Capítulo III: Luz

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Con un rápido movimiento, lanzó la mochila contra la pared, sintiendo las lágrimas de impotencia cubrir de nuevo su rostro. Ese día había recibido su dosis de golpes y maltratos diarios y, por si fuera poco, su jefe le despidió de su trabajo por presentarse con esas pintas tan deplorables. ¿Por qué tenía tan mala suerte? ¿Por qué el mundo le odiaba tanto?

Salió de la habitación para prepararle la cena a su hermana y volvió a encerrarse, pues no tenía ganas de hacer nada. Bueno, sí quería hacer algo: desaparecer.

Realmente no le faltaban agallas para hacerlo, pero cuando escuchaba los “Buenas noches” de su hermana o veía su sonrisa sabía que todavía tenía razones por las que vivir. No podía rendirse, debía seguir adelante.
Al menos esos motivos le habían servido durante años, pero últimamente ya nada le importaba. Las heridas en sus brazos aumentaban a medida que su interior se rompía. Su tristeza solamente se hacía más grande con cada nuevo día tortuoso.

Rodeó su estómago con sus brazos, arañándose con fuerza la piel de sus costados. Notó las heridas viejas abrirse, pero no le importó. Continuó hiriéndose hasta que esa ansiedad tan horrible alojada en su corazón se apaciguó levemente. Sentir el dolor le ayudaba a tranquilizarse, necesitaba ese calor tan familiar de la sangre corriendo por sus dedos, esa sensación fría de la cuchilla hundiéndose y rajando su piel.
Sabía que hacer ese tipo de cosas estaba mal, no arreglaba nada hiriéndose pero, aún así, lo necesitaba. Seguramente muchas personas dirían que estaba loco, pero solamente aquellas que habían pasado por un dolor semejante podían entender la razón de sus acciones.

Perdido en sus pensamientos se sobresaltó cuando su móvil vibró y emitió ese sonido característico de los mensajes. Deslizó su dedo por la pantalla y tocó sobre la notificación.

Tienes una nueva solicitud de amigo en On-Chat.

On-Chat… Vaya, hacía semanas que no entraba. No sentía tanta confianza después de lo que había ocurrido, pero realmente la curiosidad le podía. Necesitaba evadirse del mundo y, siempre, Internet era la solución.
Encendió el ordenador, esperando el tiempo de carga y, en cuanto finalizó, se dirigió directamente a On-Chat, clicando sobre el apartado “Notificaciones”.

Vegetta777 quiere ser tu amigo. ¿Aceptas?

Su mouse voló entre el “sí” y el “no”, indeciso de cual escoger. Al final, resolvió que no perdía nada dándole otra oportunidad a la web.
Segundos después de aceptar la invitación, una pequeña pestaña azulada parpadeó en el lado derecho de su pantalla. La pequeña flecha blanca se presionó sobre el rectángulo celeste y una nueva ventana se abrió, mostrando aquel chat que le traía malos recuerdos.

Vegetta777: Hola :)

Willyrex se ha conectado.

Willyrex: Hola
Vegetta777: Qué tal?

Por supuesto, no le iba a contar a un desconocido sobre sus problemas.

Willyrex: Bien, ¿y tú?
Vegetta777: Genial :D
Vegetta777: Eres nuevo por aquí?
Willyrex: Sí, me registré hace unas semanas
Vegetta777: Se podría decir que te estoy estrenando? ;)

¡Eso había sonado tremendamente mal!

Vegetta777: Es broma jaja
Vegetta777: Dime, cuántos años tienes?
Willyrex: Tengo 17
Willyrex: ¿Cuántos tienes tú?
Vegetta777: Veinticinco, ahórrate la broma fácil

­Se echó a reír fuera de la pantalla, eso le había hecho gracia.

Willyrex: Tranquilo, tranquilo jajaja
Vegetta777: Me caes bien, chico ;)

Sonrió, sin poder evitarlo siquiera.

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Vegetta777: Bueno, me tengo que ir ya
Willyrex: Oh, vale…

Una extraña decepción se alojó en su corazón, sintió cómo se hundía unos milímetros.

Vegetta777: Hablamos mañana?
Willyrex: ¡Claro!
Vegetta777: Genial :) Buenas noches
Willyrex: Buenas noches

Presionó sobre el botón “off” de la pantalla y se tiró de espaldas sobre las mullidas sábanas de su cama, sintiéndose por unos instantes en una nube. Respiraba tranquilamente, su corazón latía apaciguado y su mente flotaba en algún lugar lejano y relajante.
Fue entonces cuando abrió los ojos y su mundo volvió a encenderse. Todos los problemas lo atacaron de nuevo, todas las heridas volvieron a escocer, todos los recuerdos palpitaron en su cabeza…

Sorpresa: su vida de mierda seguía igual.

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Otro capítulo cortito, pero ya se conocieron! >w< (ahora viene la magia? ¬w¬)

Nunca me había costado tanto decidirme por una canción, pero al menos encontré las que pondré en los siguientes capítulos (eso eh bueno).

Espero que os haya gustado,

¡Gracias por leer!

On-Love (Fanfic, Wigetta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora