Wyatt se encontraba en su habitación. Pensando una y otra vez en lo que ocurrió, se le fueron las horas y no durmió ni un solo minuto, estaba tan profundizado en sus pensamientos, echado en su cama mirando al techo, había llorado, y a pesar de que sentía los ojos cansados e hinchados del llanto no los cerró en ningún momento, también se mantuvo sentado observando a la nada y caminando de un lado a otro dentro de su habitación, pero no durmió. Así le amaneció y mientras se encontraba sentado con la cabeza baja mirando a la nada entro una jovencita con la escencia de un cachorrito, entro despacio y se sentó con el muchacho afligido.
—Yo no estoy enojada, de hecho creo que se ven muy bonitos juntos – habló divertida Wynter, quien abrazó a Wyatt, éste se recargó en ella.
—¿Willa les dijo a todos? – preguntó afligido el licántropo.
—No te preocupes, solo me dijo a mí, para que hablara contigo, te voy a decir algo... Pero no sé lo digas a Willa. Ella en realidad no está molesta, solo le aterró la idea de lo que dirán los lobos mayores, ella quiere protegerte, sabes que los lobos mayores son muy tradicionales, y podrían matarte y Willa no quiere eso, ella no supo cómo reaccionar, te regañó porque te quiere cuidar, no porque este molesta, ella me dijo que no va a decir nada pero tienes que ser muy cuidadoso si quieres estar con Zed. ¿Por qué no se van lejos los dos? – La jovencita se separó de Wyatt y éste quedó atónito.
—Tienes razón, lo mejor es huir de aquí.
—¿No vas a ir a la escuela?
—No puedo ni mirar a Willa a la cara, ni quiero ver a Zed por ahora, estoy avergonzado, ni mucho menos quiero ver al imbécil de Bucky, lo odio –. Wyatt se recostó en su cama dándole la espalda a Wynter. — Dile a Willa que no me sien...– fue interrumpido por una voz femenina un poco menos aguda que la de Wynter.
—No tienes que ir a la escuela si no quieres, Wynter déjanos solos, por favor – interrumpió Willa con un tono de seriedad y autoridad.
La jovencita de cabello liso se fue con intriga y los dejó solos. Willa miro fijamente a Wyatt quien se levantó de su cama inmediatamente al escuchar la voz de su hermana.
El joven humano se reportó temprano a la escuela pues tan sólo faltaban dos días para el baile de recaudación de fondos, se dirigió hacia su santuario el cual era el salón de porristas, a pesar de que ya no formaba parte del equipo seguía llendo ahí. Se sentó con tranquilidad en uno de los sillones y espero a que llegara su séquito con información sobre el baile o algo sobre la pareja que dejó en la ruina. Pasaron unos minutos y llegaron los tres jóvenes porristas un poco impacientes, ya que tenían muchas preguntas sobre el baile, sobre algunas cosas que tenían por arreglar, Bucky se dispuso a resolver sus dudas y tomar decisiones por ellos, antes de la primera clase se la pasaron organizando los detalles finales para el baile, mientras tanto del otro lado del gran vidrio transparente que separaba el salón de descanso de porristas con el pasillo de la escuela se encontraba un zombie furioso, Zed solo miraba con gran irá a su némesis y a su séquito, mientras éstos ni siquiera prestaban atención. El muchacho no muerto siguió caminando después de notar detenidamente y para su sorpresa estaba Addison hablando con Willa y Wynter, de dirigió de prisa ya que tenía en mente que quizá Addison está hablando sobre lo ocurrido ayer. Cuando llegó con ellas, la licántropo morena de cabello rizado lo mira detenidamente y todas pausan su tema de conversación.
—Hola Zed, ¿Cómo estás? – Lo saluda la jovencita porrista de forma dulce y amable.
—Bien, gracias Addi. Willa necesito hablar contigo a solas –. El zombie esperaba respuesta mientras Willa miro a ambas de sus compañeras.
—De acuerdo – La muchacha morena camino hacia él y lo tomo del brazo para dirigirse a otro lugar.
—Escucha Willa, realmente pido disculpas por lo que pasó ayer, yo no tenía idea de lo poco ético que es para ustedes los lobos lo que tenemos Wyatt y yo, quiero que él esté bien y no tenga problemas, si hay forma de enmendar mi error soy completamente responsable para afrontar las consecuencias, pero por favor, no me separes de él, es lo único que te pido, lo amo, lo amo...¡Lo amo! – El zombie hablaba con toda sinceridad al mismo tiempo que salían lágrimas de sus ojos. Willa lo miro compasiva y lo abrazó.
La licántropo morena suspiro profundamente — Escucha, yo lo sé, yo sé cuánto se aman, yo sé que quieren estar juntos, pero esto no es por berrinche mío, es por cuidar a Wyatt, sabes de antemano que soy su hermana mayor y mi trabajo es cuidarlo, no he dicho nada a nadie de la manada a excepción de Wynter, pero ella está de su lado, lo que pasó ayer fue un arranque de irá por el miedo al que podrían decidir los lobos mayores si se enteran, así que lo único que se me ocurre es que eviten verse tanto, si los ve más gente es probable que corra la voz más rápido, tienen la suerte de que Bucky no se acerca a la cueva ni se lleva con los lobos, si no estarían en grandes problemas. Yo tomo esta medida por seguridad, no porque yo quiera, y así tiene que ser, Zed –. Willa soltó a Zed y éste la miro afligido.
—Eres muy comprensiva, pero yo no quiero ese castigo, tiene que haber alguna forma.
—Mira, deberías esperar un poco, tienen que tomar esta medida en lo que se nos ocurre algo, ya verás que podrán estar juntos, pero todo es cuestión de esperar.
—¿Y por qué no hablar con los lobos mayores y decir la verdad? — El zombie realizó una postura erguida y continuó hablando – si le decimos la verdad a los lobos mayores quizá ellos entiendan, si usamos la formalidad no creo que así corra en riesgo la vida de Wyatt.
—Estás loco, los lobos mayores son muy tradicionales, sus creencias y devociones los hacen muy conservadores, te juro que no lo van a permitir, es una muy mala idea.
El zombie se quedó pensativo. —De acuerdo, nos esconderemos, pero déjame ver a Wyatt una vez más, ¿Dónde está? — Zed miro profundamente a Willa y ella le respondió — Él no vendrá a la escuela, se siente mal, pero intentaré hablar con él para que se vean–.
—Willa, dime que lo dejaras venir al baile.
—de acuerdo – suspiró — pero por favor eviten ser descubiertos, es por bien suyo.
La joven licántropo se dirigió a su clase y el zombie se quedó ahí parado viendo cómo se alejaba, en ese momento llega su némesis con una ligera sonrisa, se pone de frente del zombie y se acerca lentamente a él, al punto de que su cara este cerca del oído del zombie, el cual se quedó inmóvil de la frustración.
—Si no puedes estar con él, yo estoy disponible Zed, tu me demostraste el deseo aquella vez que me tomaste– susurró el porrista en el odio del zombie y se marchó calmadamente.
Zed permaneció dónde mismo, con una gran ira, porque por un lado remendó un poco la situación con la manada de su amado, pero por otro aún no sabía que hacer con la escoria de su némesis.
