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Cuando bajamos a desayunar mis padres vinieron hacia nosotros con un gesto de alivio en sus rostros, "Menos mal que os habéis reconciliado" dijo alegremente mi madre. Todos nos sentamos en la mesa. El plan que teníamos para hoy era organizar que platos seriviramos durante la velada, además, de que las damas y los caballeros de honor del futuro matrimonio vendrían hoy para elegir el vestido y el traje que llevarían a la boda, por lo que mi hermano y su prometida estarían muy ocupados. Mis padres también pero ellos se encargarán de la comida. Hyunjin y yo no teníamos ni idea de lo que haríamos ese día. La verdad no quería quedarme a solas con mis padres mientras se quejaban de si un plato tiene mucha sal o poca pimienta, o si está muy salado o muy dulce. Mis padres son muy quisquillosos con el tema de la comida, pero, por el otro lado, me parece una buena idea ir a probar la comida, ya que mis progenitores seguramente elegirán la comida que más les guste a ellos y no pensarán en los demás. Además, no me gustaría ir con mi hermano a elegir más trajes, la última vez fue un desastre, pero me iría bien ir, ya que todavía no tengo el mío, pero seguramente pondrá quejas sobre el traje que yo elija y sobre los trajes de los demás chicos. Tampoco me gustaría ir con la prometida de mi hermano, por una parte me sentiría un poco incómodo ya que estaría rodeado de chicas, además de que no las conozco y ella estaría pendiente de sus amigas. Pero me gustaría ver los vestidos que hay, todos los vestidos para este tipo de eventos son muy bonitos. Me empezó a doler la cabeza de tanto pensar, creo que soy el más estresado de aquí. Hize una lista en mi mente sobre lo que tenía y lo que no, acabé dándome cuenta de que me fala lo más importante, el traje para la boda. Suspiré pesadamente. Volví mi vista y mi mente a la realidad y me percaté de que no había nadie en la mesa, solo Hyunjin.

—¿Dónde se han metido? —pregunté preocupado.

—Han dicho que se iban —contestó.— ¿No lo has escuchado?

—No, tenía la cabeza en otra parte —confesé—. ¿Tú que vas a hacer?

—Mmm... La comida es algo importante, así qué iré a ver que hacen tus padres.

Yo asentí con la cabeza, si Hyunjin se encargaba de lo que comeriamos yo no tendría que preocuparme por eso, y podría ir con mi hermano para elegir mi traje.

—Bien, yo iré con Jungsu.

Me levanté de la mesa y le escribí a mi hermano preguntándole dónde estaba, él me contestó poco después diciendo que se encontraba en su habitación, cogiendo su monedero. Quedamos en encontrarnos en la puerta del hotel. Una vez con él fuimos hasta un pequeño parque que había dos calles más adelante, allí nos íbamos a encontrar con los amigos de mi hermano. Cuando estuvieron todos cogimos el autobús y nos fuimos a las tiendas más cercanas, mi hermano había hecho una lista con todas las tiendas a las que visitaremos. En total éramos seis personas, los colegas de mi hermano, él y yo. El que llegó primero era alto y musculoso, y estaba algo bronceado, el segundo en venir era muy bajo y rechoncho, además de que tenía mucho acné. El tercero se comportaba de una manera extraña, llevaba gafas y a veces se ponía a hablar solo, y el último parecía el más "normal" de los cuatro, estatura normal, peso medio, pelo negro y ojos oscuros. Al final les apodé los cuatro fantásticos.

Sus amigos eran algo peculiares, uno de ellos, el de gafas, trabajaba en el sótano de sus padres como desarrollador informático, tiempo después mi hermano me contó que habla solo debido a que no tiene otra compañia cuando trabaja y que el estar encerrado le ha afectado un poco. El primer chico estaba teñido de rubio, sin embargo no era un rubio como el que tenía Felix, era un rubio pollo, de esos a los que miras y te preguntas si estás viendo a una persona teñida o unas patatas fritas radioactivas. El moreno de su piel era lo que salvaba ese tono de pelo, estaba tostado debido a que trabaja en la playa, es instructor de surf, y en su tiempo libre modela para revistas. Me acabé enterando que el segundo tiene un problema de desarrollo y un broblema alimenticio, por eso es tan bajo y tiene sobrepeso. Fuera de eso era una persona bastante simpática, aunque a veces hablaba más sobre chicas 2D que de chicas reales. Por último, el más "normal", resultaba ser sordo, no podía oír por una oreja y la otra le fallaba un poco, por lo que tenía que usar un aparato para poder escuchar, resulta que trabaja como profesor de infantil, mientras íbamos de camino a la tienda me contó sus anécdotas con los niños, y como les enseña a no burlarse de la gente que tiene discapacidades. Una pregunta surgió en mi mente, ¿cómo era posible que mi hermano haya conocidos a sus amigos?. Es decir, no se parecen en nada, uno surfea, el otro sigue viviendo con sus padres, uno trabaja con niños y el otro es otaku, y luego está mi hermano, que es rico. Siempre me imaginé que sus amigos serían personas perfectas y aburridas a las que solo les importa verse bien, pero no, eran totalmente lo contrario.

Llegamos a una de las tiendas y por fin pude encontrar un traje bonito y barato, me lo compré y sentí como si se bajara un burro de mis hombros. Pero había un problema, los cuatro fantásticos eran igual o peor de indecisos con los trajes, a uno le gustaba el traje rojo, al otro no, porque parecía que fueran a bailar flamenco. Otro prefería el negro, pero mi hermano no quería los trajes negros ya que esos se ven mucho en las bodas. Me senté cerca de la caja registradora, miraba mi reloj, aburrido, media hora para mi eran dos minutos de reloj, esas compras se estaban haciendo eternas, y era la primera tienda a la que íbamos.

Novio de alquiler [ʜʏᴜɴɪɴ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora