Capítulo 3

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Habían pasado precisamente 3 años desde que comencé a fijarme en los chicos de esa manera. Que una semana lo eran todo para mi y la siguiente semana ya no eran nada. La cantidad de chicos anotados en mi libreta. Era 156, el último fue ese sexy repartidor de pizza que conocí el lunes. Pero el domingo ya había llegado así que debía comenzar a olvidarlo para volver a tener un flechazo con otro chico.

Era el momento de escoger al chico 157.

-Chico 157, ven a mi pronto-Dije en voz baja para mi misma.

Pasaba por el vecindario. Tomé el bus. Todo parecía estar tan tranquilo. Me senté en uno de los asientos ya que había algunos desocupados. Antes de llegar a mi parada. De pronto el bus estaba repleto, me percaté que había una anciana que apenas podía sostenerse, me miró y la llamé. Ella se acercó y le cedi mi asiento.

-Gracias jovencita-Me sonrió y la ayude a sentarse con cuidado.

En ese instante, yo estaba desprevenida. El bus frenó y no alcancé a detenerme, cerré los ojos esperando lo peor, pero en ese momento sentí que alguien me tomó de la mano y me detuvo. Abrí los ojos y me topé con unos ojos verdes, entonces lo supe. El chico 157 sería este chico que me había salvado, era mi héroe. Me reincorpore luego de unos segundos.

-Gracias-Dije.

-No fue nada.

Su voz era tan sexy. Era la primera vez que escuchaba la voz de uno de los chicos. Nunca pasaba de las miradas. Sin duda añadiría este detalle a las notas del chico 157. Al bajarme del bus, me sentía como en un sueño. Recordaba ese momento.

Me sentía agradecida con la vida. En ese momento entre a mi salón de clases. Zoe me miro con desprecio como siempre solía hacerlo.

-Buenos días-Le dije sin pensar. Aún seguía embobada recordando al chico de los ojos verdes.

No había visto a nadie tan lindo como él. Recordaba sus ojos verdes tan preciosos y su voz tan sexy y encantadora. Zoe me miraba irritada pues no había logrado hacerme enfadar.

Zoe, es una de las chicas más lindas de la universidad. Siempre me humilla y la verdad no sé cuál es el problema que tiene conmigo. Porque yo nunca le hecho algo malo o algo parecido. Sin embargo yo trato de calmarme, no quiero que ninguna de las 2 esté metida en problemas.

Al salir de las clases. Mi amiga Olivia me esperaba. Corri a abrazarla.

-Feliz cumpleaños-Me sonrió.

-Gracias, creí que lo habías olvidado..

Comenzamos a caminar. Y me llevó a un restaurante. Esperando a que nos trajeran la comida comencé a hablar.

-El chico que me gusta, tiene unos preciosos ojos verdes. No puedo olvidarlo.

-Siempre dices lo mismo cuando acabas de conocer a un chico. La verdad no entiendo porque haces eso. ¿No sería más fácil enamorarte de una sola persona?

-No lo digas ni en broma. Creo que todo está muchísimo mejor así.

-Si tú lo dices.

-¿Cómo va todo con Ethan?-Me atrevo a preguntar.

-Sabes que le gustas tu. Yo no tengo ni la más mínima posibilidad-Suspira-. Esta bien, Ethan es un chico demasiado lindo para mi.

-No digas tonterías, tu eres muy linda. Si Ethan no se da cuenta es porque es tonto.

Mi mejor amiga Olivia está enamorada de Ethan y él está enamorado de mi y yo estoy enamorada de un chico nuevo cada semana. Así eran las cosas. Ninguno se nosotros era correspondido. Yo estaba genial con eso, pero creo que tanto Ethan y Olivia estaban irritados de hacer de todo y no poder estar con la persona que aman.

Hubo un gran silencio mientras comíamos. Y eso es de lo que habló, el amor siempre ocasiona dolor, yo no podía amar a Ethan y el no podía amar a Olivia. Por mi cabeza pasaban mil ideas de como poder cambiar las cosas, pero ninguna idea era lo suficiente buena.

Olivia tomó mi mano de la nada.

-No te preocupes tanto.

Vaya que está chica me conocía a la perfección tanto como yo la conocía a ella.  Me regaló un collar con un corazón de la amistad.

-Nunca te voy a defraudar-Me aseguro.

-Ni yo. Seremos amigas para siempre pase lo que pase.

-Es una promesa.

Al llegar a mi casa. Cali corrió a mis brazos, 3 años tenia esa pequeña y tenía demasiada energía. Me puse en cunclillas para abrazarla.

-Hola, Cali-Le di un besito en su pequeña mejilla-.¿Cómo te portaste hoy?
Ella sólo me miraba con su tierna mirada angelical. Luego de comer subí a mi habitación y escribí sobre el chico 157 al que le pertenecería mi corazón por esta semana, o al menos eso es lo que yo pensaba...

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Un chico nuevo cada semanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora