XVIII. Desesperación

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Zed sólo asintió y ambos jóvenes llenos de sangre en la cara y en sus ropas huyeron, al salir pudieron ver a lo lejos la camioneta de Bonzo, que seguro los estaban buscando. Se quedaron inertes unos segundos y se miraron el uno al otro y se escabulleron con más velocidad, al llegar al bosque se sentían un poco más seguros.
[...]

Las jóvenes presenciaron a el porrista desollado, había sangre, pedazos de carne y algunos huesos esparcidos por todo el carril, todas quedaron atónitas. La respiración de Addison comenzó a acelerarse y comenzaba a jadear, tapó su boca con ambas manos, Eliza intentó tranquilizarla pero empeoró, su estómago comenzaba a revolverse y al ver a su primo así no era la mejor sensación del mundo, quería gritar de la desesperación, pero de su boca empezó a salir vómito por lo desagradable que era esa escena. Eliza con algo de asco tomo su cabello para que no se ensuciara y frotó su espalda, mientras tanto las dos jóvenes de mechón blanco quedaron todavía impactadas, oler sangre y ver carne por todas partes estaba comenzando a perjudicarlas, su collar también se había comenzado a poner amarillo intenso, al igual que sus ojos, pero Eliza volteo y rápidamente las jaloneó hasta subir, después fue por Addison que se encontraba sollozando, tenía una mirada desquiciada. Las lobas salieron de prisa hacia la salida, Eliza llevaba abrazada a Addison.
Al llegar a la salida las licántropos se tranquilizaron pero Addison gritó.
—Tenemos que llevarla a casa— insistió Eliza– Addison comenzó a llorar y entre las tres la abrazaron, para su suerte en ese mismo instante habían llegado Bonzo y Bree.

La pareja bajó de la camioneta enseguida y al ver esa escena se miraron uno al otro confusos.
—¿Qué pasó? — Preguntó Bree.

[...]
La pareja estaba en el bosque, faltaba poco para que amaneciera y para salir de la ciudad, ambos estaban cansados y olían mal por la sangre en sus ropas. Había una cueva cerca, y decidieron pasar ahí la noche.
Se quitaron sus sacos y los pusieron en el suelo para echarse en éstos. La cueva no estaba tan oscura ya que la luna era la fuente de luz en ese momento y apuntaba directamente hacia la cueva. Zed se sentó y se quitaba los zapatos cuando Wyatt se detiene a ver hacia la salida, se quedó ahí unos segundos inerte.
—¿Crees que nos encuentren? — Preguntó — Es más que evidente que nosotros fuimos los responsables — El joven de mechones blancos se quitó los zapatos y se sentó junto al zombie. Comenzó a sollozar.
—Tengo miedo, tengo miedo de que nos encuentren, de lo que va a decir Willa, de lo que dirá Addison, de lo que dirán los lobos mayores, de lo que dirán todos — El joven no pudo contenerlo más y se colocó en posición fetal a llorar inconsolable. Zed lo miró con compasión y empatía, se acercó a abrazarlo.
—No te preocupes, si salimos de Seabrook, nadie nos encontrará, ahora somos libres, y si nos encuentran pagaremos juntos, no dejaré que te separen de mí– Susurró Zed.
Wyatt abrazó con fuerza a Zed y lloró más, esa tristeza y desesperación inundó a Zed en segundos y comenzaban a caer lágrimas de las mejillas del zombie.
Zed tomó de las mejillas a su amado y secaba sus lágrimas revueltas con la sangre que había sobre éstas mismas con sus dedos pulgares. El licántropo lo miró tiernamente y Zed sonrió.
El zombie comenzó a besarlo y Wyatt no le correspondía, estaba trastornado por lo sucedido.
El lobo se recostó y Zed imitó la misma acción, el más alto tomo de la cintura al otro y quedaron mirándose fijamente, Wyatt se acurrucó en el pecho de Zed, y éste comenzó a acariciar su cabello, no tardó mucho para que el licántropo quedara dormido y Zed no pudo dormir, sólo pensaba en Addison, y en las consecuencias, éste se quedó despierto hasta que Wyatt despertó.
[...]

Bree y Bonzo quedaron atónitos al saber lo que sucedió, Bree empezó a respirar profundo y muy rápido y comenzó a temblar, la noticia de que una persona con la que convivía mucho a pesar de no ser amigos le cayó como agua fría. Todos subieron a la camioneta y llevaron a Addison a casa, sus padres estaban afuera preocupados, ella llegó corriendo a abrazarlos y ambos se miraron confundidos.
—¿Qué pasó Addi? ¿No se supone que Bucky te regresaría a casa? — Preguntó su madre molesta y preocupada.
—Bucky está...es-está... — sollozó Addison hasta que no pudo contener las lágrimas y lloró —está muerto–.
Los padres de Addison miraron sorprendidos a Addison, se quedaron con ella hablando hasta que amaneció.

Después de que Bonzo dejara a las licántropo en su cueva, llegaron y los lobos mayores estaban presentes.
—¿Dónde estaban y por qué no está Wyatt con ustedes?.
—No aparece, lo buscamos por todo Seabrook y no hay rastros de él — balbuceó Willa.

Los lobos comenzaron una búsqueda y por parte de los papás de Addison mandaron a buscar al responsable de la muerte de Bucky, todo Seabrook se encontraba inquieto con la situación, el expediente del caso tenía un asesinato y dos desapariciones, el papá de Zed comenzó a enfermar después de enterarse de un jovencito muerto y que uno de los desaparecidos era su hijo. Pasaron los meses y se dieron por muertos, no hubo rastros de nada, además de que la policía era suma negligencia, ni siquiera con todo el dinero donado pudieron hacer más pruebas, se creyó que la pareja desaparecida estaba en manos de la mafia y quizá estaban muertos, aunque sería algo irónico, pero así se dio por hecho.

La pareja había salido de Seabrook, después de 8 meses que pensaron que se tranqulizarían las aguas decidieron regresar pero se escondieron en la cueva donde pasaron su última noche el día del suceso. Por la comida no se preocupaban ya que Wyatt sabía todo lo básico sobre supervivencia, sabía encender una fogata, sabía cazar y no necesariamente con ayuda de instrumentos de caza, sabía cocinar carne y con eso mantenía a Zed, ya que Wyatt podía comer carne cruda y cocida y de cualquier animal, todo esto que es lo primordial que es lo que le  enseñan a los licántropos cuando son pequeños cachorros. fue difícil al principio para Zed alimentarse de pura carne de conejo, zorro, pescado y en ocasiones venado, pero no podían conectar con el mundo, cuando estuvieron fuera de Seabrook no podían acercarse porque eran monstruos, si en Seabrook les tomo mucho y fue difícil tener los mismos derechos que los humanos y ser tratados de igual forma no querían comenzar de nuevo. Pero a pesar de eso eran felices.

Mientras tanto durante los meses de búsqueda todos comenzaron a especular cosas y aunque al final esa carpeta quedará archivada y que no hubiera pruebas de nada, todos sabían en el fondo que los otros dos muchachos tenían algo que ver o al menos Wyatt; Los padres de Addison se reunieron con los padres de Bucky, con los lobos mayores y el padre de Zed en una junta sobre el tema, está misma también estaba conformada por Addison y Willa.
A la sala de juntas llegaron dos hombres y tres mujeres de avanzada edad con ropa nativa muy tradicional, junto con Willa, se sentaron tranquilamente y los humanos y el zombie los miraron fijamente, nadie sabía por dónde empezar hasta que el padre de Zed habló.

Im winning (Zyatt)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora