𝘿𝙞𝙚𝙘𝙞𝙨𝙚𝙞𝙨

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"Ya detente". Win estaba frente a él con mirada suplicante y gesto decidido.

"¿Uh?". Bright bostezó y buscó el reloj de la habitación, eran casi las dos de la mañana. "¿Por qué me despiertas a estas horas, idiot...?". Se detuvo al ver la manera en la que Win se tambaleaba. "¿Bebiste?".

En lugar de responder, el pelinegro lo apartó y pasó al interior de la habitación. Sus ojos eran caídos, su cabello desaliñado y sus labios muy rojos.

"Estuve bebiendo con Off y Singto. Les dije que ustedes estaban planeando arruinar la boda pero al parecer ya lo sabían". Explicó Win, quitándose los zapatos para luego tumbarse en la cama de Bright.

"Así que nos delataste de todos modos. Me sorprende que no lo hayas hecho de inmediato". El pelirrojo se metió en la cama también, tenía un poco de frío.

Win mantenía los ojos cerrados, los brazos extendidos y su respiración se volvía lenta de vez en cuando, como si cayera dormido y luego despertara de nuevo. Lo observó en silencio con la poca luz que arrojaba la lámpara a un lado de la cama. Bright había caído dormido mientras leía y despertó solo hasta que Win llamó con suaves toques a la puerta de su habitación.

Tener al pelinegro ahí lo hacía sentir un conjunto de sentimientos. Culpa, felicidad, miedo... Demasiado para procesar.

"¿Para qué te emborrachas si no sabes manejar el licor?". Preguntó con fastidio mientras su mano cepillaba el cabello oscuro del otro.

El momento era demasiado íntimo, incluso más íntimo que haber tenido sexo apenas unos días antes. Le gustaba la sensación que permenacer a lado de Win le brindaba. Win siempre le agrado, tal vez mucho más de lo que le gustaría admitir.

"¿Por qué me quitaste a Gun?". Preguntó la voz baja y ronca del pelinegro.

La mano de Bright se detuvo sobre el cabello sedoso, congelanda. Las palabras de Win habían sido tan bajas que por poco no las escucha. Quizás debía fingir que no las había escuchado.

"¿De verdad lo amabas?". Insistió el ebrio, sin abrir los ojos en ningún momento, casi ronroneando cuál felino cuando los largos dedos de Bright volvieron a acariciar su cuero cabelludo.

"Yo...". De nuevo, las palabras de Bright se negaban a abandonar su boca.

Como si tuviese un hechizo que le impedía hablar. Algo amargo cayó sobre su garganta.

Los ojos de Win se abrieron para encontrar su mirada.

"Te perdoné desde hace mucho". Dijo con suavidad.

El pecho de Bright se aplastó. La mano de Win se estiró hacia él, sus dedos acariciar on la mejilla del pelirrojo suavemente, un toque apenas pero lo suficiente como para lanzar destellos al cuerpo de Bright.

"No es como si lo mío con Gun fuese  a durar de por vida, sabía que no sería el caso. Gun siempre ha sido demasiado bueno para alguien como yo". La voz de Win tenía un tono nostálgico.

"No es cierto". Por fin Bright pudo hilar una frase completa.

Sus labios se presionaron en una línea recta. Los ojos de Win giraron hacia él de nuevo, una sonrisa se dibujó en esos rojizos labios que Bright tanto deseaba poder besar de nuevo. Si pudiera besarlo una vez más, se aseguraría de hacerlo con calma. Todas las ocasiones en las que pudo saborear esos labios lo había hecho de forma arrebatada y hambrienta. Si pudiera besarlo de nuevo, le gustaría que fuera un beso tranquilo. Algo que pudiera mantener de recuerdo de por vida.

𝔼𝕝 ℂ𝕝𝕦𝕓 𝕕𝕖 𝕝𝕠𝕤 𝔼𝕩 ℕ𝕠𝕧𝕚𝕠𝕤「𝕎𝔹」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora