Tenia que poner mi plan en marcha. Un chico nuevo cada semana. ¿Mi plan era salir con un chico nuevo cada semana? en realidad no. Ese no era mi plan, no quería salir con nadie ni en un millón de años. Me enamoraría de un chico nuevo cada semana. Dicen que no es fácil olvidar a alguien y menos si usas a otra persona para tratar de hacerlo. Yo no quería herir a nadie, ¿Por qué haría esto? bueno, no quería sentirme atraída por mucho tiempo. Además si me sentía atraída por alguien durante más tiempo, seguro volvería a pasar lo que paso con Mason. Quizá no igual, pero saldría totalmente herida. Comencé mi plan entusiasmada.
El primer chico el cual me atrajo, era un chico común. Un chico con el que mi mirada se chocó accidentalmente, no quería olvidar eso. Y ya que era buena con los dibujos hice uno. En el puse sus características que más me atraían.
Y ahí comenzó todo. Cada lunes ya fuera por la mañana, tarde o noche. Tenia que abrir bien los ojos para observar a los mejores chicos para elegir uno. Un chico que me gustaría tan solo por una semana, al principio creí que sería difícil pero cada vez veía un chico más atractivo que el anterior.
Eran chicos, con los cuales jamás me volvería a topar en mi vida. Confiaba ciegamente en eso. Algunos chicos se veían más altos que yo. Otros eran bajitos, no tenía ningún gusto en específico. Pero siempre me fijaba en su mirada, no importaba el color. Siempre que me miraban a los ojos, me gustaban.
Cuando nació la pequeña Cali, sentí que quería protegerla con todo mi corazón. No quería que nada le pasara a mi h...
Y así es como era todo hasta ahora. Yo me "enamoraba" de un chico cada semana y al final me daba razones a mi misma por las cuales no podía seguir enamorada de ese chico. Y me sentia tan bien, al menos mi corazón no terminaba lastimado.
Claro que había una sola regla, UNA REGLA QUE JAMÁS PODRIA ROMPER: enamorarme de alguien que viera todos los días. Y regla de la cual estaba segura jamás llegaría a romper.
En un cuaderno, anoté los primeros chicos de los cuales me había enamorado hasta el momento, no tenían nombre, solo era chico 1, chico 2. Cada uno tenía descripciones y el dibujo de su rostro.
Entonces en ese último año de preparatoria conocí a Ethan. Olivia, Ethan y yo nos habíamos vuelto grandes amigos todos nos llevábamos bien.
Recuerdo que un día estábamos conversando sobre el amor. Olivia sabía lo que yo hacía jamás se lo podría ocultar, pero Ethan desconocía totalmente el asunto.
–¿Y qué tipo de chicos te gustan?–Cuestionó él.
–No hay un tipo específico–Respondi sin pensar.
En su rostro apareció una sonrisa. Solo lo mire sin entender lo que estaba sucediendo.
Con el pasar de los meses mi juego seguía siendo igual, la verdad es que me hacía sentir mejor, cada chico llenaba ese vacío que existía en mi corazón. Poco a poco se iba llenando. Guardaba cada pequeño detalle de cada chico durante una semana y después de eso, lo olvidaba para siempre. Ya no le dedicaba canciones de amor, ya no le escribía poemas. Ahora lo hacía para otro chico. Cada domingo escribía un pequeño mensaje de despedida. Me imaginaba que era el término de nuestra relación, aunque sabía que no había ninguna. Porque los chicos desconocían totalmente la situación.
Estaba confiada, que de esta manera nadie nunca jamás podría lastimarme. Nunca saldría herida por amar a alguien. De cierta manera me hacía sentir mejor.
No había nada que pudiera arruinar mi estrategia. Todo marcharía perfectamente bien. O al menos eso era lo que yo creía.
Logré entrar a la universidad un año más tarde. Mis amigos Ethan y Olivia se quedaron en distintas universidades. Pero de vez en cuando salíamos. Al entrar a la universidad todo era un poco difícil ya que todos los chicos eran muy, pero muy apuestos. Y algunos me miraban directo a los ojos sin pena. El corazón casi se me salía, pero por supuesto que debía evitar fijarme en uno de ellos. Cuando tenía miedo de que algo así sucediera, pensaba en lo que paso con Mason. Y poco a poco olvidaba eso y me centraba en cumplir mi propia regla.
Un día me enamoré de un chico bajo la lluvia, ambos estábamos empapados el llevaba la capucha de su sudadera encima de la cabeza para evitar mojarse y de pronto su mirada se topó con la mía, fue todo tan romántico. Disfruté la semana en la que me enamoré de él, pero eso tenía que acabar exactamente un domingo, para el lunes encontrar a otro chico.
Mi manera de proteger a mi corazón era demasiada, demasiada extraña pero no encontraba otra manera de sentirme mucho mejor.
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Un chico nuevo cada semana
RomanceLas rupturas amorosas o problemas con el amor pueden ser difíciles en la vida de todas las personas. Sin embargo Chiara tiene una manera muy peculiar de evitar el riesgo de sufrir por amor. ¿Le funcionará por siempre?