como se conocieron

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La ligera brisa dejaba un ruido de paz en el corazón de cada adeptus que rodeaba las largas cordilleras de aquel lugar que sería más tarde nombrado como liyue. Un dragón de escamas blancas y doradas dormitaba sobre la gran montaña bajo el cálido sol y la dulce brisa del atardecer, un dragón cualquiera se diría el gran ave que le observaba con atención, pero la verdad no era un cualquier dragón, usualmente no eran tan grande, ni tan brillantes a sus ojos.

—¿Que es lo que usted requiere?—. Preguntó adormilado el gran dragón, casi lanzando a volar al imponente ave.

—El rey geo me mantiene observando cualquier peligro que sobre monte estas montañas—. Explicó el gran ave con una voz profundas.

—¿El rey geo?—. Preguntó el dragón abriendo sus ojos para ahora mirar al ave.

El gran ave asintió echando vuelo para ser seguido por el brillante dragón de escamas blancas, para así aterrizas cerca de un gran río que era rodeado por grandes montañas, un lugar que se observaba muy hermosos incluso a los ojos de un adeptus. El gran ave ahora mismo aterrizó en forma humana, un cuerpo femenino vestido con un traje parecido al de un ave de color azul.

—-Mi nombre es Cloud Retainer, nombrada así por el gran Rey Geo, ¿Es usted otra gran divinidad?

Tras escuchar esto, el dragón aterrizó dejándose caer frente a frente con la que solía ser antes un pájaro. —-Mi nombre es Guizhong, la diosa de la sal y hasta donde yo se, ese es mi territorio.

Cloud Retainer abrió sus ojos asombrada al ver la divinidad en su frente, la joven diosa (en esos tiempos), solía ser un mito en los territorios de los adeptus. Nadie pensaba encontrarse con aquel fantasme y menos la, en ese entonces, inexperta adeptus.

A paso rápido Cloud Retainer guió al dragón en dirección a la gran nube rodeada por oro, creada por el gran Rey geo para su comodidad. En el ahora Pantano Dihua entre los lirios vidriados, El arconte miro profundamente con sus ojos ámbar a su otra divinidad frente a él.

—Su divinidad, Rex Lapis, creo que necesita temas legales que discutir con su divinidad, la diosa de la sal—. Habló así la joven pájara, en un tono nervioso.

—Entiendo—. Habló de forma dulce el arconte. —Se puede retirar, yo necesitaré de su ayuda en cuanto encuentre necesario, avise al resto de adeptus.

Cloud Retainer asintió y se transformó de forma muy rápida para volar en dirección contraría.

—¿Quien le dio la libertad de invadir mis territorio en más de una ocasión? Mis mortales no pueden moverse en tranquilidad sabiendo de la amenaza de un dragón desconocido—. Preguntó confundido por la osadía de la diosa.

—Discúlpeme, pero si lo corrijo—. Hizo una pausa para mirarle a los ojos. —Ese es mi territorio, rodeado por mis mortales, yo he sido la persona que les ha tendido ayuda con mis mandamientos.

Una risa profunda sonó. —¿Usted a creado mandamientos? ¿Podría ser tan amable de explicarme cada uno de ellos?—. La divinidad asintió.

—Con gustó podría relatarle de mis mandamientos, con la condición de una solución a nuestros problemas de territorio.

—Mis mandamientos constan de cuatro ordene las cuales se deben cumplir—. Habló a su vez la diosa sentándose a un lado del arconte, quien escuchaba atento de cada una de la palabras. —Unirse en la ambición es ser firme e inamovible para siempre.

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⏰ Última actualización: Feb 21, 2022 ⏰

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