𖥻𝟷𝟺˖

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Él se apartó, confuso. Al darme cuenta de lo que había hecho me tensé, no supe reaccionar claramente y solo me quedé callado, esperando a que Hyunjin hablara.

—¿Qué...? ¿Por qué has hecho eso? —preguntó.

Pude notar en su tono de voz que realmente estaba confundido, no le culpo, yo también lo estaría.

—Yo... ¡Lo siento! —me apresuré a decir—. No se que me ha pasado, debe de haber sido por el sol, el calor y más si llevo camiseta, creo que me ha dado una insolación y me ha afectado —mentí.

Sinceramente, esa era la peor excusa que podía haberle dicho a alguien ¿una insolación? Por favor, si has estado en la sombra todo el día. Hyunjin estaba más confundido que antes, debido a que ahora fruncia el ceño.

—Acabo de salir de una relación, no lo hagas más confuso —dijo.

Tierra trágame, ¿por qué mierdas he tenido que besarle? Se veía tentador, sí, pero no quiero que ahora me odie. El pelinegro se levantó de la sombrilla y a paso lento se fue alejando, dejándome solo. Perfecto, ahora me tocará dormir fuera. En el fondo de mi ser, sabía que esto podría pasar, era claramente obvio, pero no quería afrontarlo, tal vez, me guste demasiado y quiero que él sienta lo mismo. Alomejor, en el mismo sitio donde estaban metidas las consecuencias de mis actos, también estaba metida la posible correspondencia a ese beso. Supongo que me hice demasiadas ilusiones al pensar que Hyunjin, justo después de romper con su, ahora, ex-novio, quisiera estar en una nueva relación con un chico que aparentemente ya no es hetero y, que además, le dará dinero por haber finjido salir con él. La nueva relación, claro está, sería sin pagarle. Suspiré mientras veía como el sol se fundía con el horizonte.

Esa noche no dormí con Hyunjin, me daba demasiada vergüenza, además de que no creía que él quisiera verme después de lo que hice. Me quedé en la habitación de mi hermano, para poder dormir, evidentemente lo hice en el sofá. Al día siguiente se celebraría la despedida de soltero de Jungsu, había quedado con sus amigos en la entrada del hotel a las 12 de la mañana, para pasar todo el día con ellos. Primero iríamos a comer a un restaurante, más tarde a la piscina y a una bolera que estaba un poco más lejos del hotel, y por último, a un bar. Y así se acabaría el día.

Me levanté a las nueve de la mañana por culpa de la alarma de mi hermano, me quejé por ello y fui al baño para tomarme una ducha. Al salir, Minjun ya estaba esperandome en la puerta dispuesta para entrar. Había tardado mucho en ducharme por lo que la chica habria estado allí parada por bastante tiempo. La noche anterior pasé por mi habitación para coger el pijama y ropa limpia, por suerte Hyunjin no se encontraba en ese momento en el cuarto, o si lo estaba estaría en el baño. Tampoco quise quedarme allí por mucho tiempo. Bajé junto con la pareja a desayunar, todos ya se encontraban sentados en la misma mesa en la que siempre comíamos, incluso Hyunjin. Nadie más a parte de nosotros sabíamos lo que había sucedido, por lo que sería extraño que me sentase de golpe entre mi madre y mi hermano, dejando a Minjun al lado de Hyunjin, al final, me acabé sentando con el pelinegro. El desayuno fue algo incómodo para mi, no pude percibir si para Hyunjin también lo fue, no me atrevía a mirarle a la cara por lo que nunca llegué a ver sus expresiones faciales. En ningún momento del desayuno le oí decir palabra, lo mismo fue para mí, ya que quería terminar con mi tostada lo antes posible. Ya una vez con el estómago lleno salimos fuera para encontrarnos con los amigos de mi hermano, iríamos a comer solo los hombres. Una amiga de Minjun le había preparado a ella una despedida de soltera, así que mis padres se quedarían solos en el hotel. Con paso lento fuimos hasta el restaurante en el que yo había reservado una mesa. Intenté, durante todo el camino no quedarme a solas con Hyunjin, supuse que evitarlo sería lo mejor, aunque, también me sentía mal por el hecho de que pensara que lo estaba ignorando, es decir, sí lo hacía, pero por una buena causa. Una vez en el restaurante el camarero nos mostró la mesa y nos fuimos sentando, como era de esperar, a mi me tocó al lado de Hyunjin, y como era también de esperar, entre nosotros no hubo conversacion alguna.

Después de comer fuimos de vuelta al hotel, para pasar el rato en la piscina hasta que la bolera estuviera abierta. Yo no quería ir, la última vez que pisé la piscina acabé cagandola, y no quería que pasara de nuevo. Me excusé diciendo que la comida me había sentado mal, y que estaría en mi habitación, y que me avisaran para ir con ellos a la bolera. No supe exactamente el tiempo en el que estuve allí solo, pero cuando quise darme cuenta ya llamaban a la puerta. Me levanté del sofá para abrir, a quien creía que sería mi hermano, pero me encontré con un rostro más angelical, era Hyunjin. Abrí los ojos como platos, y en ese instante no supe sí cerrarle la puerta en las narices o salir de allí corriendo.

—¿Podemos hablar? —me dijo.

No. Pero no me dió tiempo a reaccionar, cuando quise darme cuenta él ya había entrado y me encontraba frente a frente con la puerta cerrada. No supe tampoco si sentarme en el sofá o quedarme de pie.

—Has estado actuando de manera extraña.

Normal, ¿cómo no hacerlo? Le di un beso intencionalmente y me lo rechazó, lo hizo porque debía hacerlo, acababa de salir de una relación, por favor Jeongin en que pensabas.

—No quiero que me sigas ignorando.

Es por tú bien..., que por su bien ni que por su bien, es por mi bien, será demasiado tarde, y cuando me quiera dar cuenta acabaré enamorado de mi novio de alquiler, increíble, ¿verdad?

—Lo del otro día fue un poco extraño —me siguió diciendo—, pero no quiero que te sientas incómodo por un error.

Intenté evitar reírme, pero quise hacerlo, si en realidad supiera que no le besé por error.

—Creo que deberíamos olvidar lo que pasó —comenté.

Por más que me duela siento que es lo mejor. Hyunjin asintió y se acercó a mi para darme un abrazo, yo se lo correspondí. Llamaron a la puerta minutos después de que nos separasemos, al abrir me encontré con mi hermano, quien nos avisó de que la bolera ya estaba abierta.

Novio de alquiler [ʜʏᴜɴɪɴ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora