunque fueron separados rápidamente por Félix y Agustín, dejándole al cambiaformas una respiración agitada – Alberto – Luca tenía los ojos llorosos, no quería creer en la traición que le habían hecho frente a él, pero después de haber engañado a Alberto frente a él y muchas otras personas, lo único que salía de él eran lágrimas de cocodrilo.

Alberto solo se quedó mirando a Luca, sin decir nada, sólo empuñando en mano un cuchillo para defenderse, aunque de no ser por varias personas presentes, el y Camilo lo matarían en ese mismo momento.