Niños Diabólicos Vol.1: Cunas perdidas.

Capítulo 22: Esperaré pacientemente.

Eran las 5:00 a.m. del 25 de Mayo de 2019, las noticias no se detenían ni un instante, tenían dos noticias muy fuertes.

“La noche de ayer se registró un ataque terrorista al hospital psiquiátrico “Nuestra Señora de los Angeles”, se registraron 25 muertes y 1 persona desaparecida, al parecer Aria Domínguez Juárez de 16 años de edad, en las grabaciones un hombre adulto la tomó entre brazos y se la llevó, hasta el momento sigue discapacitada”

—Me está causando muchos problemas, espero que la encuentren rápido—. Ordenó Robert a dos de las chicas, Fernanda y Katia.

—¿Será nuestra primera misión?—. Preguntaron emocionadas.

—Si, y de hecho, me alegra que se hayan presentado así, tienen a su disposición varios recursos, entre ellos, armas, dinero y tecnología.

En eso Tom llegó a la oficina, tenía más noticias importantes, entre ellas, que Cadena 7 tiene en exclusiva la noticia de ayer.

“Anoche se registró un escape de 21 chicas menores de edad, víctimas de trata de blancas, hasta el momento, 3 de ellas fueron halladas muertas de arma blanca, otras 18 se encuentran desaparecidas”.

—Me alegra que de ninguna manera estemos vinculados, en eso sí no quiero que nadie se entere.

—Descuida, está todo bajo control.

Tom se queda para darles a todos su credencial, y su currículum para trabajar en la empresa rival, cuando todo está listo, Cristina se acerca a Robert.

—Oye, el trabajo está genial y todo pero, ¿A cambio de qué?.

—De darles la oportunidad de trabajar decentemente, y, obviamente de ser leales a mi, y darme toda la información que averigüen.

—Bueno, entonces, ¿Porqué aquí dice que yo voy a trabajar aquí en la empresa?—. Frunce el ceño.

—Se que tienes conocimientos tecnológicos, pues yo me voy a ausentar un tiempo, Laurent va a tomar mi lugar, y tú vas a tomar el puesto de asistente.

—¿Por qué yo?—. Arruga la cara.

—Porque me caiste muy bien, confío en tí.

—Gracias—. Lo dice con ternura.

En ese momento Robert sale del edificio, y una persona lo espera, era Cinthia.

—Hola, ¿recuerdas tu propuesta?.

—Buenos días, no sé si todavía me acuerdo, puede ser demasiado tarde.

—Estoy dispuesta a firmar ahora mismo, voy a alquilar mi vientre cuánto antes—. Una lágrima recorre su mejilla izquierda.

—Calma, no te apresures, el contrato ya está listo, solo que, no es para luego.

—¿Qué?, Me tendrás esperando—. Se molesta.

—No, te estaré pagando, pero necesito un servicio más, pasa.

Ambos suben el enorme elevador, en el camino se encuentran con Laurent, pero es ignorada por completo.

—Necesito un servicio más, tu misión es enamorar a una persona, de tal modo que jamás podrás decir que no.

—No, yo jamás jugaría con los sentimientos de las personas—. Se arrepiente.

—No hay de otro modo, así que firma ahora.

El dinero era sumamente necesario, pues de eso dependía que si madre se salvara, y que tratarán su cáncer de mama cuanto antes.

—Entonces, me embarazo de esa persona, y cuando dé a luz, ¿el bebé será tuyo?.

—Correcto—. Sonríe. —Solo que, no te vas a embarazar de el, el no puede tener hijos.