El camino de Nero cap. 2

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Nos encontramos en la mansión Karsten, en un hermoso día que comenzó con una mañana especialmente calida, los ocupantes de la mansión fueron despertados por el bello canto de las aves, para poco a poco presenciar un resplandeciente sol cuyo calor daba vida a todo el lugar.

Las flores de diferentes color adornaban los jardines brillando llenas de vida por el sol que las bañaba mientras las sirvientas de la mansión las regaban dandoles el agua necesaria para florecer todavía mas.

Otras sirvientas se encargaban de podar los arbustos dándoles la mejor imagen posible, en los diferentes arboles se podían ver sus flores de temporada comenzando a asomarse así como también uno que otro nido señal inequívoca de que mas de un pájaro escogió ese lugar como su hogar.

Comparada con otros lugares de la capital esta mansión era extremadamente tranquila haciéndola un lugar idóneo para trabajar por lo cual sirvientas y mayordomos de la misma estaban mas que felices siendo subordinados de la casa Karsten.

Para los encargados del jardín el mismo era un hermoso y pacifico lugar, algo que llenaría de alegría los corazones de las personas que pasaran por el mismo.

Tristemente para ellos, esa llamada paz se había perdido desde qué un joven de cabello blanco llego a la mansión, mismo que cambió el bello sonido de las aves por el sonido de golpes de espadas.

- ¡He! nada mal vejestorio, decía Nero dando un pequeño salto hacia atrás acomodando la espada de madera.

- ¡Que no me llames así!

Respondió Wilhelm corriendo rápidamente hacia el chocando espadas nuevamente.

El sonido de la madera chocando resonaba fuertemente en el lugar ahuyentando a las aves.

- Tu técnica es buena, pero puedes mejorarla.

- Pfff...no quiero oír eso de alguien que parece se lastimara la espalda en cualquier momento.

Wilhelm afilo su mirada ante esas palabras, si bien Nero no lo hacia con mala intención en ocasiones se pasaba con sus bromas.

El veterano ex caballero si bien no estaba en sus mejores años aun contaba con buena salud y una gran condición física, eso combinado con su gran experiencia era mas que suficiente para enseñarle una cosa o dos a este pedante joven.

Nero realizaba un ataque lateral a media altura con la espada de madera, Wilhelm predijo que ese seria su siguiente movimiento, una vez el ataque estuvo cerca el viejo volteo su espada para golpear con gran precisión la muñeca humana de caza demonios con el mango de su propia espada de madera.

Con el mismo impulso del primer golpe Wilhelm volteo nuevamente su espada para darle un buen golpe en la frente del caza demonios.

Pero antes que este impactar el joven con buenos reflejos puso su brazo demoniaco en el camino haciendo que este recibiera el impacto y rompiendo la espada de madera de Wilhelm.

- Estuvo cerca, pero no lo suficiente He He.

- Ese brazo es una buena defensa, pero que lo hayas usado quiere decir que supere tu técnica, aun tienes mucho por mejorar.

- No se porque te esfuerzas tanto en esas cosas, al final el objetivo de una pelea es ganar....ya sea con un corte de espada o dando un buen puñetazo, decía Nero cerrando el puño de su brazo demoniaco mientras lo colocaba frente a su pecho.

- Muy mal razonamiento muchacho, la fuerza bruta es útil siempre y cuando no te enfrentes a alguien que use su cerebro mejor que tu, una técnica depurada y tomar buenas decisiones en combate es lo que diferencia a los verdaderos espadachines de los brutos con habilidad, compréndelo.

Re Zero: Devil May Cry EditionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora