ƁƦ | ❝Nada es más doloroso para la mente humana que un gran y repentino cambio❞
Flashpoint ha desafiado las reglas de la realidad, creando un mundo donde la magia sólo se ve opacada por la maldad que ésta trae consigo.
Camila Rojas, una joven perio...
❐ Episodio de referencia: Grimm 1x12 - "Last Grimm Standing"
'La primera felicidad del hombre es saber morir. La segunda... es verse obligado a morir.' ══════════════════════════
Portland City, 30 de octubre de 2016. 3:00 p.m.
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Estoy corriendo por el bosque. He perdido la noción del tiempo, pero ya es de mañana. Esta vez, he decidido adentrarme en Portland.
Todo es tan tranquilo aquí, como si el tiempo se detuviera. El aire fresco me ayuda a aclarar mi mente, alejar esos pensamientos que me atormentan y encontrar un poco de paz. Estoy sola, o al menos, eso creo hasta que escucho pasos en la distancia. Me detengo, alerta. Este bosque es grande, seguro hay más gente paseando por aquí. Sigo corriendo, restándole importancia, pero los pasos se vuelven más nítidos y constantes.
De repente, un hombre pasa corriendo a mi lado, vestido con ropa deportiva. Dejo que me rebase y continúo con mi trote, aunque pronto escucho otros ruidos, más fuertes, casi como una estampida. El sonido hace eco entre los árboles, y mi curiosidad me vence. Giro hacia la dirección de donde proviene el ruido y veo una manada de caballos acercándose a toda velocidad. Los hombres que los montan tienen un aire peligroso, sus rostros son duros, implacables. Mi instinto me dice que algo terrible va a pasar.
Me escondo detrás de un árbol, mi corazón late desbocado. Los jinetes persiguen al corredor, lo cual me provoca un nudo en el estómago.
ㅤ—¡Oye! —grito, intentando advertirle, pero el hombre lleva audífonos y no me escucha.
Los caballos nos alcanzan. Instintivamente, retrocedo, escondiéndome mejor tras el tronco. Uno de los jinetes lanza una cuerda roja y atrapa al hombre, tirándolo al suelo. Él grita y lucha por liberarse, pero los jinetes lo rodean rápidamente, inmovilizándolo como si fuera un animal. Sin miramientos, lo arrastran detrás de ellos.
Yo observo todo, petrificada, mi mente dividida entre el deseo de ayudar y el miedo a que me descubran. Sé que no debería quedarme aquí, oculta y pasiva. Tengo que actuar, pero mi cuerpo no responde.
ㅤ—Rumple —murmuro en un hilo de voz, esperando que me escuche. No hay respuesta—. Rumplestiltskin, Rumplestiltskin, Rumplestiltskin.
Con mi tercer llamado, él aparece a mi lado, como una sombra materializándose entre los árboles. Se cruza de brazos, observando la escena.
ㅤ—¿Estás viendo lo mismo que yo? —le susurro con urgencia—. ¡Tienes que hacer algo!
Él levanta una ceja, con esa expresión de incredulidad que le es tan característica.
ㅤ—¿Yo? —responde, como si le hubiera pedido que moviera una montaña.
Es una tontería haber esperado su ayuda, pero antes de que pueda replicar, siento sus dedos en mi espalda. Me empuja, sacándome de mi escondite. Tropezando, me encuentro a la vista de los jinetes. No tengo tiempo para pensar. Corro hacia ellos, gritando para que se detengan. Sin embargo, al acercarme, la escena se disuelve ante mis ojos. Los jinetes, los caballos, el hombre... desaparecen, como si nunca hubieran estado allí.
