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—¿Necesitas algo? —preguntó una voz a mis espaldas.

Me di la vuelta, Hyunjin estaba frente a mí, llevaba una bolsa de plástico llena de comida, entre ellos pude ver un puerro. Se había vestido con una sudadera gris y un pantalón de chándal del mismo color.

—200.000 ₩.

—¿Qué?

—Te daré doscientos mil wones si te haces pasar por mi novio, te estoy contratando —expliqué.

—¿Por cuánto tiempo? —preguntó.

—Empezaríamos mañana mismo, hasta el 6 de junio.

—Uf..., me pillas mal eh, empiezo las vacaciones el cuatro, y no voy a trabajar durante mi descanso.

—Por favor —supliqué.

—Vacaciones —dijo.— A no ser que subas un poco la paga.

—Eso es chantaje —él se encogió de hombros.

—Entonces no hay novio.

—Doscientos cincuenta mil wones.

—Trescientos cincuenta mil.

—Eso es muy caro, solo son cuatro semanas, te lo dejo en doscientos cincuenta mil.

—Doscientos setenta mil.

—Doscientos cincuenta mil.

—Está bien, sé que no cambiarás de opinión aunque siga insistiendo —dijo.

El pelinegro fue hasta su puerta para entrar en su apartamento, antes de que la abriera le dije:

—Quedamos a las tres de la tarde aquí.

Los dos nos metimos en nuestro piso y no nos vimos hasta la tarde siguiente. A las tres yo ya estaba fuera de su casa esperando a que saliera, ya habían pasado diez minutos y el pelinegro todavía no salía de su apartamento. Después de cinco minutos más la puerta se abrió, Hyunjin salió.

—A buenas horas, has salido quince minutos tarde —le dije.

—Estaba comiendo —se encogió de hombros.

—Es igual, vámonos.

—¿A dónde? —preguntó mientras bajábamos las escaleras.

—A casa de mi hermano.

Cogimos los dos el autobús y fuimos a la dirección de mi hermano. Hacía mucho sol y el cielo estaba despejado, el viento era casi escaso y no había ni un pájaro volando por allí. Una vez en el patio de la mansión Hyunjin comenzó a hablar.

—¿Pero esto qué es? ¿Una casa o un castillo?

—Una casa grande.

—¿Y por qué mierdas vives tú en un pisito de mierda? —preguntó.

Llegamos a la puerta y di tres golpes.

—No es el momento, ya te lo explicaré más adelante.

El mayordomo abrió el portón y los dos entramos. Mis padres, junto con mi hermano ya estaban en la sala. Mi madre se giró hacia nosotros y analizó de arriba a abajo a mi acompañante y miró a mi padre, quien estaba con los ojos abiertos.

—¿No nos vas a presentar? —preguntó mi madre.

—Ah, sí, sí, él es Hyunjin —contesté.

Mi hermano pareció esperar a que continuara hablando, pero el pelinegro me interrumpió.

—Soy su novio —explicó.

—¡Entonces eso explica todo! —exclamó mi padre—. ¡Ya se sabe porque no has traído nunca una chica a casa! ¡Porque eres gay! —dijo—. Siempre has querido un hijo gay, ¿verdad, cielo? —se dirigió a su mujer—. Siempre has pensado que lo era, y mira, tenías razón, siempre la tienes cariño.

—Eran demasiadas las señales —contestó mi madre mientras asentía con la cabeza.

—Mamá... No empieces —dijo mi hermano.

—Ay hijo, no se puede decir nunca nada —se quejó papá.— Nos vamos, que aquí no nos quieren, ya no se puede opinar, vayámonos cariño.

Los dos se levantaron y se dirigieron a la salida.

—Papá, no me refería a eso.

—Es igual, nos vamos.

Cogieron la puerta y se marcharon de la casa. Hyunjin me miró confundido, aunque yo estaba igual de confundido que él. Nos sentamos en el sofá, y delante de nosotros mi hermano.

—Disculpa el comportamiento de mis padres —se excusó.— No se que les habrá pasado.

—Está bien, los padres de mis antiguas parejas también eran así —rió.

Carraspeé.

—Nunca pensé que Jeongin pudiera conseguir novio.

—Ya basta de meterse conmigo, hemos quedado para hablar de la boda, no de mí —contesté un poco indignado.

—Vale, vale.

—¿Ya sabes dónde celebraréis la boda? —pregunté—. El otro día todavía estabais mirando el lugar.

—Sí, al final será el hotel que dijo mamá.

—¿Qué hotel? —dijo Hyunjin.

—El "White Linen House", no se si lo conoces, es bastante popular.

—Sí que lo conozco, he estado por trabajo y por dentro es muy bonito.

—¿De qué trabajas? —preguntó mi hermano curioso.

—De n- —le interrumpí.

—Trabaja como azafato de vuelo.

—¿Has viajado por el extranjero?

Al ver que mi hermano había empezado su interrogatorio decidí decirle que parara, le mentí diciendo que le estaba incomodando con esas preguntas ya que él era demasiado directo y Hyunjin era un poco tímido. Jungsu sugirió que podíamos quedar mañana para conocernos todos un poco mejor, y llevaría a su prometida. Yo acepté, Hyunjin también, acordamos una hora y empezamos a pensar en los invitados, claramente apuntamos nuestros nombres primero y los nombres de los familiares. Después de tres horas terminamos la primera lista de invitados, esa no era la oficial ya que tendríamos que preguntar si podían asistir a la boda o no, a parte de que principalmente estaba solo la familia. Nos despedimos de mi hermano y salimos al exterior de camino a la parada del autobús, durante el camino le fui explicando como era mi familia y la razón por la que vivía en un piso pequeño, a comparación de mi hermano. Él lo comprendió y me dio algunos consejos que seguramente yo no seguiría. Nos subimos al vehículo público y llegamos a nuestro apartamento cerca de las siete de la tarde, antes de despedirnos le dije que tendría que explicarle a su novio lo que haría mañana, por si se preocupaba, él me contestó que ya lo sabe y que no le supone ningún problema. Al entrar en casa me duché, miré si tenía que hacer algún informe, no tenía nada, cené y a las once me fui a dormir, no sin antes haber visto algunos capítulos en Netflix.

Novio de alquiler [ʜʏᴜɴɪɴ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora