Bright sintió que algo pesado le caía encima, despertándolo de su sueño profundo. Abrió los ojos y frunció el ceño cuando un par de ojitos curiosos lo observaron.
"¡Tío Bright despierta!". Gritó la niña sobre él.
"Solo cinco minutos más". Pidió, aun adormilado.
"Papá Gun está furioso". Advirtió la pequeña en voz muy baja.
Bright resopló y se incorporó, sujetando a la pequeña en brazos para que no cayera.
"¿Qué tan enojado está?". Preguntó con duda.
"¡Bright Opas-iamkajorn!". Se escuchó el grito del susodicho.
Gun entró a la habitación empujando la puerta.
"Aún no soy un Opas-iamkajorn". Bright bostezó mientras acomodaba el vestido a la pequeña niña.
"¡¿Qué hacen aún dormidos?!". Gun de verdad estaba al borde de un ataque. "¡Su boda es en menos de una hora!".
Bright esbozó un puchero y sintió que alguien se removía en la cama. Lanzó una mirada por encima del hombro y sonrió. Win les dio la espalda y se acurrucó para seguir durmiendo.
"¿No podemos posponerla?".
"¡Tienen dos minutos para sair de esa cama o les juro que voy a tirarles ácido encima!". Esta vez fue Tay quien apareció, apartando a Gun del camino.
Bright suspiró y volteo de nuevo hacia quien dentro de poco sería su esposo.
"Win, no podemos perdernos nuestra propia boda amor".
"Que el juez venga hasta acá por favor". Pidió Win entre quejas, aún sin abrir los ojos.
"Buena idea". Asintió Bright y se tiró de regreso a la cama, llevándose a la niña con él quien rió y se acodó para dormir también.
Tay salió de la habitación rumbo a la cocina en busca de ese ácido que había mencionado antes. Win se acercó a Bright y lo abrazó por la espalda.
"Te amo".
"Yo te amo más".
"Que mentira, yo te amo mucho más".
"No me hagas empezar de nuevo". Advirtió Bright pues estaban volviendo a discutir sobre quien amaba más a quien justo como la noche anterior, aquel había sido el motivo por el que no habían dormido bien y ahora ahí estaban las consecuencias.
Pero no importaba realmente porque sin duda la respuesta era obvia.
"¡Ahí viene el tío Tay!". Chilló la niña y salió corriendo fuera de la cama.
"¡Corre Winnie!".
Los dos apenas alcanzaron a saltar lejos cuando un chorro de líquido con olor horrible de esos que te hacen arder los ojos se desparramo sobre las almohadas.
De pronto la habitación se volvió un caos de gritos y carcajadas.
"¿Llegará el día en que haremos una boda sin tener que pasar por tanto desastre primero?". Gritó Gun histérico.
Win tomó la mano de Bright y salieron corriendo entre risas. Ese día no podía se más perfecto a pesar de que estaba a punto de llover, a pesar de que se les había caído el pastel de boda, a pesar de que no estaban bien vestidos, a pesar de todo. Era perfecto.
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