Bajo tu embrujo. Geralt the Rivia

Encuentro

(Perspectiva de Geralt)

Un trabajo fácil ¡y una mierda!, llevaba más de diez Drowner muertos en el lago y no dejaban de aparecer más, quién iba a imaginar que en este maldito lago hubiese un nido tan grande de esas criaturas.

La última parecía querer resistirse, el efecto del elixir comenzaba a desaparecer y me estaba quedando sin fuerzas, me hundió en las aguas con uno de sus tentáculos, pero conseguí herirle y volver a la superficie, no me había soltado por completo, solo necesitaba un instante de tregua, una señal de cansancio por su parte y podría terminar con él.

Y en ese momento, una flecha certera, atravesó el ojo del Drowner, atravesando su cerebro y dándome la oportunidad de cortarle la cabeza de un tajo y terminar con él, aunque no podía bajar la guardia aún, alguien me había ayudado o simplemente había disparado al monstruo por miedo, tal vez, esa persona fuese una amenaza nueva. Tomé la cabeza del Drowner como prueba del trabajo hecho y la lancé a la orilla, junto a Sardinilla, mis fuerzas flaquearon cuando me acerqué a la orilla, y antes de dejarme caer en la misma, alcé la mirada para encontrarme con algo que no esperaba, un mujer, cubierta por una túnica con capucha, pero se intuía su figura bajo ella, tenía un porte recto y una postura firme, pero no amenazante, el caballo a sus espaldas era un espécimen espléndido, no podía pertenecesr a alguien de bajos recursos, pero la mujer frente a mí llevaba ropa bastante humilde.

Tras el rápido análisis y descartar posibles amenazas inminentes de ella, me deje caer sobre la hierba, necesitaba un pequeño respiro, el elixir había dejado de hacer efecto y las fuerzas abandonaban mi cuerpo, haciéndome consciente de las heridas y aguijones que tenía clavados en mi cuerpo.

-¿Se encuentra bien?- preguntó la muchacha acercándose a mí con cautela.

-Mmm- murmuré agotado mientras me giraba para tratar de ver mejor su rostro, ella parecía examinarme con cuidado.

No pude distinguir bien el color de sus ojos, pero sí el color de su cabello, gracias a un mechón que sobresalía de su capucha, esa mujer tenía unos labios bonitos, y una voz más que agradable, pero no tenía fuerzas de más para pensar en ello en ese momento.

-Debería alejarse de la orilla, según he leído los Drowner no viven solos, al menos tienen núcleos de crianza de ocho o más especímenes- dijo mirando el lago con notable preocupación, aunque no sabría discernir si era por mi integridad o por la posibilidad de que un Drowner saliese del lago para atacarla.

-Lo sé- dije incorporándome, quedando sentado sobre el césped, debía cobrar mi trabajo y encontrar un lugar donde asearme, comer algo y quitarme los aguijones de encima.

La muchacha no se movió del sitio, parecía pensar en algo, hasta que volvió a hablar.

-Necesitáis curar esas heridas- dijo con un deje de advertencia- sobre todo las de su espalda, esas espinas parecen profundas.

-Mmm- dije moviendo los hombros para corroborar que sería difícil deshacerme de esos aguijones, ¡mierda!

-Déjeme ayudarle- ofreció dando un paso más en mi dirección-es a lo que me dedico.

-No es necesario- dije mirándola a los ojos, ahora que estaba cerca, podía ver que eran de un color entre el gris y el azul, misterioso, pero no conseguí ver sus intenciones, ¿por qué me ofrecía ayuda sin conocerme? O ¿me conocía y quería algo de mí?- me curo rápido.

-No lo dudo- dijo pareciendo divertida por mis palabras, cosa que me desconcertó - pero si no se saca todas las espinas y su piel se cura sobre ellas, le podría producir una infección y será más difícil curarlo después.

-¿Quién sois?- pregunté sin querer darle la razón, aunque era cierto lo que decía.

-Disculpe mis modales, me llamo Viola, Viola de Redania- dijo dejándome saber su nombre y dejando también al descubierto unos modales pertenecientes a la corte, aunque tratase de disimularlo, hizo una pequeña reverencia que solían hacer los nobles cuando se presentaban- y soy una especie de curandera, entre otras cosas, ¿Cuál es su nombre, señor?