Epílogo

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Vegetta777: Guille

Willyrex: ¿Si?

Vegetta777: Qué hay de cena?

Willyrex: No lo sé, creo que queda pasta de ayer

Vegetta777: Mmm... y de postre?

Willyrex: No he preparado nada... hay mandarinas, si quieres

Vegetta777: Me apetece algo más dulce...

Willyrex: Creo que también hay flan

Vegetta777: No, algo más tierno

Willyrex: ¿Bollos de chocolate?

Vegetta777: Nop, eso tampoco

Guillermo ya empezaba a desesperarse. A veces le sorprendía lo caprichoso que Samuel podía llegar a ser.

Willyrex: ¿Qué demonios quieres, entonces?

Vegetta777: Un Guillermo

Sintió sus mejillas enrojecer súbitamente, lo cual hizo que la boca del mayor se curvara en una sonrisa divertida.

Vegetta777: Sabes lo adorable que te ves cuando te sonrojas?

Abrió los ojos sorprendido y su cara se calentó aún más, notando la vergüenza recorrer todo su cuerpo. Su ceño se frunció y su cara se transformó en una de cabreo que asustó a su pareja.

Willyrex: ¡Cállate!

Ninguno de los dos dijo nada por unos segundos, ni tampoco se miraron. Ambos seguían observando la pantalla, seguramente esperando a que el otro dijera algo.

Vegetta777: Te has enfadado?

Willyrex: No

Esa respuesta cortante hizo que la sangre del mayor se helara, pensando que tal vez esa noche dormiría en el sofá.

Vegetta777: Eso ha sonado más bien a un sí

Guillermo rodó los ojos y lanzó un suspiro.

Willyrex: No estoy enfadado

Vegetta777: Entonces dime que me quieres

Sus mejillas volvieron a enrojecerse y notó el sudor en sus manos, su corazón y su respiración acelerándose. Era increíble que después de tanto tiempo él siguiera poniéndole tan nervioso como el primer día.

Willyrex: Te quiero

Samuel soltó una risita y tecleó rápidamente una contestación.

Vegetta777: Pero por aquí no, bobo

Vegetta777: Quiero oírlo de tus labios

Guillermo subió los ojos por primera vez en toda la conversación y se topó con los de Samuel, quien esperaba paciente lo que el pequeño iba a decirle. No eran muchas las veces que Guillermo le abría su corazón, su actitud reservada y tímida dificultaba esa tarea. Pero cuando lo hacía, Samuel sentía ganas de abrazarlo y achucharlo para no soltarlo jamás. Para él, se veía tan dulce cuando se sonrojaba, y luego pronunciaba esas hermosas palabras que hacían que el corazón del mayor flotara y se extasiara de amor.

– Te quiero... –Su voz sonó tan baja y suave que pensó que seguramente Samuel no le había oído. Armándose de valor y respirando hondo, dejó la vergüenza aparcada a un lado y le dijo todo lo que siempre quería decirle– Te amo, Samuel. Te amo tantísimo que a veces no sé ni qué hacer con mi corazón. Te necesito más que al aire, más que a los latidos, más que a la vida misma. Eres... eres quien me ha salvado, mi héroe –Se levantó un poco para poder ir hacia él y juntar sus labios con los de su amado en un breve contacto– Te amo... te amo... –Samuel abrazó el cuerpo del pequeño, el cual descansaba hacía horas sobre el suyo, y profundizó más el beso, sintiendo ese acogedor calor que rodeaba su corazón cada vez que él le regalaba su amor de esa forma. Guillermo se separó, pasando los dedos por la barba de unos días de Samuel– ¿Tú me amas?

El mayor sonrió, esa sonrisa sincera y sexy que tanto embobaba al pequeño.

– Sí, te amo –Acarició con ternura la mejilla de su pareja con suavidad, como si se tratase de una pieza delicada que podría romperse en cualquier momento– Te amo más que a nada en el mundo. Eres mi vida, Guille –Con delicadeza, cogió el móvil de la mano de Guillermo y lo dejó junto al suyo en la mesilla de noche, volviendo luego sus manos al cuerpo del pequeño para aferrarlo más contra sí– Y siempre te amaré.

Como cada día, Samuel tomó con delicadeza las muñecas de Guillermo y las besó, sabiendo todo lo que significaba ese simple gesto para su pareja. No podían olvidar el pasado, pero sí podían sanar las heridas que éste había provocado.

Y una vez más, sus labios volvieron a fundirse igual que sus cuerpos, los cuales ya estaban unidos eternamente.

Sus corazones latían con fuerza, cantaban una bella melodía al unísono.

La del amor. 


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asdjhfakffj sobredosis de cursileria :v (déjenme, me gustan las cosas cuquis (? )


(alguien reconoce la canción? seguro que sí, ustedes saben ¬w¬) (igual no pega mucho con esto, pero quería ponerla, me da muchos recuerdos :v)


Ahora sí me despido, no sé cuando volveré ni con qué volveré, pero lo más posible será que en algunos meses de señales de vida y comience un nuevo proyecto. Pero bueh, gracias por el apoyo, por los comentarios y por toh! Sois adorables todos >w<


Espero que os haya gustado la historia y nos vemos en unos meses,


¡Gracias por leer! <3


On-Love (Fanfic, Wigetta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora