Era el día más triste en la vida de aquel pequeño de solo 12 años, se quedó en la más profunda soledad.
—Hermana—. Dijo entre lágrimas. —¿Cómo pudo suceder esto?
Se agarraba la cabeza, no podía creerlo, llamó a la policía, rápidamente tomó el teléfono, pero al llamar la línea estaba cortada.
—¡Mamá!—. Gritó con impotencia atado ante una situación que no le era posible controlar.
La vecina oyó sus plegarias y corrió hasta su casa a ver lo que sucedía, la señora se espantó tanto que lo que se le ocurrió hacer fue esconder el cadáver y cargar al niño hasta su casa.
—Vas a vivir conmigo, a partir de ahora tu serás mi hijo, llevarás mi apellido y tú nombre será Joaquín—. Dijo mientras preparaba la cena.
—Pero, es que.....no, no sé—. Era claro que el niño estaba muy triste.
La señora Lucía no desaprovechó la oportunidad de tener un hijo aún si no fuera su sangre.
Mientras tanto, Robert se encargó de cada detalle del artefacto que por fin estaba en sus manos, reparó todo para que funcionará con el reconocimiento aéreo.
—¿Te fijaste que estaba ahí Alexander?—. Interrumpe Tom después de hacer ejercicio.
—Si, de hecho, desde que llegamos lo noté, no pudo entrar por cobarde.
—¿Cómo puedes decir eso?, Solo tiene 12 años.
—Si, y yo tenía 11 cuando tuve que aguantar lo que me hicieron, yo tenía 11 cuando destrozaron mi vida, y no me importa a quién tenga que destrozar para lograr mi venganza.
—¡Esta loco!, No permitiré que lo hagas.
—No Tom, no tendremos está conversación de nuevo.
—Es que tú no te fijas en el dolor que causas.
—Conmigo tampoco se fijaron a quien dañaban.
—Pues no estoy de acuerdo, te pondré límites.
—¡Qué!.
—Soy tu tutor legal, y te quitaré recursos si es que así te detendrás.
—Te equivocas, yo voy a seguir en esto aún solo, aún si tu plan significa que me quede así, voy a continuar con o sin tu ayuda.
Laurent escuchó todo, estaba desconcertada, no había visto jamás a Tom llorar, le causaba tanta tristeza ver esos ojos claros vidriosos y enrojecidos.
—¿Qué está pasando?.
—Nada que te importe, tu dedícate a tu trabajo—. Respondió Robert muy molesto.
—Oye no le hables así, ella no tiene la culpa—. Tom defendió tiernamente a Laurent.
—Mejor me voy, queda claro que estoy sobrando aquí.
—Te acompaño—. Respondió Tom con lágrimas en ese hermoso rostro.
—Ah, me van a dejar solo.
—Piénsalo Robert, te vas a quedar solo si no me haces caso—. Se volteó y soltó más lágrimas.
En ese momento a Robert se le partió el alma en mil pedazos, lloró como nunca antes lo había hecho, estaba deshecho, jamás había sentido un dolor más grande desde aquella horrible noche.
Rápidamente intentó olvidar ese momento, pues causar daño enorme a quien le destrozó la vida.
—Crees que Robert se enojé para siempre—. Laurent preguntó a modo de burla.
—No siempre Laurent, el es así, no sé si realmente pueda hacer lo correcto—. Limpió sus lágrimas.
—Te digo algo, realmente eres un pendejo, un pendejo—. Laurent había salido de su zona de confort.
—¡Qué!, Tu hablando así, ¿Por qué lo dices?—Dijo Tom confundido.
—Si, osea, realmente crees que 7 asesinatos después ¿se puede hacer lo correcto?—. Contestó entre risas.
—No entiendo—. Jadeaba.
—¡Cómo no vas a entender!, somos unas mierdas de personas, somos psicópatas y eso te incluye a ti también, ¿Qué posibilidad hay de hacer lo correcto? a ver dime, ¿Entregarnos a la policía y olvidarnos de la empresa?.
Laurent quedó impactada, realmente consideraba a Tom muy guapo, pero era muy estúpido al pensar eso.
—Tienes razón, como sería posible, llevo más de 10 vidas en mi conciencia, no puede ser, ¡Qué estúpido me ví!—. Tom no habría comprendido tan rápido de no ser por las palabras de Laurent.
—Voy a verlo, lo calmo, y después hablas con el—. Laurent estaba dispuesta a apoyar.
Robert por fin había corregido aquellos errores, y no solo servía como VPN, sino que realmente engañaba al mismo GPS y al reconocimiento aéreo para cambiar su ubicación.
—¿Ya estás más calmado?—. Laurent interrumpe.
—No puede haber peor tristeza que pelearte con tu mejor amigo—. Estaba destrozado aunque no lo demostraba.
—Hablé con el, lo hice entrar en razón.
—¡De verdad!—. Le brillaron los ojos. —¿Cómo?—
—Pues así nada más, le dije la verdad, es imposible hasta estas alturas de la vida dar marcha atrás después de lo que hemos hecho, osea, en el caso de el, 10 vidas hablan por si solas.
—Como, ¿El ah matado antes?—. Preguntó eufórico.
—Al parecer, eso me dijo—. Soltó un suspiro. —Entiendo que debe sentirse horrible pelearse por primera vez con tu imagen paterna.
—Si siente horrible, pero más horrible, pelearme con la persona que amo.
—¡Qué!—Se quedó sin aliento. —Yo creí que...
—No, no creas nada, el, es la persona que más amo en este mundo, y no soportaría que se enojara conmigo, el es el hombre de mi vida, y te lo digo abiertamente por qué se que puedo confiar en ti.
—Realmente me dejas sin palabras, nunca lo hubiera imaginado, obvio el no lo sabe.
—No, jamás, ¿Cómo crees?, El se desepcionaría tanto, ¿Cómo alguien como yo podría estar al lado de un hombre como el?, Yo no lo merezco—. Asentó la cabeza.
—Pues jamás vas a saber lo que pasaría si no le dices.
—Por favor Lau, tu lo amas también, obviamente a él le gustan las mujeres, y merece alguien a su altura, yo no, yo estoy solo por el resto de mi vida.
—No solo, yo estaré contigo.
—Hasta que te artes de mi y te alejes como todo mundo.
—No, yo estaré para todo lo que necesites, aún si tu plan significa que yo pierda la vida.
Robert no sabía de dónde sacó eso, no preguntó, simplemente decidió callar.
En ese momento una mano se asomó por debajo del escritorio.
—¿Qué es eso? Preguntó con extrañeza.
—Ah, eso, es solo un intruso, me vió dejar huellas de sangre aquí en la empresa, pues como no había otro lugar.
—Ultimamente has sido muy descuidado con esas cosas.
—No me estés cuestionando, mejor encárgate del cuerpo, llévatelo a ese Motel de Locos, para que lo quemen.
—Si ya voy.
Al día siguiente una persona llegó a la casa de Robert, pues comenzaba un nuevo trabajo para ella.
—Hola Robert, ayer en mi esquina me ofreciste un trabajo decente, sabes que, estoy de acuerdo, Voy a alquilar mi vientre.
Robert estaba tan feliz, cada vez más sus planes estaban cerca.
CONTINUARÁ...
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Niños Diabólicos Vol.1: Cunas perdidas.
Mistério / SuspenseTodos tenemos demonios ocultos y alguna vez hemos pensado en matar a alguien, pero, ¿Qué dirías si los que más piensan en eso son los NIÑOS? (aquellos seres que menos deberían pensarlo) Así es, los niños con su imaginación han soñado con matar a sus...