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Suspire antes de bajar del auto de mi madre, había sentido un deja vu.

Intenté no darle importancia pero apenas mis ojos notaron de nuevo el gran jardín de mis abuelos, los recuerdos me golpearon uno tras otro, en todos ese lindo cabello castaño estaba presente.

—¡Hijo!—Sacudi la cabeza al escuchar a mi abuela—Te extrañe mucho, me acostumbre a que vivieras aquí

—Yo también abue—Correspondí su abrazo—Y extraño tus galletas.

Ella me sonrió contentan guiándome hasta la casa, seguía exactamente igual aunque obviamente un poco mas deteriorada. Me acerque a mi abuelo y hermanos para poder unirme a la platica que mantenían.

—Entonces se quedarán un tiempo—Dijo mi abuelo sonriendo

—Solo en lo que arreglan y remodelan nuestra casa—Mi madre bebio de su café.

—Hay habitaciones suficientes, no pasa nada.

Le sonreí a mi abuela, era verdad la casa tenia muchas habitaciones, fácilmente podíamos quedarnos e invitar a otras 6 personas y todos estaríamos cómodos.

Me levante a ayudar a mi abuelita al notar que no podía llevar todas las tazas que faltaban.

—Abuela—Llame su atención—¿Hay un nuevo vecino? Vi una gran caballaña, esta a lado del cedro.

—Oh si la terminaron hace unos meses pero no es de alguien en especifico—Al parecer ella noto mi confusión pues volvió a hablar—La rentan cielo, es para turistas.

—Esos tontos debieron haber terminado con la paz que había por aqui—Hice un puchero provocando su risa.

—Al contrario, son muy callados ya que no aceptan niños—Su ceño se frunció—A veces vienen a ver a los animales.

—¿Encerio?

—Los pocos que han venido son amables—Me sonrió.

Asenti satisfecho y volvimos con nuestra familia a tomar el "café matutino" mientras ellos mantenían una platica que a mi parecer era demasiado aburrida, baje mi mirada al notar que Fufi se encontraba lamiendo mi mano.

—Hey hola de nuevo— Acaricie su cabeza con cariño.

Alze la cabeza y mi madre me asintió, le sonreí feliz antes de tomar la pelota del cachorro y correr al jardín con el siguiendome.

—Atrapala—Grite al mismo tiempo que lanzaba la pelota.

Comencé a reír con fuerza cuando la mordio y corrio lejos del jardín, corri detrás de él aún riendo. Todo se sentía demasiado familiar y conocido

—Y aquí es donde se aparece Boggi, ¿No?—Le dije al perro con burla.

El ladeo su cabeza sin entender.

—¡Oye tú! ¿Puedes pasarnos la pelota?—Alze la cabeza, había una chica morena detrás de la cerca que dividía el jardín y la cabaña—¡Se fue al estanque!

Fruncí el ceño, voltee a ver hacia el estanque, efectivamente ahí estaba una pelota azul marino. Me levante y la tome

—¿Como te la paso? No doy.

—Usa esas—Señaló las piedras algo cuadradas que estaban cerca.

Coloque una sobre otra intentando dar soporte para que no me cayera, subi con cuidado y ella me tomó la mano que tenía libre para evitar que me cayera.

—Aqui tienes—Le extendí el juguete.

—¡Andreevich ya no vayas!—Grito en dirección al otro lado del lugar—Gracias chico, ¿Quieres venir a jugar con nosotr...

—¡Vuelveme a llamas así y te juro que no vives para contarlo!—Un chico la lanzó con fuerza provocando que me soltara y cayera de espalda.

—¡Mira lo que hiciste menso!—Fue lo último que escuché antes de que todo se volviera oscuro.

[...]

—Despierta, despierta—Veía borroso pero podía reconocer a la misma chica morena—Vamos no quiero cargar con una vida.

—Dale aire lo tienes aturdido—Sentí mi cuerpo se jalado a otro sitio, dolia—Es guapo, me parece conocido.

—¿Conoces al chico que mato Alaya?—No reconocía esa voz.

—¡No lo mate!

—Naya cállate esta despertando—Dijo el—¿Te duele algo?

—La cabeza.

—Es normal, esta sangrando—Me asuste intentando levantarme—Hey quédate quieto aun no te curan.

No podía ver bien su rostro por la luz del sol pero al parecer había echo una mueca, por lo que entendí mi cabeza estaba recostada en sus piernas.

—Tardaste mucho—Dijo el.

Su voz me sonaba vagamente familiar pero no podía recordar de donde. Sentí que colocaba algo frío en mi cabeza con sutileza

—Listo—Me ayudo a levantarme y la chica me dio un vaso de agua.

Voltee a verlo para agradecer pero solo pude escupirle el agua en la cara al ver quien era, no podía ser el, no podía ser Boggi.

¿Te conozco?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora