El Camino de Vergil cap. 3

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"El camino de la paz se empieza con solo un paso, al igual que el camino de la guerra, todo es un equilibrio que puede ser desbalanceado por la más simple de las cosas"

La noche que pasó Vergil solo podía ser descrita con una palabra.

Tranquila.

Una vez el hijo de Sparda abrió sus ojos pudo por un segundo sentirse en completa calma, una calma que acabo una vez recordó quien era y dónde estaba.

Llevó su mano a su rostro frotando sus ojos mientras se sentaba terminando de oír el bostezo del dragón el cual fue la causa de su despertar.

Miró al dragón en el establo, este le devolvió la mirada y solo movió la cabeza observando al peli blanco con curiosidad.

Por un segundo Vergil pensó en lo extrañamente cómodo que durmió, llevaba años de no descansar así, realmente descanso como si no tuviera preocupaciones, algo que no pasaba desde que era un niño y eso que solo durmió en un establo sucio.

Pero era hora de volver a la realidad.

Volteo a su derecha viendo la falsa Yamato en su funda junto con los libros que había tomado el día anterior.

Al otro lado solo había una sábana vacía, lugar donde debían estar esas dos.

¿Acaso habían escapado? si era así no habría problema en buscarlas y quitarles la vida.

Se puso en pie estirando la espalda antes de tomar la espada y empezar a caminar deteniéndose enfrente de los 3 dragones.

Estos curiosos se acercaron estirando sus cabezas por encima de la malla que los detenía comenzando a olfatear al primogénito de Sparda.

Vergil alzó su mano comenzado a acariciar la cabeza del primero que literalmente por esos instantes parecían más perros que dragones.

- Quien diría que en este mundo se aprendió a domesticar criaturas como estas, si Dante estuviera aquí diría algo estúpido como que debería tomar prestado uno.....ese idiota.

Mencionaba recordando a su gemelo.

Pasó su mano al siguiente dragón al mismo tiempo que la falsa Yamato emitía un casi indetectable brillo y el ojo derecho de Vergil comenzó a activar la protección divina de detección permitiéndole ver la energía que emanaban los dragones.

Los 3 emitían el mismo tipo de energía haciendo notar que todos tenían la misma protección divina, pero esta era una protección débil, algo que no valía la pena realmente tomar.

Continuó con el tercer dragón acariciándolo igual que el primero mientras volteaba su mirada hacia la pared en donde detrás estaba la posada donde no se pudo hospedar la noche anterior.

Observó atentamente tratando de analizar a todas las personas que estaban en el interior, tratando de encontrar algo interesante.

10, 20, 30, 35....

En el momento que analizaba otra persona la cabeza comenzó a dolerle, esta protección divina tenía un límite para su cuerpo.

- Que fastidio, dijo cubriendo su ojo con su mano para reposar su visión unos instantes.

Reposo que seria interrumpido por una mujer de negro vestido que ingreso al establo desde la entrada.

- Ara ¿te encuentras bien?

- .....Así que estabas cerca, dijo Vergil abriendo sus ojos nuevamente enfocándola poco a poco notando como ella traía algo en sus manos.

- Por supuesto, no creíste que me iría ¿o si?

Re Zero: Devil May Cry EditionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora