Al otro día decidí no ir a la escuela. Dije que podría ayudarlos con lo que faltaba para la boda pero en realidad estaba bastante destrozada. Me sentía muy triste.
Durante 3 años me había mantenido alejada de esa situación por la misma razón. Estaba acomodando algunos arreglos cuando de pronto llegaron mis amigos Olivia y Ethan.
–Hola, ¿cómo estás?
Olivia me miraba. Ella me conocía a la perfección que sabía que algo malo estaba pasando conmigo. Ethan solo se alejó, no dijo nada solo se fue.
–La semana pasada él y yo nos besamos. Y creí que significaba algo pero en realidad no. Me siento pésimo.
–Ese día vimos cuando hablaste con él. ¿Qué fue lo que te dijo?
–Dijo que terminaría con Zoe. Y no lo hizo ese día venía a explicarme porque seguiría con ella y no pude. No pude escucharlo sabía que comenzaría a llorar en cuanto él hablará.
–Deberías investigar. Debe haber una buena razón. Deja eso y yo arreglare las flores.
En ese momento revisó mis redes sociales y encuentro la razón. La madre de Zoe ha fallecido. Entiendo ahora porque Noah no la ha podido dejar. La haría sufrir más, entiendo. Entonces esta bien que sufra yo.
El día de la boda se llega en un abrir y cerrar de ojos. La mañana esta muy alegre pero yo estoy con el corazón hecho mil añicos. Desearía estar bien y feliz pero de verdad que no puedo. Me siento mal por Noah y Zoe.
Él nunca debió gustarme porque entonces no estaría de esta manera. Estaría mucho mejor. Chiara, deberías estar mejor. Es la boda de tu prima. Trató de reconfortarme a mi misma.
Se llega el evento. A mi lado esta Mason, en realidad deseaba que quien estuviera a mi lado fuera Noah. Pero claro debe estar acompañando a Zoe en su perdida y seria muy egoísta no llegar a comprenderlo.
Estoy muy pensativa. Mason se ha dado cuenta de eso.
–Vamos a bailar–Sugiere él.
–Claro.
Comenzamos a bailar. Sé perfectamente que él quiere distraerme de todo lo malo. Quizá el tenía razón con lo que dijo hace 3 años éramos bastante inmaduros y no solo él, yo también. Eramos jóvenes.
Dicen que cuando somos jóvenes tenemos mucho por experimentar y conocer. Y la verdad es que así era. Debi haber conocido a chicos, debí haberme dado antes la oportunidad de enamorarme de alguien.
Al final de la boda, me da un abrazo de la nada. Yo me quedo impactada.
–Debes decirle lo que sientes antes de que sea tarde. Está es la última vez que me verás, pero quiero que seas feliz. Por favor. Dile. No importa si esta con alguien más, él debe escucharte.
Esa noche y la siguiente. Me quedo dando vueltas en la cama tras las palabras de Mason, tiene razón de alguna manera aún no le había confesado mi amor por él, pero él por mi tampoco. Pero aún así no perdía nada.
Tomé la decisión de que lo haría. Iba a decirle todo lo que sentia por él. El lunes por la mañana me puse linda de nuevo y me sonreí al espejo.
Al llegar al salón los escuché discutiendo. Zoe y Noah estaban ahí.
–Quieres dejarme?
Zoe estaba bastante enfadada.
–Es lo mejor.
–Lo mejor para ti porque seguro quieres estar con esa. ¿Verdad?
La veo alzar su brazo para golpear a Noah. Noah se agacha esperando recibir el golpe de su parte. Pero la detengo.
–No vuelvas a ponerle una mano encima–Digo segura.
–¿Y quién eres tú para ordenarme eso?
–Su novia. ¿No tu misma lo dijiste aquel día? Entonces déjalo en paz. Y da por terminada su relación con él. Porque entonces estarás en serios problemas conmigo.
La miro segura y bastante enfadada. La confusión y el miedo aparecen en su rostro.
–¡Larguense de aquí!
Tomo a Noah del brazo y salimos. Lo llevo hacia la cafetería. Y ahí nos sentamos.
–Gracias–Dice él.
–No me des las gracias. Esta bien creo que ya es momento de que lo sepas.
–¿De qué sepa qué?
–Hace 3 años, me enamoré de un chico, un chico que era amado por muchas chicas. Algunas eran abiertas otras y discretas. Todas se peleaban por él en la escuela. Un día él se fijó en mi.
Él me está escuchando atento.
–Yo era ingenua. Confie en el y me entregué a él, en todos los sentidos. Cuando creí que eramos más que felices,él ya estaba con la que se suponía era mi amiga. En ese momento supe que el amor dolía, me encerré en una burbuja dónde no quería amar a nadie. Porque eso dolia. Los chicos...
Aclaro mi garganta. No es nada fácil hablar sobre esto.
–Para protegerme aunque era una forma muy estúpida decidí, fijarme en un chico nuevo cada semana. Un chico al cuál no volvería a ver nunca más. Era algo que estaba seguro, pues jamás volvería a ver a ese chico que me topé mientras caminaba en la calle o a ese repartidor. Jamás volvería a ver a ninguno de ellos.
–¿Y qué pasó?–Pregunta él con curiosidad.
–Llegó el chico 157, era la semana 157, cuando me enamoré por primera vez y yo no lo sabía. Pensé que sería como otras veces, que jamás lo volvería a ver, pero lo vi más de una ocasión, quería evitar sentir todo eso por él. Pero estaba ahí siempre, en mis pensamientos y donde fuese que yo estuviera.
–¿Quién es él?
Ignoro su pregunta. No la responderé de manera directa.
–Su novia le gritaba, me dieron ganas de querer protegerlo. Incluso me dio un resfriado por darle mi paraguas para que él no se enfermara. Lo llevé a mi casa y lo anime a que se sintiera mejor, le cubri los ojos cuando vi que su novia se estaba besando con otro y lo volví animar. Siempre quise ayudarlo aunque él no sintiera nada por mi.
Él me mira sorprendido por dicha confesión. ¿quién no lo estaría? le he confesado que él es de quien estoy enamorada.
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Un chico nuevo cada semana
RomanceLas rupturas amorosas o problemas con el amor pueden ser difíciles en la vida de todas las personas. Sin embargo Chiara tiene una manera muy peculiar de evitar el riesgo de sufrir por amor. ¿Le funcionará por siempre?