Los nuevos Proxys

Cap. 14 Negligencia

-_Pov. Jenny_-

Me levanté de mi cama, me fuí a cepillar los dientes, a bañar y luego a cambiarme... Como siempre he hecho, con la diferencia de que tengo nueva casa, nuevos compañeros y un nuevo objetivo.

Más nunca volveré a la horrible casa de mis padres, no volveré a ese espantoso instituto, nunca más tendré que reprimir lo que realmente soy...

Salí de mi habitación dirigiendome al comedor, Ya algunos estaban allí. Me acerqué a Axel saludandolo con una sonrisa, al igual que el sonrió cuando me vió. —¿como estas?— Preguntó Axel, yo me senté a su lado estirandome un poco soltando un bostezo — Dormí como un bebé, y me siento perfectamente...— Respondí a lo que Axel ríe levemente y se apoya su codo en la mesa sosteniendo su cabeza contra la palma de su mano. 

En eso comenzamos a comer en silencio, aún así era agradable. Paseé mi vista por todos los lados del comedor, me extrañé que Ticci Toby se levantara en medio de la comida... A estado haciendo eso estos dos ultimos días, al igual que no he visto a... Esa. 

Volteé a otro lado viendo a Bloddy el cual voltea su rostro a otro lado lo cual me extrañó un poco... ¿que miraba?, entonces me acordé de lo que debía hacer y me acerqué a Axel —oye, ayer Bloody me dijo que debiamos ir a la ciudad, debemos hacer un encargo— Le dije susurrandole y este me mira de una manera como si dijera " Dejame en paz... ¿no ves que estoy comiendo? respeta". Me reí por lo que había pensado y seguimos comiendo hasta terminar.

Nos dirigimos hacia la salida, ya habíamos arreglado todo. Me dirigí a la puerta donde se encontraba Jeff y Bloody, estos se encontraban hablando y voltearon a verme —oigan y... ¿Toby?— Pregunté y Bloody negó con la cabeza —Tiene otro encargo— dice para comenzar a caminar. Le seguimos por el oscuro bosque. — ¿Oye Jenny y que piensas hacer?— Prenguta Jeff y lo miro extrañada —¿hacer de que?— pregunté y Jeff ríe —Aún te falta mucho para ser una completa y perfecta proxy... — dice mirandome de arriba para abajo — ¿No tienes otra arma?, osea se que soy increíble y que quieres ser igual a mi pero, no puedes elegír algo que no sea... un cuchillo de cocina.... Nina es una excepción, yo la creé...— dice encogiendo los hombros mientras este va bailando con su cuchillo como si fuera su pareja de baile. 

Ese comentario... me dolió un poco pero, trate de no pensarlo mucho y solo continue caminando. Siento que apoyan una mano en mi hombro, volteó y es Axel el cual me dedica una sonrisa —no le hagas caso, el que es más soso de todos soy yo... tu eres genial— Axel me reconforta con esas palabras —Pero, tu no eres soso... tu revolver es muy bonito...— Dije sonriendo mientras volvia a fijar mi mirada al camino.

Llegamos a la ciudad y nos separamos, Axel por un lado, Bloody por otro, Jeff por otro y yo de igual manera... Caminando me topé con un chico que estaba tirado en la acera, seguramente borracho... me acerqué, me incliné un poco para mirar su cara, detallandolo saco un papel de mi bolsillo desdoblandolo. Levanto el rostro del chico, no sin antes ponerme mis guantes y miro el papel el cual contenía la imagen de mi objetivo... y efectivamente, este era mi objetivo. —Bueno amiguito, llegó tu hora...— Lo tomé de los tobillos y lo arrastré hasta un callejón. 

He estado experimentando con cada recado... Quiero encontrar mi marca, no quiero ser tan simple... quiero disfrutar de esto.

Lo dejé en el suelo y lo arreglé de manera que estuviera derecho pero este se movía —hum... en verdad eres intranquilo...— musité viendo alrededor mio. Vi unas tablas que estaban tiradas, me acerqué, las tomé y me puse a verlas... Sería más facil si tuviera un hacha... Agh! Ticci Tobby, te extraño compa. —¡Agh!— grité molesta pateando las tablas, las cuales se rompieron astillandose algunas partes. 

Vi los trozos dandome una idea, los dividí poniendolos un poco fino con mi cuchillo y los puse a un lado del chico tendido en el piso, el cual se empezaba a despertar por el ruido. —¿Tuviste una linda y buena siesta, cariño?— le pregunté acercandome a un lado de este mientras tomaba los pedazos de tablas ya afilados —¿estoy en el cielo? porque veo a un angel— Este sonríe a lo que me río —no... ¡Estas en el infierno!...— Dije al mismo tiempo que le clavaba con fuerza una de las piezas afiladas en su muñeca. El chico gritó, aproveché y metí en su boca un bombillo a lo que este me mira estupefancto. —Si cierras la boca, ya sabes que pasará ¿no?— Le dije riendome.