Capítulo 11: Desolación

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—Maldita máquina —susurraba Shadow mientras se colocaba una chaqueta negra. El daño del reptil metálico había sido severo y le dejó una horrible marca en el brazo. Odiaba usar accesorios pero tampoco le parecía agradable andar luciendo esa marca.

Se encontraba en su "casa" o al menos el lugar donde podía vivir sin molestar a nadie. Tenía muchos sitios donde podía esconderse pero ese en particular era el que mayormente frecuentaba. Incluso después de que abandonó la resistencia optó por pasar unos años escondido de los demás en ese lugar.

¿Y quién buscaría a Shadow The Hedgehog entre un pueblo que se encontraba en unas montañas?

Habían pocos residentes, de hecho por las condiciones del lugar era menos propenso que se mudaran. Además era una tierra hostil la cual no se dejaba dominar fácilmente, sin embargo, los pocos que vivían allí lograron adaptarse al terreno.

Su casa era modesta, sin lujos, únicamente contaba con lo necesario. La usaba para analizar la situación y poder planear sus movimientos.

Ese día en específico iría a ver a la peliblanca, porque le había comentado acerca del ataque a su casino. No pudo ir antes debido a la presencia del equidna, incluso quedo en verse con ella en otro lugar.

Debía admitir que le preocupaba la chica, después de todo era la única en la que podía confiar. Dejando de lado los sentimientos, salió de su casa para dirigirse a la reunión con la chica. Algunos residentes le saludaban cortésmente y otros se despedían, en ese lugar Shadow era uno más de ellos e incluso algunos niños le regalaban caramelos porque les agradaba el azabache.

Y ojalá pudiera ser más abierto emocionalmente pero, se mantenía en la delgada línea de simplemente agradecer por la hospitalidad y nada más.

[…]

Rouge a duras penas salió del apartamento, ese equidna si que era un problema para ella. Lo más importante era que no la siguiera. Se sentía bien pese a los golpes que recibió y se movía mucho mejor. De hecho pensaba que eso era obra de alguna esmeralda, seguramente ____ había heredado eso de su padre.

Con el sonido de los tacones caminando por la calle, llegó hasta un restaurante en dónde reservó una mesa para dos. Quería estar en un lugar donde apenas hubiese gente para poder hablar tranquilamente con el erizo negro.

Después de confirmar su asistencia en la recepción ella espero paciente, hasta que vio que Shadow llegaba al lugar.

—Mi querido Shadow —le comentó ella feliz al ver que su cita había llegado.

Shadow se sentó y se cruzo de brazos, sin mediar palabras. 

—¿Sigues con esa actitud distante? —le recriminó ella ligeramente ofendida por la actitud de su compañero.

—¿Estás bien? —le preguntó ignorando nuevamente sus reproches.

Rouge sostuvo la respiración, dejó de lado su furia. Shadow era poco expresivo, sus reacciones eran tan imperceptibles a simple vista pero Rouge lo conocía de mucho tiempo atrás.

—Si, no debes preocuparte. Salí ilesa —le contestó soltando una ligera sonrisa al ver la preocupación de su amigo.

—Esas máquinas se están volviendo un caos —le dijo colocando los brazos sobre la mesa y viéndola—, no logró descifrar su origen y menos quién las construye.

Rouge le vio sin expresión, quizás Shadow no estaba viendo las cosas como ella logró percibirlas y de hecho, era algo que le causaba malestar.

—La máquina no venía por mí —le dijo un tanto insegura.

Predestinación (Shadow X Tn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora