Rojo

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(Perspectiva Geralt)

Pero no tenía motivos para negarme, podía no responder a lo que quisiera, y sí hacerlo a las cosas que considerase oportunas, así que tomé asiento a un lado de la mesa y dejé mis espadas sobre la mesa.

-Lo primero, más que una pregunta, es una petición- dijo comenzando a pelar las patatas que había sacado de un saco- ¿podríamos partir en unos 3 días? He de poner en orden algunas cosas antes de irme, entiendo que no es asunto tuyo y no tienes por qué esperarme, pero...

-No tengo prisa por irme- me adelanté a responder, había visto suficiente estos dos días, para saber e intuir que no solo Luci y Jonas dependían en parte de sus atenciones y su ayuda.

-Gracias- dijo suspirando - durante el trayecto, te pagaré por mi protección, no quiero ser una carga.

-No soy un escolta- dije negando- te he ofrecido acompañarme, no voy a cobrarte por ello.

-De acuerdo, en ese caso, el hospedaje y la comida, en los pueblos que crucemos, corren de mi cuenta- dijo - al menos, debes concederme eso.

-Haz lo que quieras- dije encogiéndome de hombros, si eso la hacía sentirse más cómoda, no iba a rebatirla- pero has de saber que no dormiremos en camas mullidas mucho tiempo.

-Me hago una idea- dijo terminando de picar una buena cantidad de patatas y poniendo algo de aceite en el cazo para sofreírlas- ¿Dónde he dejado el pedernal?

Eso último fue más una pregunta al aire, pero la escuché y me vi ofreciéndole ayuda sin pensarlo demasiado.

-Puedo ayudarte con eso- dije levantándome y acercándome al lugar donde encendía el fuego para la cocina.

Hice la señal Igni y en un instante la madera ardió y comenzó a calentar el cazo.

-Gracias, eso parece muy útil- comentó curiosa- aunque no sabía que podíais usar la magia del fuego.

-Es solo una señal, se llama igni- respondí, sabía que los hechiceros tenían seberas restricciones con la magia del fuego, pero eso no aplicaba a los brujos- los hechiceros no tienen permitido usar la magia del fuego, pero nada nos lo impide a los brujos.

-¿Eso quiere decir que yo no podría aprender?- preguntó volviendo a revelar su la do curioso.

-Eso depende del control que tengas sobre tu magia- comenté, estaba claro que tenía acceso a su magia, pero no había recibido entrenamiento para controlarla adecuadamente- ¿has podido canalizarlo antes?

-Puedo hacer algunos trucos sencillos, señales de protección para evitar intrusos, activar componentes medicinales, algo de magia curativa, pero todo a pequeña escala- confesó, eso era mucho para alguien sin adiestramiento correcto - no he tenido maestro alguno en ese campo.

-¿No querrías convertirte en hechicera?- pregunté pensando en que tal vez debería ir a Aretusa y no al templo, si quería sacar provecho de las capacidades que poseía.

-Me lo han propuesto en varias ocasiones, pero lo he rechazado, se lo que implica ser una hechicera, vivir sirviendo a un rey que hará el mismo caso a tus consejos que a una mota de polvo en el alféizar de la ventana- dijo volviendo a sorprenderme, no se le ofrece a cualquiera convertirse en hechicera- no, gracias.

-Tendrías poder, no tendrías que seguir huyendo- insistí al no comprender su manera de actuar.

-¿Y para qué querría el poder?- dijo mientras seguía preparando la comida- aunque no lo creas Geralt, soy feliz con la vida que tengo, a pesar de tener que huir, soy más libre de lo que nunca hubiera soñado, el poder, atrae la codicia por más, la envidia de otros, ¿tú querrías más poder del que tienes?

Bajo tu embrujo. Geralt the RiviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora