XIX Discordia

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—Yo confío bastante en mi hijo, si desapareció probablemente fue por otra cosa, los zombies hemos cambiado y lo saben.
—Señor Necrodopolus, no sabemos realmente cuan estables puedan llegar a ser las zombie bandas, sabemos que no nos han dado problemas, pero nada puede ser lo suficientemente perfecto — contestó tranquilamente y con un poco de arrogancia la madre de Addison.
—Entonces ¿Está insinuando que mi hijo causó esto? – respondió el Zombie.
— la verdad yo creo que los hombres lobo no pueden ser tan amigables, siempre le decíamos a nuestro hijo que tuviese cuidado con ellos — habló el padre de Bucky bastante desanimado.
—Permítame corregirle, señor. Nosotros seremos muy orgullosos de nuestras raíces y costumbres, pero aniquilar de esa forma tan cruel no está ya en nuestra sangre — contestó uno de los lobos mayores.

Entre los adultos comenzaron una discusión sin fin, Willa sólo abrazo a Addison que seguía con esa mirada trastornada, mirando a la nada. Willa se hartó y se paró.
—¡HEY SEÑORES, NECESITO QUE SE CALMEN! — Willa tenía la atención de todos ahí reunidos. Tomo una bocanada de aire y prosiguió — Señor y Señora Wells si no están seguros de que los zombies sean tan tranquilos como dicen porque no hacen una prueba con expertos, que investiguen bien la zombie Banda, que puedan deducir con certeza que Zed haya sido el responsable. Señor y Señora Buchanan no pueden suponer algo de lo que no están seguros, conozco bien a mi hermano, quizá si nos hayan enseñado desde cachorros como alimentarnos de la naturaleza, pero eso no significa que tengamos la necesidad de hacer algo tan atroz como eso —.
La disputa siguió y siguió y solo trajo problemas entre los humanos, los hombre lobo y el zombie.
Todo iba de mal en peor. Mientras tanto la pareja pudo arreglar la cueva con lo que la naturaleza les daba, aunque era difícil para Zed sobrevivir con un solo cambio de ropa.
Una noche se escabulló a Seabrook a buscar algo diferente de comer y que vestir, tenía planeado volver a casa solo a tomar algunas cosas y regresar, era como una criatura de media noche, errante, solitaria y sigilosa. llegó a su casa, escaló hacia la ventana de su habitación que por suerte no estaba cerrada con seguro y entró lo más silencioso posible. Tomó su mochila y metió algo de ropa, sigilosamente bajo a la cocina y tomó comida de la nevera, volvió a subir a su habitación y salió por la ventana. En su camino de regreso vio la ventana abierta y con luz encendida de la casa de Addison. Escaló hasta arriba y pudo ver a la jovencita sentada en su escritorio; La muchacha peliplateada se percató y se asustó, tomo su libro más pesado y lo levantó haciendo alusión a un arma que podía usar contra el zombie.
El zombie la miro a los ojos detenidamente.
—Addi, tranquila, necesito que me escuches–. Susurró y se acercó lentamente.
—Tú asesinaste a Bucky, lárgate.
— ¿Qué? ¿Bucky está muerto? – preguntó con seriedad y angustia el zombie, tenía que actuar y tener una cuartada.
—¿Dónde estabas? – preguntó la joven y bajo lentamente el libro.
—Nos raptaron a Wyatt y a mí, pero pude escapar...
Addison abrazó a Zed y ésta se alejó al oler el aroma silvestre del zombie, le prestó su baño para que tomara una ducha y así lo hizo. Tomó las ropas limpias que le pertenecían y se sintió como nuevo, tenía esa sensación de relajación y libertad. Zed hablo toda la noche con Addison.
Lo que no sabía el zombie es que Wyatt despertó y no estaba a su lado. Se levantó confundido y salió de la cueva, no había nada; Entonces tomo el saco de Zed y comenzó a olfatear, tenía el miedo de que los hayan encontrado. Wyatt olfateo y lo llevó a la casa de Zed, pero al parecer el aroma tenía aún otra dirección, camino hasta la casa de Addison y pudo ver la ventana abierta con luz encendida aún, apesar de que era de madrugada.

[...]
Addison lloraba inconsolable contando todo lo que pasó a el zombie. Zed la abrazó.
—Si te hubieras quedado conmigo no te hubiera pasado esto — alegó Addison entre sollozos.
— ¿A qué te refieres? — interrogó el zombie confundido mientras se despegó de Addison.
— No puedo competir con Wyatt, pero yo te amaba Zed, pudimos haber sido los reyes del baile, desde que me dejaste me he sentido como si no fuera yo misma, y mucho menos después de lo de Bucky, he estado tan sola y no puedo asimilar todo esto. Estoy cansada, Zed. Tú me dabas todas las energías para seguir, sabes, creo que aún... — la muchacha de cabello plateado se quedó mirando fijamente a los ojos a Zed. El joven pálido miro compasivo esos ojos azules sin aquel brillo como el que siempre solía tener, esa mirada apagada y triste que nunca había visto en Addison. Su mente pensaba un montón de cosas pero la que más resonaba era que aún sentía algo por la joven, quizá nunca la vio como algo más que una novia respetable y mejor amiga, pero no por eso no sentía nada por ella, al contrario el la amaba por eso, quizá no de la misma forma en la que ama a Wyatt, pero también la amaba.
Zed se acercó lentamente a Addison la tomó de las mejillas y con sus pulgares comenzó a secar las lágrimas de la joven. Se acercó más y se convirtió en un cálido beso, Zed comenzó a sentirse nervioso como la primera vez que besó a Addison, había olvidado como se sentían esos labios delicados y suaves. Había olvidado que esas últimas semanas tenía muchos problemas con Wyatt por lo mismo de su desaparición y ya no tenía contacto afectivo con nadie. Y sentir la calidez de Addison lo hizo sentirse bien. Nunca creyó que pasaría pero entonces los besos se comenzaron a intensificar, se separaron para tomar aire y Addison, se sentó arriba del Zombie, rodeo el cuello de éste con sus delicados brazos y lo siguió besando, ella realmente no tenía otras intenciones, era sumamente dulce e inocente, al contrario de Zed que comenzaba a excitarle la pasión con la que Addison lo besaba. Zed la tiró a la cama y se posó sobre ella. Comenzó a besar aquel suave y delgado cuello, Addison sólo cerró los ojos y comenzó a jadear. El Zombie ya tenía otras intenciones al escucharla así, subió lentamente la blusa de la joven pero ésta lo detuvo.
—Espera Zed, no creo que... – el muchacho de cabello verde la interrumpió.
—¡Shhh! Tranquila Addi, voy a lograr que me perdones por todo el daño que te hice — Susurró el joven al oído de Addison y siguió besando lentamente su cuello, las ropas de ambos se iban quitando lentamente y a Zed le cautivó tocar una piel suave sin tanto bello, tocar por primera vez los atributos de la feminidad, tan suaves y tan hipnóticos. Zed beso lentamente a Addison y ella respingo al sentir el miembro de Zed apunto de entrar. De repente sintió como si la estuviesen abriendo en dos y sintió un tremendo dolor en todo su vientre, la muchacha abrazó con fuerza al zombie y dio quejidos de dolor, más sin embargo no le pidió que se detuviera. Solo fueron unas cuantas embestidas para que Addison pudiese acostumbrarse y ahora que el dolor había disminuido comenzó a sentirse bastante estimulante, sentía como Zed sumía su miembro dentro de ella pero era satisfactorio, se sujeto profundamente de los fornidos brazos de aquel jugador de fútbol;  Sus manos delicadas y pequeñas no alcanzaban a sujetar totalmente aquellos brazos grandes y duros por el deporte que éste practicaba. Addison comenzaba a gemir pero sus padres estaban en casa, Zed colocó su mano en la boca de Addison y eso le excitaba bastante, aunque por un momento le recordó a Wyatt quien le hacía lo mismo, la embistió con más rapidez y fuerza. Addison comenzaba a chillar y gemir, las lágrimas volvieron a brotar en Addison, pero no era por la tristeza que la había estado invadiendo estos meses. Zed hizo más presión en la boca de Addison y los sonidos que provenían de ella sonaban ahogados y era menos ruido. Zed tenía un poco más de satisfacción al sentir completamente humedecida la zona de Addison, era como un incentivo a la culminación del acto para él porque se sentía más satisfecho, comenzó a gruñir y se agarró con más fuerza de las cobijas de la cama de la jovencita y no quería lastimarla pero presiono las mejillas de Addison ya que aún tenía una de sus manos sobre su boca, la mano que tenía en las cobijas, la paso por el cuello de Addison presionando con fuerza, la peliplateada lo tomó de la espalda y lo comenzó a arañar, el zombie sentía que estaba a punto de venirse, levantó su mentón hacia arriba y cerró los ojos con fuerza, pero de igual forma seguía consiente y sacó su miembro, viniéndose en el monte de venus de la joven. Tomó uno de los pañuelos que había en la mesita de noche de Addison y la limpió, comenzó a sentirse con pesadez y sueño, no es que fuera tan agotador el acto, si no que después le dejaba tanta relajación, se acomodó con Addison quien ya se había enredado en sus cobijas pues a ella también le dio esa relajación y sueño.
Addison se acurrucó en el pecho de aquel fornido Zombie y Zed comenzó a acariciar su cabello.
— Te amo Zed, no quiero que te vayas.
— Volveré Addi —. El joven le plantó un beso en la frente y comenzó a cerrar los ojos que le pesaban por el sueño, ambos quedaron profundamente dormidos.
[...]

Mientras el lobo escalaba hacia la ventana escuchaba gruñidos de Zed y suaves gemidos de Addison que no se escuchaban mucho y cuando subió tuvo que presenciar aquella sicalipsis; Se sentía confundido, engañado y siguió observando con enojo, tenía que hacer que Zed volteara.

Im winning (Zyatt)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora