—No es solo que es la primera vez que ya sabes lo haremos sin copas sin nada.—Esa noche te advertí que no bebieras mucho.
—Solo fueron algunos tragos, nada más. Te recuerdo que tú también tomaste—apuntó su echo duro.
—Los lobos no nos ponemos así, los lobos podemos tolerar el alcohol —continuo dejando besos en su cuello.
Silvia sonrió pero luego se le borro, apartándolo no lo suficiente, pero si lo necesario para acusarlo de tramposo.
—Significa que todo ese tiempo, me refiero a esa noche estabas en tus cinco sentidos —dijo indignada —Debí parece una loca necesitada —casi se jala los caballos acto que al mismo lobo le causo gracia —No te rías, que vergüenza, enserio.
—Tranquila hare que no lo recuerdo —ahora el bromeo sobre ese estado.
—No, puedo creerlo —cruzo sus brazos, pero el lobo aun así quería continuar.
—Puedes redimirte esta vez —aspiro su cabello castaño con destellos rojizos.
—Que gracioso —respondió ante una sonrisa en sus labios
Sebasstian encajo sus dedos sin lastimar, sin ser tan brusco, las ganas no podía contenerlas, estos días que ella a paso en la reserva la ve con tanto deseo que no puede reprimirse ante la dolencia que carga sus amigos, mucho menos quiere ser bruto esta vez hacerlo de otra manera una que ella sienta la confianza de entregar su cuerpo.
Silvia se acecho y con una lentitud como si quisiera grabar todo de nuevo dejo sus manos que acaricien por debajo de la camisa cuadrada que lleve el lobo, el jadeo ante su toque de esas manos tibias, y ella sonrió tímida.
Acerco sus labios hasta ella que humedeció ansiosa, él era todo lo que una mujer podría desear, de esos que existen en un cuento, y era todo suyo, sonrió como tonta mentalmente, de ver a todos aquellos, que ella puede tener un hombre a su lado que le dé su lugar y las palabras de Sebasstian son tan verdaderas llenas de un amor que le causa ternura en su corazón que sin querer y sin pensar ya confianza en estar en sus brazos.
Fue un beso tan lento, tan limpio que sintió los nervios dela humana, Sebasstian la abrazo con fuerza como sus pechos pegaba al suyo, acaricio su cabello y recargó su mano detrás de su nuca atrayéndola mas Parece una muñequita tan pequeña para él. Con cuido la inclino, su cuerpo recostado en la tierra, ella subió sus pies que mojan por el rio abriendo poco a poco sus piernas donde el lobo se acomodó.
La lengua del lobo exploro la boca de la humana, el inclino su espalda moviendo un poco su caderas ansioso ante la frotación de ese bulto. Soltó una risa y Sebasstian bajo la vista como ella pedía.
—Silvia —susurro ente besos.
—Mentiría que no lo deseo, es solo que estoy un poquito desesperada —respondió con las mejillas rojas.
—Puedo arreglarlo —se inclinó que la misma Silvia no pudo procesar como él se había despojado d toda la ropa.
Sus manos reaccionaron deseosa por tocar su pecho, y aquellos vellos que lo hacían ver tan masculino era un dios ese hombre.
El lobo se inclinó tomando las rodillas de Silvia, ella lo detuvo al percatarse de su intención, el trato de insistir pero ella llevo su rostro de nuevo a su boca besándolo.
Movió un poco su cuerpo, el susurro lo bella que es, ella recargó s frente, y como él tomaba su miembro hacia su sexo, ella mordió su labio y el empujo adentrase, ambos se abrazaron y sus bocas quedaron entre abiertas ante un jadeo y aquel gruñido de lobo como se enterraba en su compañera.
—Silvia —fue lo único que dijo el lobo moviéndose en su interior.
Silvia inclino su cuello hacia atrás como era sometida, sus piernas flotaban ante las embestidas del lobo, sus ojos se conectaron y ambos tenía esa mirada de complicidad, algo en ella cambio y es que él ya estaba dentro de su corazón, sin avisarle.
Las estocadas, fueron aumentando hasta que la humano sintió su climas, y como su cabeza daba vueltas como si hubiera corrió tanto ante una presión que iba a estallar.
—Sebasstian... Sebass... gimió ante su orgasmo.
El lobo tomo sus labios comiéndoselo, que no puso más como ella saboreo su nombre corriéndose en su interior hasta desplomarse por completo en ella.
Sebasstian la tomo llevándose la a su pecho y ella acaricio cerrando los ojos sin dejar de mover sus dedos.
—Cásate conmigo Silvia —dijo el lobo.
La humana se inclinó viendo el rostro del lobo que tenía una seriedad.
—Cásate conmigo —la tomo del cuello con ternura
—Sebasstian —dijo ella ante de besarlo.
—Me gustas, Silvia no quiero perder mucho el tiempo, quiero tenerte siempre mujer dime que me aceptas, dilo.
—Sabes que tienes un poder de convencimiento que yo me sorprendo porque mi cabeza dice que espere provocas cosas en mi corazón que no puedo evitar, y sé que es una locura no nos conocemos mucho, seremos padres y...
—Te enamorare —dijo él.
—Ese es el problema que siento que estoy enamorada de ti.
—Silvia.
—Y lo que diré es una locura, pero si, si me quiero casar contigo Sebasstian —dijo que el mismo lobo la lleno de besos, la diosa lo había bendecido después de pasar por un dolor tan fuerte en su corazón, ahora estaba ella sanándolo.
ESTÁS LEYENDO
FEROZ
WerewolfSilvia Watson, nunca creyó que una noche cambiara su vida, una donde uniría su vida con aquel lobo. Ni quitarse podría escapar cuando lleva en su vientre el hijo del lobo. ¿Cómo lograra escapar ahora que sabe lo que oculta aquel hombre? Tal vez debi...