Capítulo XIII: Elena

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Brrrrrrrr, brrrrrrrr...

Abrió los párpados lentamente, sintiendo un suave temblor en su pierna. Bostezó mientras examinaba aquel pequeño lugar, preguntándose dónde demonios estaba. Dirigió su mano a su bolsillo y agarró el móvil, desbloqueándolo luego para poder ver quién había interrumpido su sueño. Al ver que era su hermana, su cara cambió.
"Ostras..."
- ¿Diga?
- ¡¿Se puede saber dónde demonios te has metido?! ¡Estaba muy preocupada, Guillermo! -Su hermana era más madura que él, tenía que admitirlo, por lo que era normal que le echara broncas como esa.
- Estoy en el hospital -Bajó la voz, pues no quería que nadie pensara que estaba hablando solo en el baño.
- Dios mío, ¿qué te ha pasado? ¿Estás bien? ¿En qué hospital estás? ¿Voy para allá? -Hacía tantas preguntas seguidas que era imposible contestarle.
- Carol, tranquila. Estoy bien. El que está ingresado no soy yo, es mi n... -Frenó en seco cuando la palabra "novio" casi se filtra por su lengua. En ese momento ya no sabía qué eran- ...m-mi profesor. Samuel, ¿recuerdas? El que vino a visitarme ayer a casa.
- Mmm... ya -Su hermana era pequeña, pero no tonta. Sabía perfectamente que algo pasaba entre ellos dos, pero tenía el respeto de no meterse en los asuntos de los demás. Segundos después, continuó- Entonces, ¿qué vas a hacer? ¿Vas a quedarte o vas a venir?
¿Qué iba a hacer? Buena pregunta.
- No lo sé... -Ni él mismo lo sabía- No te preocupes, si no vuelvo es que me he quedado aquí -¿Estaría bien que se quedara? Tal vez... tal vez Samuel conseguía recordarle.
- Vale... ten cuidado, Guille -hizo una pequeña pausa- ...y suerte -sin más, colgó.

Se quedó unos segundos con el teléfono pegado en la oreja, escuchando el pitido que indicaba que la llamada había finalizado. Pensaba en Samuel, en si sería correcto quedarse o no, en si todavía habría posibilidades. ¿Sería de ayuda estando allí?
Bueno, tenía que intentarlo, al menos.

Decidido y más calmado, volvió a la habitación de Samuel, quedándose de piedra al ver la "sorpresa" que allí lo esperaba.
Una mujer de cabello castaño y ojos verde hierba se hallaba sentada al lado de la camilla, su mano entrelazada a la de él, ambos sonriéndose y riendo. Ambos felices por la presencia del otro.
Tanto la desconocida como Samuel levantaron la vista al ver a Guillermo entrar en la habitación. Se produjo un incómodo silencio durante unos segundos, tiempo en el que el joven examinó de arriba a abajo a aquella mujer. Sus ojos se pararon en el anillo que rodeaba su dedo anular, un hermoso aro dorado con incrustaciones de diamante. Al verlo, su corazón se desinfló como si se tratase de un globo pinchado. ¿Esa era...?
Al ver que Guillermo no decía nada, la desconocida se puso de pie y sonrió, acercándose al chico y extendiendo la mano para saludarle.
- Hola, soy Elena. Un placer -Guillermo estrechó su mano con la de la mujer con desgana, queriendo largarse de allí lo más rápido posible.
- Igualmente... -A pesar de que el joven había sido borde con ella, su sonrisa no se había borrado. Era la felicidad personificada, y eso molestaba a Guillermo de sobremanera.
- Nunca te había visto antes. ¿Eres un amigo de Samuel? -Le estaba empezando a coger un asco a esa mujer que no era normal.
- Sí... un amigo -Ansiaba irse de allí, no quería ver más el rostro de aquella mujer tan ignorante de la situación real y tan amable. Y esa era la razón por la que se sentía tremendamente culpable. Sin que ella lo supiera, él había destrozado su vida conyugal. Si tan solo Samuel recordase...

La mujer invitó al chico a pasar a la habitación y le hizo sentarse frente a ella, sometiéndolo luego a mil preguntas que, por suerte, Guillermo supo contestar. Para ella era extraño que su marido tuviera un amigo tan joven, por ello quiso conocerlo más. Una vez hubo acabado el "interrogatorio", Elena salió con Guillermo al pasillo, pues debía decirle una cosa que no podía escuchar Samuel.
- Guillermo, tengo que pedirte un favor -¿Después de haberlo tenido media hora sometido a miles de preguntas iba a pedirle un favor? Increíble. Suspiró y continuó- Necesito que te quedes aquí y cuides de Samuel por mí.
Guillermo creyó haber escuchado mal.
- ¿Cómo?
- Tengo mucho trabajo en la oficina, no puedo venir todos los días hasta aquí. Si tú pudieras quedarte y estar con él... sería de gran ayuda para mí -¿De gran ayuda para ella? ¿Es que acaso no pensaba en su marido?
- Claro, no me importa -Aún así, aceptó. Aunque le doliera, quería pasar el máximo de tiempo posible junto a Samuel. Sabía que en cuanto él recordara a su mujer, su relación se acabaría. De una forma u otra, terminaría.

Entre caricias y palabras de afecto que dañaban el corazón de Guillermo, Elena acabó marchándose cuando el horario de visitas finalizó.
El joven estaba sentado al lado de la cama mirando la noche por la ventana, observando cómo la Luna se elevaba cada vez más en el cielo y éste ennegrecía segundo a segundo. Samuel, por su parte, posó los ojos sobre el techo dándole vueltas a la situación. Por un lado, cuando había hablado con Elena no había sentido absolutamente nada. Para él, era una total desconocida, una desconocida alta, guapa y simpática, pero nada más que eso. En cambio aquel chico... Guillermo sí hacía que su corazón fuese más rápido. Pero, de todas formas era solo un amigo, ¿no?

Al menos eso quería creer su cerebro.

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Waaaaa, ya sé que estuve bastante tiempo sin actualizar, no me maten ni na D: Simplemente estuve mucho en mi deviantart y se me olvidó un poquito que tenía esto pendiente :v

Espero que os haya gustado este cap y la música, porque no sabía qué canción poner! Hay escenas en las que es dificil encontrar la canción adecuada, pero bueh

¡Gracias por leer! nwn

On-Love (Fanfic, Wigetta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora