Capítulo 8

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— ¡Laird, laird! –


Chanyeol frunció el cejo y levantó la vista de la mesa. Maddie entró corriendo en el salón, acalorada.


— ¿Qué pasa, Maddie? Estoy reunido –


Ella ignoró el reproche y se detuvo a pocos centímetros de distancia. Estaba muy nerviosa y movía agitada las manos.


— Con vuestro permiso, laird, tengo que contaros una cosa. —Miró disimuladamente a su alrededor y luego añadió en voz baja—: A solas, laird. ¡Es muy importante! –


Chanyeol notó una presión en las sienes. Hasta el momento, su mañana había estado repleta de dramas. Igual que la noche anterior, pensó, al recordar su encuentro con Sehun. El muchacho todavía no había hecho acto de presencia y él estaba convencido de que lo estaba provocando adrede. En cuanto terminase de hablar con Jongdae y Jongin, iría a buscarlo y le diría que se le había acabado el tiempo.

Levantó una mano y les hizo una señal a sus hombres para que se fuesen. Vio que sus hermanos lo miraban y les indicó que se quedasen. Fuera lo que fuese lo que Maddie tenía que decirle, bien podía hacerlo delante de ellos.

En cuanto los soldados abandonaron el salón, volvió a centrar su atención en la joven.


— Veamos, ¿qué es tan importante que has tenido que interrumpir una reunión con mis hombres? —

— Es el joven—empezó Maddie y Chanyeol gruñó —

— ¿Qué ha hecho ahora? ¿Se niega a comer? ¿O ha amenazado con tirarse por una ventana? ¿O acaso ha desaparecido? –


Maddie lo miró confusa.


— Por supuesto que no, laird. Está en sus aposentos. Yo misma le he llevado el desayuno —

— Entonces, ¿qué le pasa? —preguntó él, exasperado —

— ¿Puedo sentarme, laird? Porque la verdad es que la historia que voy a contaros no es nada corta –


Jongdae puso los ojos en blanco y Jongin observó la escena aburrido.

Chanyeol le señaló a la chica que podía sentarse.

Maddie lo hizo y entrelazó las manos con fuerza, colocándolas encima de la mesa.


— El joven es Oh Sehun —soltó la información como si esperase que Chanyeol reaccionase de alguna manera —

— Ya sé que se llama Sehun. No sabía el apellido, pero es un apellido bastante corriente en Escocia. La pregunta es: ¿cómo has conseguido esta información? El me dijo que se negaba a decirle a nadie quién es. Si a Taeyong no se le hubiese escapado su nombre, yo seguiría sin saberlo —

— No, él no me lo ha dicho. He conseguido averiguarlo yo sola, ¿sabéis? —

— No, no sé. Quizá será mejor que me lo cuentes —respondió Chanyeol con paciencia —

— Cuando he subido a llevarle el desayuno, el estaba vistiéndose. Ha sido bastante incómodo y me he disculpado, por supuesto. Pero antes de que pudiera taparse, he visto la marca –

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