Sufrir, Vivir, Amar ✨

Capítulo 14. Miedo

"El amor ahuyenta el miedo y, recíprocamente el miedo ahuyenta al amor. Y no sólo al amor el miedo expulsa; también a la inteligencia, la bondad, todo pensamiento de belleza y verdad, y sólo queda la desesperación muda; y al final, el miedo llega a expulsar del hombre la humanidad misma." -Aldous Huxley

Algo me estaba calentando y haciéndome sentir incomodo, quería moverme y no podía, no era una pesadilla, era real, tenía calor, cuando por fin mi cabeza supo identificar que era, me quedé paralizo por unos segundos, Jungkook se había quedado dormido en mi cama, conmigo y Jungwon por supuesto.

Bueno, Jungwon estaba en su cuna pero de todos modos era... ¿mágico? ¿Por qué estoy pensando que el hecho de que Jungkook se quedara a dormir era mágico? no, no, mis pensamientos me estaban traicionando, yo no quería enamorarme, quería tener sexo y nada más pero la verdad es que tener solo sexo no era mi estilo.

¿Qué es lo que debía hacer? Me sentía confundido, Jungkook era tan diferente a lo que yo pensaba, él quería a Jungwon, mientras pensaba que hacer Jungkook me haló abrazándome y me pegó más contra él, por un microsegundo pensé que sentiría miedo pero no, estar con él, me hacía sentir seguro y de alguna forma ¿querido?, él me quería, como amigo, eso era seguro ¿Y si tener sexo arruinaba lo que habíamos logrado?

Pero Jungkook era un hombre sexual por así decirlo, ¡cielos! ya me había hecho bolas yo solo con tanto pensar, dejaría fluir las cosas, que lo tuviera que ser fuera y ya. Ya no podía dormirme pero tampoco quería despertar a Jungkook por salirme de su abrazo el cual no quería dejar, entonces me puse a verlo dormir. Dormido era tan lindo, no había más que paz en su rostro, se veía feliz. Con mi dedo se me ocurrió delinear su perfil, él se movió un poco y me apretó aun más, ahora si tenía que zafarme, me estaba apretando demasiado, me moví un poco y logré que aflojara un poco el agarre, así que me moví un poco más.

—Si te sigues moviendo voy a tener que sacar a Jungwon del cuarto —¡diablos! lo había despertado —. ¡Park! Es sábado, no puedes dormir un poquito más.

—Es que me estabas apretando mucho —y no mentía.

—Lo siento —dijo y aflojo su agarre sin soltarme del todo —. ¿Sabes que hablas dormido?

¡Ay no! ahora que dije.

—Sí, un poco ¿qué dije? —por favor que no se me haya ocurrido decir algo vergonzoso.

—Me gusta la estrategia que planeaste para el caso de la embarazada corrida por el jefe y lo digo así porque era como tú lo hacías —él se movió un poco y sacó algo de su pantalón, su teléfono —. ¡Park, maldición! son las 6 de la mañana, ahora ya no voy a poder dormirme, ¿qué vamos a hacer?

— ¿Quieres saber que hago los sábados en la mañana? —por lo que llevaba de conocer a Jungkook, creo que le gustaría lavar la ropa.

— ¿Qué haces los sábados por la mañana? —me dijo curioso.

—Hago lo que todo padre trabajador hace, me toca lavar, limpiar y demás cosas del hogar, aunque hoy solo pondré la lavadora porque tengo que acompañar a Rose al gin... — ¡diablos! – ¿gimnasio?

—Voy a hacer como que no escuché nada, no te preocupes, pero puedo saber algo ¿Por qué van?

—Jeon y dicen que los hombres no son chismosos, voy a acompañarla a que se haga el papanicolau, ¡sí! a eso vamos, a una revisión general.

— ¿Tú también?

—Claro, soy un hombre consciente de mi salud pero a mí ya me tocó antes, solo voy de apoyo moral. Y todo por tu culpa. Por todas las veces que le tocó soportar a Sana. Todos nos sabemos el discurso sobre ti casi de memoria.