¡Kim incorrecto! (Taekook)

Capítulo 11

-Tae, te vas a caer- dijo Jungkook, fingiendo regañarle, pero no lográndolo, pues una gran sonrisa adornaba su rostro.

Taehyung sólo rio. Se encontraban de camino de vuelta al hotel. Su cena había sido de lo más tranquila y bonita, en un restaurante junto a la playa. Habían hablado de muchas cosas triviales, sus gustos, algún que otro recuerdo de infancia, que les sacaban carcajadas a ambos, mientras que cada vez que podían afirmaban la buena decisión que había sido hacer ese viaje.

Ahora, de camino al hotel, Taehyung caminaba por el borde del pequeño muro que separaba la playa del camino, cogido de la mano de Jungkook para mantener el equilibrio.

-¿Te ha gustado la cena?- le preguntó Jungkook, rindiéndose al ver que el chico no tenía intención de bajar del muro.

-Mucho- respondió, feliz, aún manteniendo el equilibrio mientras caminaba-. El cerdo kalua estaba espectacular.

-Estoy de acuerdo. Mañana podríamos probar más platos típicos de Hawaii, ¿qué te parece?- le dijo, recibiendo un entusiasmado asentimiento por parte de Taehyung.

Siguieron paseando en silencio, cogidos de la mano, uno sobre el muro y el otro sobre la acera, cuando una música de bongos y gente riendo y aplaudiendo llegó a los oídos de ambos, haciendo que Taehyung frenara.

-¿Oyes eso?- preguntó Taehyung.

-¿La música?- dijo Jungkook.

Pero no recibió respuesta, pues Taehyung bajó de un salto del muro y tiró de su brazo, guiándose por el sonido de la música.

Unos segundos más tarde llegaron a una gran plaza, donde la gente estaba sentada en cojines en el suelo alrededor de unos bailarines. Estos estaban vestidos con collares y decoraciones de flores de diversos colores, moviéndose con alegría y siendo iluminados por una pequeña fogata en el centro.

Taehyung estaba absolutamente fascinado. Se acercó aún más a la escena, todavía de la mano de Jungkook, quien igual sonreía por la alegría que transmitía el momento.

Juntos se sentaron en dos cojines que quedaban libres, mirando a los bailarines y riendo, contagiados por el ambiente.

Entonces, una de las chicas bailarinas se acercó de forma elegante a Taehyung, pues había notado la anhelante mirada de este.

Taehyung abrió los ojos con sorpresa cuando la chica le ofreció un bonito collar de flores, invitándolo a bailar.

-Oh, y-yo no...- comenzó, antes de escuchar el jadeo de Jungkook.

-¡Oh, vamos! ¡Sal a bailar! Yo te animaré desde aquí- dijo, antes de guiñarle un ojo.

Taehyung, sonriendo más tranquilo, aceptó el collar y la mano de la chica, que le ayudó a levantarse y le dirigió al centro de la plaza.

Jungkook comenzó a aplaudir emocionado cuando Taehyung se colocó el collar, riendo con otros chicos que se habían acercado a él y le mostraban cómo bailar. Aprendió rápido, al principio moviéndose con un poco de torpeza y riendo por su inexperiencia.

Pero, oh, Jungkook dejó de aplaudir cuando Taehyung comenzó a seguir el ritmo, a dejarse llevar por el ritmo de los bongos y los vítores. Observó cómo movía su cintura con una fluidez tan atractiva que tuvo que forzarse a respirar correctamente, poniéndose nervioso. Y realmente fue peor cuando mantuvo contacto visual con el menor, quien se mordió el labio y le sonrió, antes de volver con las chicas y seguir bailando, aprendiendo pasos nuevos.

-¿Es tu novio?- preguntó en inglés una chica junto a él.

Jungkook se tensó, y casi se atragantó.