capitulo 2

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Axel.

—¿A dónde fuiste anoche?.

La pregunta de mamá me tomo completamente desprevenido, nos encontrábamos en la cocina, ella junto al refrigerador y yo en uno de los asientos de la isla de la cocina sirviendo me un poco de cereal con leche.

Su mirada estaba sobre mí, había algo en ella que no lograba descifrar, algo que jamás había visto en sus ojos ¿Dolor? ¿Compasión?, La verdad es que no sabía exactamente lo que le sucedía y tampoco se lo iba a preguntar.

Mi madre Alba de Smith, es una mujer de piel pálida, ojos color esmeralda, cabello castaño muy claro, las facciones de su cara están muy marcadas con algunas arrugas que ya se comienzan a notar pero que le dan un aire increíble, ella vuelve a hablar sacándome de mis pensamientos.

— ¿En qué planeta estás?—su voz es un poquito aguda.

— Perdón, estaba distraído.

—¿A dónde fuiste anoche?—se detuvo un momento y tomo del vaso de jugo que permanecía en sus manos—no te ví durante el resto de la exposición en la galería de arte.

Cierto. Se me había olvidado por completo, la verdad es que casi nunca me gusta ir a ese tipo de cosas, cuando papá hacía sus exposiciones me obligaba a ir y ahora para que mamá no fuera sola yo la acompañaba.

Tenía que decirle la verdad de por qué había salido del lugar, me sentía en parte con fastidio y en otra con agobió, por eso fue que salí al balcón del lugar en donde me encontré con aquella chica, ¿Cómo se llamaba? No lo recuerdo, quizás si la vuelvo ver recuerde su nombre.

Dirigí mi vista hacia mamá y le respondí.

— No me sentía a gusto en ese lugar, por eso salí al balcón y luego llegó una chica en muy mal estado.

Ella se acercó hasta dónde yo me encontraba con la mirada fija en mí, subía y bajaba las cejas en un gesto muy gracioso, luego hablo.

—¿Qué chica?.

Le hice un gesto de poca importancia con los hombros y luego le respondí.

— Sinceramente no sé quién es, me dijo su nombre pero se me olvidó.

— Que despistado— dijo ella dándome un pequeño golpe en la cabeza— tendré que llevarte al doctor a qué te revisen el cerebro.

— Mi cerebro está muy bien.

— Ajá.

Me le quede mirando con cara de pocos amigos y ella hizo como que me ignoraba, salió de la cocina y apenas salió todo quedó en silencio, ya me estaba comenzando a acostumbrar a qué siempre fuese así.

Desde la muerte de papá todo había cambiado, él era la alegría de esta casa, siempre buscaba la forma de hacernos reír y de divertirnos, pero después de su muerte todo cambio, incluso ese aire hogareño se había ido junto con él, a veces me ponía a pensar por qué se tuvo que ir tan rápido, ¿Qué fue lo que pasó exactamente? Después que papá murió incluso yo había cambiado, y mi cerebro igual.

Decidí ir a mi habitación a descansar un poco más, ya que habíamos llegado muy tarde la noche anterior y sinceramente parezco un perezoso, Siempre ando en un mundo que obviamente no es este.

Mi cabeza comenzó a doler de repente y sentía que todo mi cuerpo estaba flotando, la verdad no entendía por qué me estaba sintiendo así pero decidí tomar una píldora y recostarme hasta que se me pasará.
Tome mi celular y comencé a ver mi Instagram, la verdad es que cuando estoy aburrido veo alguna de mis redes sociales, pero de resto no ya que la gente es demasiado entrometida.

pintando nuestro Amor © [En Proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora