Aun se sentía el calor de la temporada mientras bajábamos las cosas del auto de Angelo. Se había ofrecido a ayudarnos después de pasar un verano algo distanciados. Él se había ido a Italia a visitar a sus parientes y yo había permanecido en Los Ángeles trabajando 60 horas semanales para ahorrar algo de dinero, mi horario apretado y el cambio de hora nos jugaron en contra. Por otro lado mi lazo con William se había estrechado de alguna forma, no hablábamos de sentimientos o compromisos, pero siempre había algo entre nosotros que no me dejaba salir del mismo lugar impulsandome a volver una y otra vez. Para ese punto no se trataba solo de placer físico, eran nuestras platicas después del sexo, los planes de vida que compartíamos en secreto, su pasión por la ingeniería y como inútilmente intentaba explicarme cosas que estaban fuera de mi área de experiencia.
Ese verano me enteré por primera vez de la relación estrecha entre las familias Brent y Clother. El padre de Barbara y el del William era socios de varias empresas de construcción y bienes raices. Ambos eran en esencia muy parecidos en su forma de pensar y los negocios en los que se involucraban. Lo único que separaba a ambos hombres de manera contundente era que el señor Clother se involucraba en política y aspiraba a ser parte de las próximas elecciones para un puesto en el senado. En cambio el padre de William prefería mantenerse al margen de la política, sin embargo estar del lado de los Clother lo involucraba de una forma u otra.
Después de poner todo de nuevo en mi habitación por el próximo año suspire sabiendo que volver a la rutina no era algo que me emocionara de la misma manera. El efecto de esa doble vida comenzaba a pesarme en los hombros especialmente mientras Angelo pasaba su mano alrededor de mi cintura y buscaba mis labios con deseo. Intenté dejarme llevar por el momento, dejar de pensar y solo sentir pero la imagen d William no dejaba de aparecer en mi cabeza con incontables situaciones en los últimos meses dejándonos llevar por nuestras más bajas pasiones.
Sentía el deseo crecer en mi novio y sus manos recorrer mi cuerpo de formas que sabía me gustaban. Una de sus manos debajo de mi camisa desesperadamente intentaba encontrar el broche de mi sujetador y cuando por fin lo encontró sus dedos siguieron hasta tocar la tierna piel de mis senos. Quería seguir y a la vez no se sentía correcto.
El sonido de la puerta abriéndose me hizo separarme de golpe y cuando vi a William parado con los puños apretados y el ceño fruncido mi corazón se saltó un latido lleno de culpa y algo más profundo.
-Perdón quería devolverte los audífonos que cogi prestados la última vez no quería interrumpir.
Como pude trate de fingir normalidad pero la incomodidad era evidente, como caída del cielo Giana cruzó la puerta con sus propias maletas y esa energía que la caracterizaba cortando de alguna forma la tensión del momento. Le sonríe sin mostrar los dientes y casi escape al baño para arreglar mi sujetador y aspecto en general mientras Angelo se disculpaba prácticamente huyendo con su ereccion evidente. Ese no era el mejor de los inicios y sabía que era la señal de alerta para terminar el teatro pero la culpa me mataba por un lado y mis sentimientos que no sabia definir por otro.
Después de ese día Brent me evitó por lo menos un mes y Angelo comenzó con un comportamiento errático que me ponía algo nerviosa, él sabía que algo pasaba y aunque nunca me hizo un reclamo estaba mucho más pegajoso y constantemente preguntando por mi horario y donde me encontraba. Se sentía extraño darle explicaciones pero la culpa me cegaba y no me permitía dimensionar que aquello se estaba convirtiendo en una relación nociva para ambos. Las platicas con Angelo eran cada vez más superficiales y el sexo era lo que llenaba el silencio y lo unció que parecía mantenernos en algún tipo de sintonia.
Ese primer mes se sentio como estar desconectada de la realidad, Giana, Lucía y yo salimos de fiesta cada fin de semana, emborrachandonos de más y tomando decisiones cuestionables de las que no recuerdo mucho. Ese era el momento de aprovechar antes de comenzar exámenes y proyectos las tres lo sabíamos. La realidad toco a mi puerta cuando nos reunimos un fin de semana para tener una noche de juegos de mesa y vino. Todo iba bien el grupo estaba reunido jugando monopoli, conversando sobre las clases, los profesores y trivialidades que en ese momentos parecían tan importantes. Angelo, estaba relajado por el vino y esa tensión que cargaba los últimos días se sentía más liviana. William solo se dirigía a mi lo necesario, sin ser grosero pero no especialmente amoroso.
Después de horas jugando monopoli decidimos poner un poco de música y solo seguir la conversación. El juego se había alargado pero ninguno parecía cansado. Me excuse para ir al baño y mojar mi cara un poco. Quizá esa sería la nueva realidad y honestamente no me molestaba tanto aceptar que no podía tener a William hubiese quizá sido ño más sensato y esa noche así se sentía. Cuando salí del baño Angelo me esperaba en la puerta dándome un susto casi de muerte.
Sin dejarme protestar me tomo de la cintura nos metió al baño cerrando la puerta con cierta delicadeza. Deje que me besara porque se sentía bien, quizá por el vino o mis hormonas juveniles. Sus caricias se sentían correctas, sus besos calientes sobre mi piel me hacían suspirar y aunque sabía que ese no era el lugar solo quería disfrutarlo un poco más. Si algo debía reconocer Angelo conocía mi cuerpo y sabía lo que me gustaba.
Todo iba de maravilla hasta que sus manos se entretuvieron con el relicario que William me había regalado el año anterior. Aveces olvidaba que lo llevaba puesto y hasta ese día Angelo nunca lo había abierto, quizá porque ya lo sospechaba o simplemente porque cualquiera que encuentre a su novia llevando una foto con otro hombre reaccionaria igual. Esa noche troya ardió.
Sus tono alterado llamo la atención de las personas en la sala de estar y antes de saberlo teníamos a todos fuera del baño escuchando nuestro argumento.
–¿Porque tienes una foto de ustedes juntos? Por Dios Charlie yo soy tu novio! No él! ¿Crees que no se como te mira? ¿Como busca cada momento para estar a solas contigo?
–Somos viejos amigos no es lo que...
–¿De que esta hablando Angelo? ¿Qué foto?
Escuhe la voz de Barbara fuera del baño y supe que las cosas irían de mal en peor.
–Solo fue un regalo de navidad, es solo mi amiga.
–Espero que tu padre esté feliz en saber que esto ya no sucederá William, no seré yo la que de explicaciones. Te puedes quedar con esa zorra don nadie y rastrera siempre supe que babeaba por ti por mucho que intentaras defenderla.
–Esto se acabo Charlotte. No quiero ser la segunda opción siempre.
Ese no fue el final de la relación pero ciertamente debió haber sido. Angelo y yo arreglamos las cosas, de mi lado por la soledad y del suyo seguro por apego emocional. Llegué a un punto donde no sabía como estar sola y por muy dañino que aquello fuera el ciclo se volvía a repetir pero esta vez, nuestro pequeño grupo que había estado junto por casi dos años, se desintegraba poco a poco.
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Una Reunión Con El Destino
RomanceNunca imagine decir todo esto por medio de un e-mail. Seguramente cuando lo leas estarás confundido, enojado y felizmente casado. -Siempre tuya, Charlotte. Volvió a leer el correo con las palabras atoradas en la garganta y la impotencia carcomiend...