El Umbral De Las Pesadillas:
Habíamos regresado del restaurante sobre las siete, él conducía mientras que yo saltaba de una emisora a otra.
- ¿Acaso no puedes elegir una sola? -preguntó apagando la radio.
-No, me gusta la música, solo eran noticias -respondí volviendo a encenderla.
-Deja que lo haga yo -dijo antes de saltar varios números hasta una emisora que tocaba música en inglés - ¿Mejor?
-Solo si me dices el nombre de esta canción -dije empezando a señalar la radio.
Daniel soltó una risa antes de girar a verme por una fracción de segundo. Estaba segura de que no la conocería, no era su estilo. Al menos no era del estilo de alguien con chaquetas de cuero y cuchillos en la maletera.
- ¿Sabes? Puede que lo peor sea que si la conozco -afirmó riendo y, de paso, sorprendiéndome.
-Pues di su nombre antes de que se acabe.
-So let me hold both your hands in the holes of my sweater, es Sweater Weather.
No tenía nada más que decir, lo acababa de escuchar cantar y no podía procesar mi sorpresa o su voz, o ambos y al mismo tiempo.
-Si ser decano de una facultad no paga bien, siempre puedes ser cantante -respondí luego de unos segundos en silencio, haciendo que Daniel estalle en carcajadas.
-No, me gusta mi puesto, gracias -respondió antes de que sus dedos empiecen a marcar el ritmo de la música sobre el volante.
Y antes de que me dé cuenta, mi vista estaba clavada en sus manos sosteniendo el volante, dándole la vuelta al final de una calle antes de llegar al hotel.
- ¿Estás bien? -preguntó él al detenerse y notar que estaba algo distraída.
-Sí, solo son las voces en mi cabeza -respondí haciendo que él palideciera mientras que yo intentaba no reírme -relájate, solo era una broma -concluí estallando en carcajadas.
-Mira cuanta risa me das -dijo rodando los ojos y soltando un par de carcajadas sarcásticas.
Bajó del coche, rodeándolo antes de detenerse a abrirme la puerta y extenderme una mano.
- ¿Por qué siempre lo haces? -pregunté tomando su mano.
-Tus malas bromas y mi sarcasmo no harán que deje de ser un caballero.
-Ah.
El sol había empezado a caer mientras nosotros ingresábamos al hotel. En realidad, solo yo estaba ingresando, pues no me había dado cuenta de que Daniel se había quedado a bajar las bolsas del maletero.
- ¿Necesitas ayuda? -pregunté volviendo a la puerta del hotel.
-Estoy bien, solo toma la llave -dijo lanzándome la llave de nuestra habitación.
Subí y a los pocos minutos llegó Daniel. Ambos nos pusimos a revisar nuestras compras y mientras yo revisaba minuciosamente cada una de las prendas, Daniel ya se había dado un baño, había dejado su ropa sucia en la pila para lavar y ahora estaba leyendo un libro sobre su cama.
Para cuando yo terminé de bañarme y cambiarme, él prácticamente salto de la cama listo para llevarse nuestras prendas a lavar.
-Las mujeres se demoran tanto -dijo en un susurro antes de dirigirse a la salida de la habitación.
-Hey, no generalices.
-No, seguro hay mujeres más rápidas, solo no he conocido a una aún -respondió con una falsa sonrisa antes de cerrar la puerta de la habitación, dejándome sola.
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Antes del Amanecer ·ADA1/2·
Fantasy¿Qué tal si escapé de un pueblo que se suponía que era seguro? ¿Me ayudarías? ¿Qué tal si corro de un accidente que eliminó rastro alguno de aquellos que yo consideraba familia... Del amor que sentía? ¿Qué tal si todos creen que estoy muerta? Probab...