Capítulo 3

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Marizza se admiraba en el espejo del baño, mientras observaba su cuerpo semi desnudo tapado únicamente con el traje de baño de dos piezas. La parte de abajo, dejaba al aire su trasero, pues era de tanga. No era la primera vez que utilizaba uno de este estilo. En el Vacance Club en 3 año lo había llevado, pero ahora, lo llevaba puesto por un motivo: provocar a Pablo y obtener una reacción de él. Necesitaba saber que realmente le calentaba.

Pero ella, por más que se admiraba su reflejo, su cuerpo y sus curvas, Marizza se veía poca cosa. Sentía que ella nunca sería suficiente. Ni para Pablo ni para ningún hombre. Desde que había tenido esa conversación con Pilar sus inseguridades sobre su aspecto físico que durante años había tratado de esconder, habían surgido a flote de nuevo.

Se dio la vuelta y admiro su trasero y sintió como un nudo en la garganta se apoderaba de ella.

POM, POM, POM...

Marizza dio un sobresalto ante los golpes en la puerta.

- ¿Se puede saber que estás haciendo allá dentro, nena? –Preguntó Mia volviendo a dar otro golpe. – Llevas media hora.

-Ay nena, vos te tiras una hora y nadie te dice nada. – Chilló Marizza, tratando de tragarse sus sentimientos. Se acomodó la parte superior y se ató un pareo encima de su trasero.

-Y obvio... Necesito cuidar mi cabello. –Escuchó que decía Mia, a la par que abría la puerta.

-Ya estoy.

- ¿Estas bien? –Preguntó Mia.

-Obvio, ¿nos vamos? – preguntó Marizza a Mia quien ya llevaba puesto un vestido, playero y Lujan la esperaba en la puerta.

- ¿No pensás ponerte nada encima? – preguntó Mia mirándola de arriba abajo como solo iba el traje de baño.

-Y no... ¿Vamos? – Volvió a preguntar mientras pasó por delante de Lujan quien le miró frunciendo el ceño, sabiendo las intenciones de su amiga.

******

Manuel y Pablo estaban en el hall esperando a que las chicas bajaran de sus habitaciones para pasar el día en la playa. Franco y Sonia ya habían anunciado que les dejaban el día a solas pero que se verían a la hora del almuerzo. Entre los chicos decidieron pasar el día en la playa.

-Por cierto, ¿cómo te encontrás? –le preguntó Pablo a Manu.

Pablo se sentó en el sofá y se apoyó sus codos a sus rodillas. Manuel le miró y sonrió.

-La verdad es que estoy de 10. No tengo ninguna secuela ni nada, y me acuerdo de todo.

- ¡Que groso!

-Che, nunca te lo agradecí, pero gracias por todo lo que hiciste por mí en el hospital.

-Nada.

- ¿Cómo que nada? Boludo, estuviste conmigo en esos momentos que no recordaba nada. Y pensar que, al principio de conocerte, pensé que eras un estúpido.

-Ah muy bueno, gracias eh – Dijo Pablo riéndose. –Me alegro que hayas cambiado de opinión.

-Fíjate que conseguiste que Marizza cambiara de opinión también.

-Eso aún no me explico. –Dijo Pablo negando con la cabeza haciendo reír a Manu.

-Misterios. –Pablo sonrió. -En serio, hermano, me alegro de tenerte como amigo. No estaría acá sino fuera por todo lo que me ayudaste. Nunca lo olvidaré.

-Che, como me sigas diciendo cosas lindas, voy a tener que partirte la boca. –Dijo Pablo bromeando ante sus palabras.

- ¿A qué esperas? Vení acá. –Le dijo Manu agarrándole de la ramera y tirando hacia él, haciendo el intento de besarle.

Marizza & Pablo - Tercera temporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora