Jeon Jungkook un mafioso de 23 años el mafioso más temido y respetado de toda Corea se enamora de Kim Taehyung un chico de 19 años de edad al cuál obligan a aceptar que tiene que ser vendido a Jungkook en una subasta pero no sabe que terminara amánd...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La luna brillaba en todo su resplandor; el cielo oscuro se vestía de luz por todas las estrellas radiantes; una luz abrasadora, y la brisa les acompañaba de forma sutil.
En la habitación, Kim Taehyung sostenía con delicadeza las mejillas de su novio y este lo tomaba de la nuca.
La pareja se besaba con suaves roces, tan cariñoso y tan cálido, sus almas danzando con armonía. Ambos estaban sentados sobre dos sillas frente al balcón.
Jungkook al fin sintió de nuevo ese calor entre las cuatro paredes de su habitación cuando tuvo a el pelirrojo a su lado.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Luego de haber llegado a su hogar, Yoongi y Hoseok fueron con Namjoon para recoger a Jimin; Seo Joon se despidió para irse a su hogar, Jungkook había ordenado que le prepararan una habitación a Hyunjin y Felix quienes después de agradecer miles de veces al azabache por haberlos ayudado a escapar se dirigieron a descansar. Bogum platico un momento con ellos dos en la sala mientras atendían el brazo herido de Jungkook; y Taehyung alimentaba con un biberón a Dong para hacerlo dormir de nuevo, minutos después el castaño igual se marchó a su habitación.
Dejándolos a ellos tres solos, el pelirrojo subió con Dong dormido en sus brazos a la habitación que compartía con su mayor. Lo dejo justo en medio de la cama y después Jungkook hizo presencia.
Ambos se dieron una ducha juntos, pero muy en el fondo Tae no lo pudo disfrutar tanto como quería.
Taehyung se sentía avergonzado por todas las marcas, y moretones que tenía su cuerpo, y Jungkook se quiso romper a llorar ante tal imagen.
Mientras el menor sentía que era asco lo que describía la expresión de su novio, Jeon por dentro se culpaba e insultaba por no haber podido evitar que las manos de tantos extraños tocaran de esa forma tan repugnante a la persona que era su vida y luz.
