𖥻𝟷𝟹˖

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Pude llegar a salvo con Hyunjin hasta la habitación, se tambaleaba un poco, pero pude llevarle hasta el sofá sin que se cayera. Estaba demasiado borracho, al menos pudo vomitar antes de ir al hotel. El pelinegro se tumbó en el sillón y estiró sus piernas, acto seguido cerró sus ojos.

—Si necesitas algo llámame —le dije antes de que se durmiera.

Fui hasta la habitación y me acosté, no sin antes beber agua e ir al baño. Me tapé con las sábanas e intenté dormirme, lo hice poco después de cerrar los ojos. Me desperté sintiendo una masa de calor a mis espaldas juntamente con un fino suspiro de aire que llegaba a mi nuca. Me giré despacio, Hyunjin dormía plácidamente detrás de mí, y su cabeza estaba prácticamente apoyada en mi espalda. Como pude, miré la hora, era demasiado temprano como para salir de la cama, por lo que cerré los ojos nuevamente. Me costó dormir otra vez debido al calor corporal de Hyunjin, intenté destaparme un poco para evitar comenzar a sudar.

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Estábamos comiendo cuando a mi madre se le ocurrió la brillante idea de organizar una fiesta en la piscina del hotel.

—¿Para qué? —pregunté.

—¡Para celebrar que ya hemos acabado con la organización de la boda, claro! —exclamó.

—¿Y traeremos a los invitados solo para una tarde?

—No, por supuesto que no, sería solo nosotros seis, así es más privado —dijo mi madre.— Además, ¿nadie ha usado los bañadores estas semanas, verdad? Ahora podemos estrenarlos —se río.

—Es una buena idea mamá —contestó mi hermano.

Después de la contestación de mi hermano, todos estuvieron de acuerdo en hacer la "fiesta", incluso Hyunjin ¿y cómo llevarle la contraria? Si lo hicieran verían la furia de mi madre, y no era muy agradable. Terminamos de comer, cada uno fue a su habitación a ponerse los bañadores, a mi, sinceramente, no me gustaba ir a la playa o a la piscina porque significaba que tendría que estar sin ropa —solo con el bañador obviamente— delante de mucha gente. Sentía que todas las miradas iban dirigidas a mí, desde siempre he sido extremadamente delgado, y los comentarios que recibía no eran agradables, "¿Pero a ti te dan de comer en tu casa o qué?" "Pareces un palillo" "Que asco, se le ven las costillas" "Come más y ya está" "¿Estás seguro de que comes?" "Hace mucho viento, a ver si sales volando", entre otros. Ahora intento reirme de lo que me dicen, no tengo ningún problema al comer, y a la gente ajena a mí no debería importarles mis asuntos.

Una vez puesto mi bañador me miré al espejo del baño, mi vista iba directamente a mi abdomen, me puse la camiseta blanca que llevaba esa mañana y salí de allí. Hyunjin se había cambiado antes que yo y él ya tenía todo preparado para ir a la piscina, cogí unas gafas de sol y bajamos hasta donde se encontraban mis padres. Allí, Hyunjin lanzó las cosas al lado de la tumbona, se quitó rápidamente la camiseta y se metió al agua, tardó un poco en salir a la superficie, cuando lo hizo, ya había recorrido la mitad de la piscina debajo del agua, se acercó nadando hasta nosotros. Mientras lo hacía, me senté en el borde y metí mis piernas dentro del agua.

—¿No entras? —me pregunto el pelinegro. Yo negué con la cabeza.

Mi plan era pasarme toda la tarde viendo como los demás se bañaban, me puse las gafas de sol y estuve un rato viendo a Hyunjin nadar de un lado para el otro. Me causó gracia el saber que los que habían allí pasaban de la piscina y preferían tomar el sol, al contrario que el pelinegro, quien parecía entusiasmado por nadar. Mis padres entraron al agua cerca de las seis de la tarde, cuando la gente comenzaba a irse, ellos se quedaron en un rincón y de allí no se movieron ni un pelo. Mi hermano y su prometida seguían en la tumbona, y hablaban tranquilamente de cualquier cosa. Hyunjin llegó hasta mí, y yo le miré.

—Tengo hambre —me dijo.

—Iré a por algo de comer —contesté.

Me estaba levantando cuando Hyunjin añadió:

—Voy contigo.

Se secó rápidamente y fuimos al bar que había en la piscina, Hyunjin pidió un sándwich de huevo y un refresco de limón, yo no pedí nada. Regresamos a las tumbonas y nos sentamos, el pelinegro se comió su comida apresuradamente y se levantó dispuesto a regresar al agua. Mis padres salían de la piscina cuando Hyunjin se metía. Ellos venían hacía mi, mi madre se paró frente a mi y mi padre pasó de largo.

—¿Cuándo piensas casarte tú? —preguntó mi madre. Yo rodé los ojos.

No quería empezar otras de las miles discusiones sobre mi futuro, al final acababamos siempre sin arreglar nada y enfadados. No se por qué se esforzaba en preguntarme cada vez que podía sobre si ya tenía novia, estaba cansado. Solo que ahora tengo pareja y su pregunta es que cuando me voy a casar.

—Podemos no hablar sobre eso ahora.

—No, no —se negó—, ya va siendo hora, tienes veintitrés años, yo a tu edad ya estaba casada.

—Pero eso ha cambiado, no tengo porqué casarme —dije molesto.

—¡Al casarte le demuestras que quieres estar con esa persona el resto de tú vida! Si le quieres tienes que casarte —exclamó.

—¡Ni siquiera es mi novio, mamá! —ella me miró atónita—. Lo alquile justamente para evitar estas discusiones —confesé.

Ella se quedó callada un momento, se cruzó de brazos y miró al suelo pensativa.

—¿Pero te gusta, verdad? —preguntó por fin.

Ahora era yo quien se quedaba callado. Giré mi cabeza en dirección a donde se encontraba Hyunjin, él estaba hablando con Minjun. Regresé mi vista a mi madre, su figura se estaba distorsionando un poco, la veía doble, y mi nariz sentía un cosquilleo, ahí me di cuenta que estaba llorando. Mi madre se acercó a mi y me abrazó, me empezó a acariciar el pelo, cosa que no hacía hace tiempo.

—Es complicado —susurré.

—Tal vez deberías decírselo.

Nos separamos, ella me dio un pañuelo, me limpié las lágrimas y me sone la nariz. Mi madre se fue dentro del hotel una vez supo que ya estaba mejor, yo me senté en la tumbona.

—¿Estás bien? —preguntó alguien a mis espaldas. Era Hyunjin.

—Sí —dije.

—¿Seguro? Estabas llorando.

Asentí. Hyunjin me pasó su brazo por mis hombros, dándome un medio abrazo, yo apoyé mi cabeza en él. ¿De verdad me gustaba? Es decir, jamás he tenido novia, y nunca pensé que me llegaría a gustar un hombre, pero, recuerdo que cuando era pequeño tuve un pequeño crush con una niña de mi clase. Miré de reojo al pelinegro, me moví nervioso de mi sitio, sin saber cómo poner mis manos o mis piernas. Él lo notó y dirigió su mirada hacía mí.

—¿Pasa algo? —apartó su brazo de mis hombros.

Mi corazón comenzó a latir más rápido de lo normal, debido a lo que me estaba imaginando, aquel momento era perfecto para besarle, pero, tenía miedo.

—¿Jeongin?

Voltee a verle, comencé a mover mi pierna, él lo notó porque su visita se posó en ésta. Sin embargo, yo no apartaba mi mirada de sus ojos. Despacio, fui acercando mi mano a su torso y fui aproximándome hacía él. Hyunjin regresó su vista a mi, y mantuvimos contacto visual durante un tiempo, que rompí cerrando mis ojos. La mano que tenía libre fue buscando la suya y al encontrarla entrelacé mis dedos con los suyos. Y por fin, le besé.

Novio de alquiler [ʜʏᴜɴɪɴ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora