𖥻𝟷𝟸˖

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Me levanté con cuidado de no despertar a Hyunjin, tapé la comida con algunos platos para que no se pasara y poder comerla más tarde. Me quedé mirando al pelinegro mientras dormía, sería algo perturbador si se despertara y me descubriera mirándole. Sinceramente, le encontraba guapo, tenía unas facciones bastante atractivas, y su piel parecía de porcelana. Al estar así tumbado me recordaba a un cisne, delicado como una pluma. No se parecía en nada a mi, yo no era delicado ni tenía cuerpo de príncipe, más bien yo parezco su bufón. Un cisne..., no sé por qué razón le he empezado a analizar. Miré la hora, eran las ocho de la noche casi las nueve, yo tendría que ir pronto a cenar y Hyunjin seguía durmiendo. Fui al baño para darme una ducha rápida. Al salir, el pelinegro ya se había levantado.

—¿Mejor? —pregunté.

Él negó con la cabeza.

—Iré a la cama.

—¿No vas a cenar?

Volvió a negar con la cabeza.

—Cómetelo tú.

Dicho eso, se levantó del sofá y fue hasta la habitación. Yo le perseguí con la mirada mientras lo hacía. Me sabía todo muy mal, pensar que tal vez Felix cortó con él por mi culpa me destrozaba. Fui con él a la habitación y me tumbé a su lado, para al menos brindarle algo de apoyo. Intenté palpar su mano entre las sábanas para cogersela, cuando la encontré, poco a poco deslicé mis dedos para entrelazarlos con los suyos. Ante mi tacto Hyunjin se estremeció, se giró hacía mí y en la oscuridad de la habitación rodeó mi cintura con sus brazos, fundiendonos en un abrazo. Ante aquello me sorprendí, era cierto que yo le  iba a dar la mano, pero él me ha dado su cuerpo entero. Intenté disimular mi sorpresa al apretar más nuestro abrazo, pero eso solo hizo que mi corazón se acelerara, procure calmarme, cosa que no logre casi de inmediato. Eso hizo preguntarme por qué estaba tan nervioso, sin darme cuenta mis manos estaban sudando y mis latidos iban más rápido de lo normal, y no entendía porque pasaba, pero lo único que pedía en ese momento era que Hyunjin no notase mis latidos. Si llegase a fijarse en eso no tendría excusa que decirle, ya que no lo entendía, o tal vez sí que lo entendía pero me daba demasiado miedo como para afrontarlo. Sin más dilación intenté dormirme, y lo hice viendo como Hyunjin se dormía primero.

El pelinegro se veía un poco mejor la mañana siguiente a su ruptura, ya no tenía los ojos rojos ni hinchados y esa vez sí quiso comer, me alegré bastante por eso. Ninguno de los dos bajamos al comedor para desayunar, yo pedí que nos lo trajeran a la habitación, ya daría explicaciones más tarde. Tenía pensado tomarnos ese día libre, de descanso, iríamos a cualquier sitio e intentaríamos divertirnos, un plan perfecto. Al terminar de desayunar le propuse a Hyunjin lo que tenía pensado, él no aceptó de primeras, pero al final acabó diciendo que sí. Por la mañana fuimos a la playa, ese día hacía calor y un bañito no vendría mal. Después de mojarnos las piernas fuimos caminando por la orilla, en silencio, no diría que no me preocupó aquel aborrecedor silencio, pero era mejor a que estuviera lamentándose. Estuvimos varios minutos escuchando las olas del mar y los sonidos de las gaviotas. Regresamos al hotel para la hora de comer, subimos a nuestra habitación y Hyunjin quiso tomarse una ducha, yo lo haría después. Miré el grupo que tenía con mi familia, mi hermano y mis padres habían estado escribiéndome y preguntándome dónde estaba, no supe que excusa poner, en aquel momento no se me ocurría nada, si les decía que Hyunjin estaba malo se extrañarian de que yo no hubiera aparecido en todo el día, además, la excusa de decir que alguien está malo es muy vieja. Siempre puedo decir que es un secreto, mi hermano se pensará que es por la despedida y ya no hablará más de ello. Al final, terminé por poner eso, apagué el teléfono y cuando salió Hyunjin me metí a la ducha. Mientras me bañaba pensé en que hacer después de comer, el otro día estaba buscando por Internet bares para hacer una despedida cerca de aquí y encontré uno que estaba muy bien, pero puedo pedir alcohol aquí, además de que no creo que Hyunjin quiera ir.

Novio de alquiler [ʜʏᴜɴɪɴ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora