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Ivan Martinez.

Era extraño, estar aquí y no ayudar o al menos no con los animales. Menos ahora que también estaban aquí Emilio y Rebeca, quienes aseguraban que "podían manejarlo" no era verdad.

—¿Que pueden saber ellos sobre limpiar el hogar de bartolo?—Fufi alzo la cabeza y volvió a morder su bara—¡Exacto!

—¿Con quien estas hablando?—Mi abuela llego a mi lado—¿De nuevo vez al niño Boggi?

Baje la mirada, debia pensar bien si debía contarle sobre que era nuestro vecino. No quería que alguien más me tachara como un loco, suficiente tenía con Emilio.

—Abuela, ¿Sabes como se renta la casa?—Señale la zona

—Me parece que lo hacen por semanas, aunque ese grupo de amigos lleva bastante por aquí.

—¿Cuanto tiempo?

—Yo diría que unas semanas.—Asintió dándome una galleta—¿Porque tantas preguntas?

—¿Me creerías si te digo algo bastante loco?—Ella asintio—Si vi de nuevo a Boggi...Abuela tengo miedo, Emilio piensa que estoy loco y que las medicinas ya no están funcionando pero podría jurarte que era el y no estaba solo.

Suspire y ella volteó a ver hacia el pequeño río que corría bajo nosotros, al parecer estaba pensando algo.

—Saquemonos de dudas—Se levantó y sacudió su vestido— Tengo algo de mezcla para hornear galletas, vayamos a darles la bienvenida.

Me guiño un ojo, me levante emocionado y la abrace.

— Claro! si alguien más va podremos saber si en realidad existe—Ella asintio.

— Manos a la obra querido nieto, que las galletas no se van a hornear solas.

Asenti corriendo al huerto junto a ella, haríamos galletas de manzana algo poco visto pero realmente delicioso.

[...]

—Romeo vete a bañar estas lleno de harina— Sonrió burlona sacudiendo mi cabello—Parece que esta nevando.

—Lamento haber tirado la harina.

—Descuida te cayó más a ti que al suelo—Rió bajito—Pero si ve a bañarte o tu chico solo querrá usar las aspiradora contigo.

Mis mejillas se tornaron levemente rojas al escuchar como lo había llamado. Subí corriendo a bañarme

—¿¡Que debo usar!?—Grite frente al espejo de mi habitación.

—Estos—Rebeca entro de la nada.

Me extendió una sudadera negra con algún dibujo en el centro y un pantalón negro algo roto por las rodillas, también me dio mis tenis blancos.

—¿Que? Ahora que tienes el cabello negro totalmente el estilo de fuck boy te queda de maravilla—Sonrio—Aunque aun eres un bebé.

Rei junto a ella mientras me cambiaba, ella seguía viendo su celular con calma. Carraspee llamando su atención una vez termine de cambiarme.

—¿Que tal?

—Te queda bien—Asintio—¿Quien es? ¿Es la chica alta y morena de alado?

—¿Alaya?—Frunci el ceño.

—¿Sabes su nombre? Vas con todo.

—En realidad es...—Me detuve al escuchar el grito de mi abuela llamandome—Olvídalo tal vez después lo sepas.

Baje cuando mi cabello estuvo bien peinado, mi abuela batallaba con hacer un moño con el listón azul que tenia la cesta llena de galletas.

—¿Quieres una mano?

—¿Para que querría una mano? Puedes ayudarme haciendo el moño—Me fue imposible no reír.

Me acerqué a la mesa haciendo el mismo nudo que hacía en mis tenis, ella sonrió asintiendo.

—Voy por mi sombrero, adelantate.

—Mejor te espero, esto aun me da miedo y algo de nervios.—Ella me sonrió y fue a su habitación.

Emilio y el abuelo venían entrando

—¡Galletas! ¡Auch!—Solte un manotazo al ver de donde iba a agarrar.

—Puedes comer las del plato estas son para los vecinos.

—¿Irán a verlos?

—Solo daremos la bienvenida.

—¿No debería ser al revés? Nosotros llegamos antier y por lo que se ellos llevan semanas aquí.

—Da igual—Me alze de hombros.

—Te gusta alguien—Dijo de la nada el abuelo—No lo niegues, te conozco niño.

—Abuela ya vamonos.

—¡JA! Y no lo niegas—Se burlo—Ya quiero conocerlo....¡Mira Emilio esta rojo, rojo!

Salí de ahí junto a mi abuela, mi corazón latía demasiado rápido y las manos me temblaban no quería tirar las galletas así que intentaba tranquilizarme.

—Olvídalo no puedo hacerlo—Dije intentado volver cuando mi abuela toco el timbre de aquella casa.

—Vamos estaré aquí contigo—Sujeto mi mano.

—¡Hey! Hola otra vez—Sonrio

¿Te conozco?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora