Abrió los ojos con lentitud, estirándose y pestañeando varias veces para enfocar la vista. Se sorprendió al ver que no estaba en su habitación, pero entonces recordó la noche anterior.
Los recuerdos le atormentaron, la imagen de su madre gritándole llegó hasta su cabeza, haciendo que doliera. Pero su corazón latió tranquilo cuando recordó quién le había ayudado, quién había estado a su lado.
El rostro de Taehyung mojado por el agua de la lluvia, mirándole con preocupación mientras acariciaba su rostro y susurraba palabras de consuelo para calmarle, se hizo vívido en su mente, provocando que cerrara los ojos y suspirara, llevando las manos a su pecho.
Taehyung era definitivamente la mejor persona que Jungkook había conocido en su vida. En un entorno tan tóxico y agotador como el que era su vida, había encontrado su lugar seguro, la persona en la que confiar, en la que apoyarse. Una persona que le escuchaba, que no le juzgaba, que le hacía reír.
Taehyung se estaba convirtiendo en su hogar, y él apenas se daba cuenta.
Con esos pensamientos en mente, se levantó de la cama, calzando sus zapatillas y yendo hacia en comedor.
Ahí, en el sofá, Taehyung estaba sentado de espaldas a él con una taza de café en su mano, viendo las noticias de la mañana en la televisión. Jungkook sonrió y se acercó a él.
Taehyung escuchó los pasos y se giró en su sitio, sonriendo.
-Buenos días- dijo con tranquilidad el pelinegro, una vez Jungkook estuvo frente a él.
Jungkook murmuró una respuesta, sentándose junto a Taehyung y apoyándose en su hombro, cerrando los ojos por el sueño.
Taehyung se tensó al principio, pero decidió relajarse y apoyar su propia cabeza sobre la del chico.
-¿Has podido descansar?- le preguntó bajito.
Jungkook hizo un sonido con la garganta, sin dar una respuesta concreta. Taehyung sonrió, pues Jungkook recién despierto era una de las cosas más adorables que había visto jamás.
-¿Quieres desayunar algo? Namjoon ha salido a comprar para hacer la comida, pero no creo que tarde mucho.
Jungkook solo subió los hombros, cansado, acariciando distraídamente la mano de Taehyung.
Se quedaron así, callados, escuchando los pájaros del exterior. La cabeza del castaño seguía sobre el hombro de Taehyung, quien suspiraba de vez en cuando.
Y entonces, los recuerdos de la propuesta de ayer de Jungkook volvieron a sus mentes, casi al mismo tiempo.
-Tae-
-He estado pensando- le interrumpió Taehyung, haciendo que Jungkook contuviera la respiración un momento- sobre lo que me dijiste ayer.
-Taehyung, creo que-
-No lo veo mala idea.
Jungkook entonces levantó la cabeza, mirándole con ojos brillantes. Taehyung tuvo que aguantar la sonrisa mientras veía al chico entreabrir su boca.
-¿E-Enserio?- preguntó Jungkook, bajito.
Taehyung asintió.
-No tiene por qué ser mucho tiempo- siguió Taehyung-. Quiero decir, unas pequeñas vacaciones no le hacen daño a nadie, ¿no?
Entonces, Taehyung fue testigo de la sonrisa más brillante que jamás había presenciado. Jungkook, sin poder evitarlo, se lanzó a sus brazos, ambos hundiéndose en un cálido abrazo.
-¡Sí, sí, sí! Tae, Dios, siempre he querido- Siempre he querido ir de viaje así y- Dios, y ahora contigo- Jungkook hablaba emocionado, interrumpiéndose a sí mismo. Se separó de Taehyung, quien se veía igual de emocionado.
Y ahí, ambos se miraron a los ojos. Con esperanza de poder escapar durante un tiempo, de poder ser libres. De haber encontrado a la persona correcta, al fin.
Taehyung mordió su labio cuando Jungkook suspiró y acarició su mejilla con cariño.
-Me alegro tanto de haberte conocido- susurró Jungkook, como si fuera un secreto.
-Y yo a ti, Jungkookie- susurró igualmente Taehyung, con una sonrisa.
Pensó que, quizá, ese viaje sí sirviera para aclarar las cosas.
Pues el corazón de Taehyung no podría aguantar mucho más.
. . .
-Última llamada para el vuelo a Hawaii. Por favor, los pasajeros de dicho vuelo deberán asistir a la puerta 6B. Última llamada...
-¡Tae, es el nuestro!- gritó Jungkook, corriendo con la maleta.
-¡Ya lo sé! Aish, cómo corre este chico...- dijo Taehyung, quien corría con su propia maleta detrás de Jungkook, pero más lento que este.
El día que tuvieron la conversación sobre el viaje se encargaron de todo: elegir destino, alquilar la habitación e incluso de comprar ropa necesaria para aguantar varios días. Ahora, dos días después, corrían por los pasillos del aeropuerto tratando de encontrar la dichosa puerta 6B, que les llevaría a su avión.
Y es que esa mañana se habían quedado dormidos, siendo despertados por Namjoon, avisándoles de que llegaban tarde al vuelo.
Jungkook frenó un momento cuando notó que el menor no le seguía el ritmo, girando en su sitio y viendo a Taehyung también frenar, soltando la maleta y llevando sus manos a sus rodillas, con el fin de recuperar el aliento.
-Kookie...- dijo Tae, recuperándose un poco y tragando- Sé que tú eres deportista y esto, pero los pobres débiles como yo no podemos correr tanto arrastrando 8 kilos de maleta.
Jungkook rio y dejó su maleta un segundo, dándole un abrazo repentino que apenas duró un segundo al menor, quien se vio sorprendido.
-Es que- empezó explicando, separándose- estoy tan feliz. Nunca me había sentido tan...
-¿Vivo?- acabó la frase Taehyung, recibiendo un asentimiento- Yo me siento igual.
Se miraron y sonrieron, compartiendo sus sentimientos.
Entonces, el llamado al avión volvió a sonar, provocando que los dos jóvenes reaccionaran y salieran de su burbuja. Jungkook, esta vez, tomó ambas maletas, una con cada mano. Taehyung insistió en que era broma lo de que era débil, que podría llevarla, pero se sonrojó demasiado cuando Jungkook le contestó.
-Sólo cuido de ti.
Así, unos minutos más tarde, embarcaron en el avión que les llevaría a su próximo destino: Hawaii.
¿Qué les esperaría en esa isla? Se preguntaba Taehyung, mirando a Jungkook, quien se había quedado dormido contra la ventana del avión una vez hubieron despegado.
Estiró la mano, apartando unos mechones que tapaban los ojos del mayor, por lo que podían molestarle mientras dormía. Y entonces, suspiró, aterrado, pero emocionado.
-Yo también cuidaré de ti, Jeon Jungkook- le susurró, antes de acomodarse para descansar también.
No sabían todo lo que estaba por venir, pues este viaje era sólo el principio.
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¡Kim incorrecto! (Taekook)
Fiksi PenggemarJeon Jungkook, primogénito de la familia Jeon, tiene un matrimonio concertado con la hija de los Kim. Las familias pretendían unir a los hijos mayores en matrimonio con el fin de agrandar sus riquezas y convertirse en una potencia económica en Corea...