|Creciente Cóncava|

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Yeonjun: 

Perdí la cuenta de hace cuánto comencé a escribirte. No tiene sentido buscar papel y plumas para dirigirte a ti algo que quiero quemar y sin embargo sigo guardando. 

Daesung tiene 15 años, es un alfa muy alto, ágil, malhumorado y, aunque él lo niega, tiene un corazón muy noble. 

Cuando tenía 7 años me dijo papá sin pensarlo mucho, no se avergonzó y yo no le dije nada, solo seguimos nuestro camino. A veces me llama así. Me gusta recordarle que no está solo en el mundo, pero ambos sabemos que le haces mucha falta. 

En su primer celo tuve que encerrarlo, después los cambios típicos empezaron y yo no fui de mucha ayuda, por más que quise. Trato una y otra vez de entender lo que conlleva su instinto, quiero apoyarlo y mostrarle un camino más claro, pero no puedo, jamás entenderé. 

He hablado de casi todo con Daesung, el único tema que esquivamos es lo que sucedió hace 10 años. Cada día pienso en ello, y cada día intento convencerme de que nada de lo que dijiste fue cierto, a veces lo logro, a veces no, y me siento culpable, porque sé que amabas a Dae por encima de todo, y que llegaste a amarme a mí también, pero lo que vimos ese día pareció tan real que pudo cruzar mi muro de seguridad y plantarme la mayor duda de mi vida. No debí dejarte, no debí alejarme, sin embargo tenía a Daesung conmigo y no permitiría que le hicieran daño, no más. Perdóname. 

No olvidaré jamás como salimos a buscar comida, te desviaste y llevaste a Daesung contigo. Los perdí en algún punto y me costó encontrar la casa llena de humedad en la que estaban. Debí ser más rápido, debí esforzarme más. Debí, debí, debí. 

Encontré a Daesung llorando en silencio debajo de una mesa, parecía perdido por el olor fuerte de alfa, suprimiendo la esencia tranquila de su papá. Había más alfas en ese lugar, pero no hicieron nada mas que reírse de mí y de Dae. Verlo llorar me descolocó, quizá no hice lo que tenía que hacer verdaderamente, porque lo único que quería era calmarlo y que él y tú estuvieran a salvo. 

A la fecha me sigo culpando por cargarlo y llevarlo conmigo, aunque dejarlo con esos alfas tampoco era un opción. Nunca consideré las uniones sexuales como algo repulsivo, para mí era algo natural, y sin embargo siempre que recuerdo cómo los vi a ambos me revuelve el estómago. No tengo duda de que Kai quería que los encontráramos, hasta puedo jurar que lo vi sonreír, con sus dos colmillos superiores y afilados marcando tu piel. Daesung le tenía miedo y en ese momento yo también le temí. 

Yeonjun, tenías razón, un cachorro no debería pasar por todo lo que atraviesan los cachorros de nuestro ahora. Daesung no tenía que escucharte gritar que era un error en tu vida, que nunca quisiste tenerlo, que lo odiabas en lugar de amarlo. No recuerdo qué me gritaste a míㅡsé que fueron cosas gravesㅡ, no importa; yo estaba absorto en cómo dejó de llorar de repente, con su mirada quebrada fija en ti. Estoy seguro de que en ese mismo instante te quitó del pedestal de su corazón, te apartó de todos a los que quiso y dejó todas sus memorias juntos en un lugar muy alejado que le duele recordar y en el que aun así piensa todos los días de su vida. 

Nos gritaste que nos largáramos y que no querías volver a vernos. Los otros alfas nos persiguieron, escapamos por muy poco, no pudimos olvidarnos de tus gritos de ira, ordenándonos que no nos acercáramos de nuevo. Yo me resisto a eso, sigo buscándote en todos los lugares que veo, trato de encontrar tus ojos serios y tu rostro perspicaz. Lamento como nada que Daesung haya seguido tu pedido; él no te busca, a él le asusta la posibilidad de encontrarte, se aleja de los omegas y trata de enterrarte en lo más profundo de su olvido, donde tocar tu recuerdo no le duela, donde ni siquiera pueda pensarte. No lo logra, porque todo lo que sabe se lo enseñaste tú y con cada movimiento que realiza piensa en ti. 

Perdóname, Yeonjun, perdóname porque no puedo encontrarte, porque no puedo saber cómo estás, no puedo escucharte, ni abrazarte o besarte. Perdóname porque no puedo quitarte del limbo entre el amor y el resentimiento en el que te tiene Daesung, porque no puedo recordarle cuánto lo amaste y todo lo que hiciste por él sin perder la voz. 

Perdóname, por todo. 

Con amor, 

Soobin.








Hay muchísimas palabras repetidas, los párrafos son irregulares, muchas cosas no están claras, y aun así hasta es mi capítulo favorito de todo este desmadre; simplemente una persona con una herida de diez años. Gracias por leer. 

Chaos [Soojun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora