— ¿Qué quieres decir con que la curandera no está aquí? —preguntó Chanyeol, incrédulo –
A Cormac no le había hecho ninguna gracia tener que decirle al laird que la mujer no iba a parecer. Bastaba con mirar al guerrero para saberlo.
— Encuéntrala y tráela aquí de inmediato —le ordenó Chanyeol entre dientes —
— No puedo, laird —le dijo Cormac con un suspiro—. Los MacLauren perdieron a su curandera y Lorna ha ido a ayudarlos con el nacimiento de un bebé. Vos mismo le disteis permiso –
Chanyeol resopló, frustrado. Sí, le había dado permiso. Lorna era muy buena comadrona y MacLauren le había suplicado que la dejase que fuese a ayudar a su mujer en el parto, porque no parecía ser capaz de salir adelante sola.
Chanyeol había pensado entonces que si algún Park necesitaba que lo atendiesen mientras la curandera estaba fuera, él mismo se ocuparía.
Pero el que necesitaba ahora que la cosiesen era precisamente su esposo y Chanyeol no quería tener que ser él quien lo hiciese.
— Tráeme la cerveza más fuerte que encuentres —le murmuró a Cormac—. Tendrás que preguntarle a Gertie dónde guarda la que utilizamos con los heridos y para las sedaciones. También necesito agua, aguja e hilo y algo para vendar la herida. Date prisa –
En cuanto el soldado se fue, él volvió a acercarse a Sehun, que seguía tumbado en la cama, con los ojos cerrados. Estaba muy pálido y parecía todavía más delicado de lo que era.
Chanyeol sacudió la cabeza para alejar los lúgubres pensamientos que lo asaltaron. La herida no era grave. Era imposible que pudiese matarle, siempre que él consiguiese evitar que lo asaltase la fiebre.
Gannon y Diormid se acercaron a la cama y contemplaron ansiosos a su señora. Mientras Chanyeol esperaba a que volviese Cormac con lo que le había pedido, se dirigió a sus hombres en voz baja:
— Quiero que interroguéis a todo el mundo en el castillo. Alguien tiene que haber visto algo. Me niego a creer que esto haya sido un accidente. Los hombres son muy cuidadosos. Averiguad si había alguien practicando con el arco y las flechas —
— ¿Creéis que alguien ha intentado hacerle daño a vuestra esposo? — le preguntó Gannon, incrédulo —
— Eso es lo que me gustaría averiguar —respondió Chanyeol —
— Estoy seguro de que nadie ha intentado matarme —dijo Sehun, adormecido—. Ha sido un accidente, eso es todo. Diles a tus hombres que los perdono —
— ¿Qué quieres que haga, Chanyeol? —le preguntó Jongin, con semblante tenso —
— Quédate aquí conmigo. Necesitaré que me ayudes a sujetarle –
Cormac entró corriendo en el dormitorio, con los brazos llenos de cosas y sujetando una botella entre los dedos. Chanyeol lo cogió todo y lo dejó al lado de la cama.
Chanyeol no quería que nadie tocase a Sehun, pero al mismo tiempo sabía que era imposible que él pudiese hacerlo todo a la vez. Si tenía que coserlo, y dado que la curandera no estaba no le quedaba más remedio, necesitaba que otra persona le sujetase a el y se asegurase de que no se hacía más daño.
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Mi Enemigo
FanfictionCuando el matrimonio es la única salida. Chanhun Sehun bottom Adaptación sin fines de lucro. Créditos a la autora correspondiente.