Capítulo 7 - Noche peculiar

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Un maravilloso amanecer, una bella pareja observándolo desde lo más alto que podían.

Camilo y Alberto estaban en el techo de Casita, admirando el bello brillo del amanecer que daba en el Encanto.

– Ojalá este fuera nuestro final feliz... – decía Alberto feliz mientras veía a Camilo con una tierna sonrisa.

– Eso me encantaría – respondió Camilo devolviéndole la sonrisa a Alberto junto con un beso en la mejilla.

– No se porque... pero tengo el presentimiento de que podremos ser muy felices en un futuro no muy lejano – dijo Alberto alegremente.

– Sería mejor si el tío Bruno pudiera darnos nuestro futuro exacto – dijo Camilo ciertamente bromeando.

– Creo que es mejor bajarnos ya para almorzar algo, ¿no crees, Milo? – preguntó Alberto.

– Vamos pues, Beto – respondió Camilo, ambos bajaron del techo para ir a la cocina.

En la cocina...

Alberto entró primero a la cocina, encontrándose con un plato, el cual tenía un sandwich de carne, con una nota al lado que decía;

"Para mi querido Alberto, te amo"

– Que atento de tu parte, Milo – dijo Alberto agarrando el sandwich entre sus manos, escurriendo un poco de salsa.

– Jaja, ¿por qué, Beto? – preguntó Camilo al ponerle atención a Alberto, pues el quería preparar algo rápido para el y Alberto..

– Por el sandwich de carne, *ñam – respondió Alberto, dándole una mordida al sandwich, la salsa, la carne, el pan, todo junto sabía exquisitamente delicioso para Alberto, por lo que no dudo en seguir comiéndolo.

– Pero... si yo estuve todo el amanecer contigo, Beto... – respondió Camilo, dejando de lado lo que estaba haciendo para ir con Alberto y notar la comida que este tenía en sus manos.

– Espera... si tu no lo hiciste... y yo tampoco... entonces... – Alberto levantó un poco el pan de arriba del sandwich, dejando ver que carne era la que habían usado para ese platillo.

La carne entre los dos panes era de Félix, junto a sus dos ojos, uno de los cuales tenía una mordida, Alberto no se había dado cuenta de lo que había comido, Camilo se asustó, pero no podía culpar al ser marino, pues este había estado con el desde la mañana.

Alberto terminó vomitando del asco en el piso del comedor, manchando un poco sus pies, lo que no era una buena señal si trataba de ir al baño, pues dejaría rastro de sus pisadas y el que algo de eso fuera sangre, sólo empeoraba las cosas aún más.

– No puede ser, pero... ¿cómo?... si tu y yo estábamos... Luca... ayer... no... – Alberto del miedo balbuceaba, por lo que Camilo trató de tranquilizarlo un poco.

– Hey, Alberto, tranquilo, todo estará bien, tu ve al baño y date una ducha, ahí te llevo ropa, deja limpio aquí, ¿esta bien? – decía Camilo, calmando un poco a Alberto.

– Está bien, Camilo –

Horas más tarde (9am)...

Camilo ya había limpiado bien el piso de Casita por completo, planta baja y primer piso, y cuando Alberto terminó de bañarse, el también se bañó.

Ya estaba un almuerzo que Alberto y Camilo estaban comiendo más tranquilos después de todo el estrés por aquel sandwich de carne humana.

– Milo... *ñam... ¿y cómo les diremos a todos que tu padre murió?... tratarán de culparme, y no creo que puedas estar transformado en el por mucho tiempo... *ñam – decía Alberto mientras comía.

🔥 Eclipse camaleónico ☄️ (Camilo × Alberto)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora